La voz de su amo
Sinopsis de la película
Bilbao, año 1980. En un ambiente dominado por la corrupción y el terrorismo, Charli, un treintañero taciturno, trabaja como chófer y hombre de confianza del señor Oliveira, un empresario de origen portugués que se dedica a negocios poco claros. Alarmado por una serie de amenazas y atentados, Oliveira decide confiar a Charli la protección de su hija Marta. A partir de ese momento, todo se complica: surge inesperadamente el amor, la violencia genera más violencia y, por si fuera poco, los amigos no son lo que parecen.
Detalles de la película
- Titulo Original: La voz de su amo
- Año: 2001
- Duración: 108
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Opinión de la crítica
Película
5.7
61 valoraciones en total
Una buena película de un Martínez Lázaro alejado de sus registros habituales, pero aquí bien ubicado en el thriller, un thriller que rezuma buena parte de cine negro, dónde la corrupción y la extorsión son parte esencial de la trama, dónde la banda ETA supone la cuadratura del círculo.
Fernández carga con suficiencia con el mayor peso de la película, bien secundado por una Silvia Abascal en plan Lolita fatalista y por un Imanol Arias bien contundente. Un notable cambio de registro de su director.
La trama es confusa. No siempre sabemos hacia dónde nos quiere conducir el director, que intenta un retrato de Euskadi en los años más duros de ETA, mezclado con una historia de corrupción y mafia, se enmaraña y no acaba de desatar los nudos. Eduard Fernández es un pobre desgraciado, corto de entendederas, que bebe los vientos por su jefe (de Almeida), un tipejo impresentable, al tiempo que es follado por la hija de éste, una Silvia Abascal que está de toma pan y moja, y que no se ha prodigado tanto como uno desearía (dejando aparte el desafortunado ictus). Imanol borda su papel de comisario de policía, pero insisto, el guión no se decide ni por el relato criminal ni por la crónica social, de modo que su interés se va apagando poco a poco. Una pena.
Con el trasfondo del terrorismo de ETA como mera excusa narrativa, Mártinez-Lázaro se adentra en el campo del cine negro, al amparo de un guión algo descabellado que el buen hacer de los actores se encarga de sacar adelante, especialmente el siempre solvente Fernández, sobre cuyos hombros descansa gran parte de la película. Oscura, enrevesada, la trama sólo se atreve a penetrar tangencialmente en el mundo etarra, desviándose hacia vericuetos menos problemáticos y más típicos del género, una excelente ambientación y una fotografía muy lograda son lo más destacable, interpretaciones aparte, de una interesante cinta que se pierde tanto en sus sorprendentes giros de guión que termina por cansar. Pese a ello, merece un visionado atento.
En el año más sanguinario (1980) de la banda terrorista ETA se suceden los hechos, ficticios eso sí, de ésta historia. Aunque bien interpretada por todo el reparto, especialmente destacables Eduard Fernández y Silvia Abascal, el guión no parece lo suficientemente consistente como para girar hacia el thriller policiaco, se queda un poco a mitad de camino.
La dulzura morbosa y encantadora que desprende Silvia Abascal es como para que uno pierda la cabeza por una cría que encima es la hija del jefe.
Rodada casi en su totalidad en el País Vasco, con escenarios muy bucólicos pero que encierran odio y rechazo en algunos casos, en otros miedo y en algunos simplemente indiferencia.
Es valiente no obstante por retratar un tema con un trasfondo tan controvertido en una España que ojalá algún día pueda dejar atrás todas esas miserias para siempre.
Pocas veces y casi siempre de forma nefasta, el cine español ha tratado el tema de ETA y sus consecuencias. En La voz de su amo , la banda terrorista es una mera excusa para retratar un relato de corrupción, mentiras, amores prohibidos, engaños… en definitiva un thriller menor y un tanto confuso.
Sinceramente creo que el guión daba para más. El comienzo es prometedor pero a medida que avanza la película, en un intento de mantener la incertidumbre del espectador para que no sepa quién son los buenos y quién los malos se acaba enrevesando de tal forma la trama, que es difícil seguirla de una forma casi lógica.
Con todo la cinta mantiene el interés aunque éste parece una montaña rusa, con continuos giros.
Eduard Fernández y Sivia Abascal son lo mejor de la película, apoyados con secundarios de lujo como J. de Almeida o un Imanol Arias con una breve pero acertada aparición como comisario corrupto.
Impresionante la fotografía y la ambientación de una época (1980), muy lograda. Sin ser nada del otro mundo, merece la pena el visionado como sucedáneo de thriller, pero aquellos que esperen una disección del problema vasco y de las implicaciones o motivos del terrorismo etarra que se abstengan. Como ya dije al principio la aparición breve de los etarras es una mera excusa para confundir más la trama. Pienso que este recurso está muy poco aprovechado y al cual se le podía haber sacado más jugo.