Ladybird, Ladybird
Sinopsis de la película
Maggie tiene cuatro hijos, todos de distintos padres y que, debido al violento ambiente familiar, están a cargo de los servicios sociales británicos. Cuando Maggie conoce a Jorge, un refugiado hispanoamericano, vislumbra la posibilidad de rehacer por fin su hogar. Sin embargo, su pasado sigue atormentándola. Una vez involucrada en la burocracia de la asistencia social, le resultará muy difícil conseguir la custodia de sus hijos, pero Maggie no se da por vencida.
Detalles de la película
- Titulo Original: Ladybird, Ladybird
- Año: 1994
- Duración: 102
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Opinión de la crítica
Película
7.1
57 valoraciones en total
Pese a estar basada en hechos reales, no cabe duda de que resulta cinamatográficamente maquillada, resaltando la injusticia y denuncia social, con toda la literatura que acompaña a los temas relacionados con los malos tratos, tutelas de menores donde los asistentes sociales son presentados como malvados e intolerantes, la injusticia del inmigrante en su máxima y exacerbada expresión, los malos tratos, etc.
De nuevo Loach engancha con su capacidad narrativa. Sus actores me fascinan por su fuerza y credibilidad. Una subyugante Crissy Rock estremece por su crudeza, así como el personaje de Vladimir Vega (fantástico). En definitiva, el diseño y presentación de los personajes es exquisito, logrando que el espectador empatice y se conmueva.
Lástima de esa sensación constante de que se masca la tragedia, algo habitual en Loach. Hubiera resultado mucho más interesante un enfoque más parcial. En vez de esforzarse en destacar lo profundamente injusto que es lo que les sucede a los protagonistas, se podría haber planteado un interesante debate ante el espectador, de si realmente ella es o no buena madre, de si tal vez era conveniente quitarle a sus hijos. Esto le restaría sin duda dramatismo, pero probablemente reflejaría mucho más la realidad.
Nueva crítica social de Loach, esta vez con una crudeza inusitada, más si nos atenemos a que la historia se basa en hechos reales. El director inglés nos plantea una historia en donde los términos víctima y verdugo se entremezclan y una difuminada línea los separa a duras penas. Víctimas son ante todos los niños protagonistas, obligados a transitar de centro en centro y a vivir separados de su madre, pero víctima es también una madre maltratada por la vida, que afronta cada nuevo revés con una creciente rabia contenida que su vez la convierte en verdugo. Sin duda una de las paradojas más crueles a las que se ha de enfrentar una madre.
La protagonista se sale de la pantalla sin llegar en ningún momento a dar la sensación de que sobreactúa por las situaciones en las que se encuentra, la narración de la historia a ratos pierde fuelle y hace que el ritmo decaiga por momentos. Las circunstancisas de la vida, malas compañías, errores propios de la chica, e injusticias por parte de la administración se suman para que el dramón inunde la pantalla, con sólo algunas escenas amables el resto es desconsolación, rabia e impotencia. Por suerte al final queda algo de esperanza.
Dr. Hackenbush.
Apruebo…
» Su inicio, con una narración verdaderamente afortunada, donde los saltos temporales dan enorme juego al relato concebido, mediando como una gran herramienta para que el espectador quede atrapado por susodicho relato gracias, en especial, al interés de una historia cuya sugestión reside en contemplar cada uno de los sucesos buscando algo parecido a la interacción.
» El papel del protagonista, interpretado con profesionalidad por Vladimir Vega, excelentemente trazado, con enormes cicatrices en su interior y con un pasado cuyo apego ha quedado marcado en el carácter de susodicho personaje, que intenta separarse de él para poder seguir hacía adelante sin tener que recordar los duros capítulos vividos en su tierra natal.
» Las intenciones de Loach al firmar esta historia, intentando aunar al espectador bajo un mismo techo, haciéndole partícipe de unos hechos que podrían afectar a cualquiera, pese a lo difícilmente creible, en ocasiones, del resultado final, pues el personaje de Maggie es, prácticamente indigerible, por lo hinchada que resulta su personalidad y lo abultadas que resultan algunas de las situaciones.
Suspendo…
» El personaje de Maggie en lineas generales porque, como ya he dicho, resulta excesivamente desmesurado en algunos de los momentos, además de parecerme absolutamente irritante e insoportable, pues el 75 % de sus diálogos se podría decir que son a gritos.
» La velocidad con la que transcurren algunas acciones, algún que otro salto metido con calzador y añadido de modo paupérrimo a la historia, siendo el poco desarrollo de estos una lacra bastante considerable.
» La brusquedad de ciertos instantes, que se me antoja demasiado vejatoria, incluso para el caso en que se dan susodichos instantes, desaprovechando así la oportunidad de desarrollar más meticulosamente algunos aspectos de la cinta.
Aplaudo…
» El lado combativo del film, sin más ni menos, merece su reconocimiento.
En consecuencia, y aunque a veces resulte exasperante en demasía, se podría decir que el resultado final queda en algo pasable, todo gracías al protagonista que acompaña a Crissy Rock, mayormente.
Por cierto, creo que nunca había oido la palabra fuck ser usada tan repetidamente en un film, lo cierto es que un poquito si se ha pasado Loach…
Con motivo de la Palma de Oro obtenida en el pasado Festival de Cannes por Ken Loach, con The Wind that Shakes the Barley , valga escribir unas pocas palabras acerca de su obra y a propósito de Ladybird, Ladybird .
Ken Loach es un tipo de director cuyos films me he resistido a ver hasta ahora. Con Bertrand Tavernier me ocurre un poco lo mismo. No con los hermanos Dardenne, por ejemplo. El cine de Ken Loach -y Ladybird, Ladybird es una muestra de ello- es catalogado como cine de denuncia social, con un compromiso firme con su realidad más cercana ( Ladybird, Ladybird ), o más lejana ( La canción de Carla ). Incluso hasta el punto de catalogarlo por parte de algunos como productor de panfletos por y para la causa obrera.
Ladybird, Ladybird me parece que surge, primero, de la firme convicción de Ken Loach en lo que cuenta (la realidad de Maggie y Jorge en la película) lo que dudo se pueda poner en tela de juicio. Su director cree firmemente en la historia porque, entre otras cosas, es una historia creíble basada en un hecho real. No por ser terreno de ficción pasa a ser menos creíble. La interpretación de los dos actores (Crissy Rock y Vladimir Vega) ayuda y mucho en esa dirección. Luego está la intención del director, creo, en conseguir que el espectador se identifique con tales personajes y que se indigne junto a ellos contra los ejecutores del control social ejercido por el Estado. Yo mismo me sorprendí insultando a los trabajadores sociales que aparecen en la película (soy diplomado en trabajo social) incluso antes que lo hicieran Maggie o Jorge mismos.
Si la intención de Ken Loach era hacer surgir tal efecto en el espectador, en mi caso lo logró. Se llama empatía. Ahora bien, ¿se le puede llamar Cine con mayúsculas a Ladybird, Ladybird ? El jurado presidido por Wong Kar-Wai en Cannes bien lo consideró en el caso de The Wind that Shakes the Barley . A mi modo de ver, que este señor llamado Ken Loach siga haciendo películas como Ladybird, Ladybird y para muchos años. Puesto que no son fruto de las ideas azarosas y arbitrarias de un hombre testarudo, sino más bien de las observaciones solidarias -como tituló en su día Iciar Bollaín- de un hombre testarudo.