Ladrones de trenes
Sinopsis de la película
La señora Lowe (Ann-Margret), una atractiva viuda, quiere recuperar el medio millón de dólares en oro que su difunto marido robó durante el asalto a un tren. Lane (John Wayne), atraído por la recompensa que ofrece de 50.000 dólares, decide ayudarla. Para ello cuenta con la colaboración de unos amigos.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Train Robbers
- Año: 1973
- Duración: 92
Opciones de descarga disponibles
Si lo deseas puedes descargar una copia de esta película en formato HD y 4K. Seguidamente te mostramos un listado de opciones de descarga directa activas:
Opinión de la crítica
Película
5.7
38 valoraciones en total
Burt Kennedy fue guionista del mediocre Budd Boetticher. Con lo cual aprendió muy poco de sus westers. Ladrones de trenes pasa por encima de casi todos y cada uno los westers del marido de la bailarina de La tumba india. Ladrones de trenes se asemeja mucho a los westers de Hawks. La amistad masculina. En busca del El dorado van todos los amigos con mujer incluida. Al final pasa lo que pasa. Y eso pasa en la vida. Ladrones de trenes es un western otoñal con sentido del humor. 90 minutos con Budd es molto longo. 90 minutos con Burt es otra cosa aunque por momentos se hace molto longo.
La presencia de John Wayne en el papel protagonista garantiza el interés de la película, pese a que ésta adolece de un guión excesivamente sencillo, cargado de algunos de los tópicos habituales en los westerns clásicos de la etapa crepuscular. La dirección, a cargo de Burt Kennedy, especialista en este tipo de películas, evita complicacines, huye de la narración detallada y se acoge a soluciones fáciles, especialmente en las secuencias del enfrentamiento a tiros en la noche. Destaca el acompañamiento de una banda sonora algo estridente que en varias ocasiones eleva la música de fondo en intensidad y contundencia hasta desplazar la acción a un segundo plano. El uso de recursos cómicos (la terquedad del asno, la mentira de la mujer, la reacción final de los buenos, etc.) da a la obra un tono amable y desenfadado, destinado a agradar al público. El dvd incluye una banda doblada al castellano (sin indicaciones adicionales), que en realidad usa lo que se conoce como español internacional. Película entretenida, pero intrascendente.
Los fieles seguidores de los aquí presentes terminarán contentos de esta cinta a todas luces desenfadada, hecha por amigos en buena sintonía. Un grupo de hombretones de los que siempre se alegra uno de ver haciendo una del Oeste. El tema, un asunto peliagudo para unos ladrones de trenes, ya bastantes curtidos, cuyo jefe es John Wayne. Él aporta el carisma, está claro, es el jefe por los años de servicio prestados a lomos de un caballo. Ben Johnson también tiene un currículum fuera de serie en el que destaca haber estado en el Grupo salvaje, nada menos. Luego el casting acierta de pleno con Rod Taylor, ese actor nunca jamás aprovechado del todo, ese tipo duro tan simpático que era igual de creíble como apuesto galán que de boina verde mercenario en mitad de África. Y Christopher George, famoso gracias a la serie El inmortal, otro de los peleones de la época. Sin olvidarse de Ricardo Montalbán, el contrapunto a la Ley del salvaje Oeste, inspector de la famosa Agencia Pinkerton, nunca dormimos. Entremedias Ann Margret, un especial placer para los ojos, qué decir, hechicera, embaucadora, hermosa…, rojo fuego. Una película destinada a no tener final, a continuarla en la imaginación con una sonrisa, pistoleros que nunca serán un árbol caído.
Una viuda (la atractiva Ann-Margret) contrata a unos aventureros (los fabulosos John Wayne, Rod Taylor y Ben Johnson) para que recuperen el oro que su marido robó de un tren antes de morir. Pero los antiguos socios del difunto también van tras el botín.
El especialista en westerns Burt Kennedy escribe y dirige este título menor, de cuando el género se resistía a desaparecer. Planteamiento y desenlace recuerdan a Los profesionales de Richard Brooks, aunque aquí el nudo argumental se revela un tanto plano y repetitivo. Con todo, el conjunto es resultón y bien merece un visionado.
El oro suele sacar a la superficie la avaricia latente en los hombres.
Todos los westerns que hizo John Wayne en su última etapa, llevan irremediablemente ese estilo clásico que le hizo tan famoso, pero que quizá en los años setenta la mayoría de los aficionados al género preferiríamos algo más duro, violento y descarnado. Evidentemente Peckinpah o Leone entre otros, habían cambiado el western para siempre.
Sin embargo nuestro vaquero favorito tiene una película que sí responde a ese estilo, y es esta: Ladrones de trenes, que recomiendo vivamente. Aunque dirigida por Burt Kennedy –en uno de sus mejores trabajos- se puede decir que es una película de la familia Wayne, ya que controlan la producción por completo.
Recuerda a otras pioneras del western sucio y brutal como la magistral Los profesionales de Brooks. En el magnífico reparto que nos encontramos en esta película hay nombres como Ben Johnson, uno de los actores favoritos del propio Sam Peckinpah. Tampoco debemos olvidarnos de Rod Taylor, un actor maltratado injustamente y que aquí está muy bien, y que junto con la belleza de Ann-Margret hace que no sea la típica película a mayor gloria de John Wayne, sino que tiene muchas más cosas.
Destacar los espacios naturales de Durango en México, uno de esos lugares que pertenecen a la geografía sagrada del western.
Ladrones de trenes es en conjunto bastante superior al tipo de películas del oeste que se hicieron de media en la década de los setenta. Desgraciadamente en España, sigue siendo una cuasi desconocida. No se pierdan su desenlace, realmente sorprendente.
Nota: 6,4.