La línea invisible (Miniserie de TV)
Sinopsis de la película
Miniserie de TV (2020). 6 episodios. Miniserie sobre los comienzos de ETA. El 7 de junio de 1968, el líder de ETA, Txabi Etxebarrieta, cruzaba la línea invisible asesinando a la primera de las 853 víctimas de la organización terrorista, el guardia civil gallego José Antonio Pardines, de sólo 25 ańos de edad. Pocas horas después, el propio Txabi Etxebarrieta era abatido en un enfrentamiento con la guardia civil, convirtiéndose así en el primer terrorista en matar y el primero en morir en la historia de ETA. Tras la muerte de su líder, los compañeros de Txabi decidieron vengarle asesinando a su principal perseguidor, el inspector Melitón Manzanas. No eran conscientes de que estaban a punto de abrir un camino plagado de dolor y venganza, de miedo y terror, que marcaría los siguientes cincuenta años de la historia de España -sinopsis oficial de Movistar-.
Detalles de la película
- Titulo Original: La línea invisible
- Año: 2020
- Duración: 45
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Opinión de la crítica
6.6
76 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Aia Kruse
- Àlex Monner
- Alvar Gordejuela
- Amaia Sagasti
- Anna Castillo
- Antonio de la Torre
- Asier Etxeandia
- Asier Olaizola
- Emilio Palacios
- Enric Auquer
- Ione Irazábal
- Javier Coll
- Joan Amargós
- Jon Viar
- Josean Bengoetxea
- Koldo Olabarri
- María Morales
- Óscar Morchón
- Pablo Derqui
- Patricia López Arnaiz
- Patrick Criado
- Ramón Barea
- Txema Blasco
- Xóan Fórneas
De poner petardos y pintadas, y a la voladura nocturna de un monumento a los caídos, es el arranque de la senda que conduce al junio del 1968. Este mes, el líder de ETA Txabi Etxebarrieta, cruzaba la línea invisible asesinando a la primera de las 853 víctimas de la organización terrorista, el guardia civil gallego José Antonio Pardines, de sólo 25 años de edad.
Después de visionar los esperados primeros episodios de La línea invisible, no puedo dejar de felicitar al guionista y al autor de esta formidable y novedosa idea, ya que esta apuesta de la televisión por el thriller retrospectivo, no tiene nada que envidiar a las mejores series europeas o americanas.
La puesta en escena es magnífica, los vestuarios muy bien logrados, la interpretación es sencillamente portentosa y con una intriga que mantiene al espectador pegado a la butaca durante todo el metraje.
Resumiendo, una serie de televisión que merece el calificativo de película y sobresale enormemente de la mediocridad del panorama televisivo actual. Amigos lectores de esta crítica, la recomiendo. Un 7 alto por esta maravilla.
Notable serie sobre los comienzos de ETA, aún enmarcada en los últimos años del Franquismo.
Mariano Barroso, un director que no se prodiga demasiado, dirige con mano maestra y enorme elegancia una serie que ha sido mimada al milímetro en casi todos sus detalles. No hay más que ver los comienzos de capítulo, siempre excelentes, justo antes de los títulos de crédito, para darse cuenta de que cada escena, cada palabra, cada línea de diálogo y cada mirada de los actores tiene un porqué detrás. El aspecto de la ficción es además, fabuloso, y cuenta con un montaje, unos decorados, un vestuario y una fotografía de categoría. Imposible no alabar también el trabajazo de Asier Etxeandia o Antonio de la Torre, dos de los mejores actores que tenemos en España. En el caso de Etxeandia, está ya totalmente adaptado al medio audiovisual, algo que le costó un poco siendo como es un animal teatral (el mejor actor de España en teatro, sin duda), y tuvo que esperar un poco para contar con buenos personajes en pantalla y que esa fuerza arrolladora que tiene volara de las tablas a lo audiovisual. En el caso del protagonista de Tarde para la ira, tiene ya tantos trabajos fabulosos que quizás este no llame la atención como uno de los mejores, pero siempre sorprende ver lo fino que es trabajando y cómo hace fácil lo difícil. Y por supuesto, la serie es un retrato certero y bastante riguroso de cómo comenzó la banda terrorista, que en sus orígenes era algo bastante diferente de aquello en lo que se convertiría después, y de lo fácil que fue tomar un camino que después muchos terminarían lamentando (los que dejaron la lucha armada, se entiende).
Si no se lleva más nota es porque ese cuidado que se ha puesto en el guión, la dirección y los departamentos técnicos, aparece y desaparece como el Guadiana cuando llegamos a las interpretaciones. Sería injusto decir que Àlex Monner está mal, porque ha demostrado con creces que es un buen actor y se fusiona con Txabi de forma admirable, pero no pone mucho empeño en el tema del acento y a ratos no resulta demasiado creíble. De hecho, es curioso como ninguno de los actores escogidos para dar vida a los primigenios pistoleros de ETA es vasco. ¿De verdad no había ningún joven actor de Euskadi que pudiera hacerlo? O, por lo menos, ¿no podrían haber cuidado todos un poquito más el acento? Esto, por supuesto, no quita que las interpretaciones sean buenas, ya que Anna Castillo está muy bien, Patrick Criado está bien (ver su última escena en la escalera con Melitón Manzanas) y Enric Auquer está francamente bien (ver su reacción cuando el médico le da una mala noticia), pero hubiera sido deseable que se cuidase más ese aspecto. Además, la serie combina escenas de enorme impacto e intensidad, como la citada en la escalera de la casa de Manzanas, o por supuesto la del primer asesinato de ETA, con otras que quedan algo descafeinadas, como es la última en la que vemos a Txabi, con ese fundido a negro tan extraño que corta de raíz el impacto de la escena.
En definitiva, una serie notable sobre una parte quizás algo olvidada de nuestra historia pero que merece ser recordada.
Tras verificar de antemano que la serie es todo lo fiel a la historia que un producto de este tipo puede ser, me dispuse a ver la serie con curiosidad histórica y sin prejuicios. Rápido se le ven las costuras. Las mismas que presentan un gran porcentaje del universo de las series españolas en un estancamiento perpetuo salvo contadas excepciones.
1. Errores de Casting: una serie tan regional sobre una banda organizada autóctona debe presentar un elenco vasco. Entiendo a Antonio de la Torre como autoridad policial, pero los integrantes de ETA… La elección del personaje principal es paupérrima, hacer pasar a ese actor por un erudito vasco que siente la llamada de la acción es simplemente negligente. Ya solo en la forma de hablar se le nota que es un perfil millenial .
2. Guión plano: No voy a hacer spoiler. Pero es un guión muy simple, pasable, al que se ven las piruetas de antemano. No están bien rematados los capítulos con intriga. Pierde tiempo en tramas superfluas y omite piezas del puzzle necesarias para sumergirte en la historia y empatizar con los antihéroes . Los personajes no evolucionan, tienen unas ideas y luchan por ellas, pero los personajes del primer capítulo son iguales que los del último.
3. Diálogos artificiales con frecuencia: Numerosos diálogos, interjecciones y expresiones propias carecen de naturalidad y de raíz vasca. Diálogos teatralizados que restan naturalidad a las escenas y desmerecen las interpretaciones.
El resultado de estos tres elementos es un telespectador bastante frío. Interesante porque es historia de España, con buena fotografía y un buen Antonio de la Torre, pero no transmite. No hay miedo a un interrogatorio franquista, ni a un atentado bomba. Ni pena por las pérdidas, ni empatizas con la opresión que sentían las juventudes universitarias por lo anacrónico de una dictadura en medio de una Europa mucho más liberal.
A modo de ejemplo, una de las poquísimas series españolas con carácter regional, de antihéroes, sin la mayoría de estos lastres, es Fariña. Elenco gallego. Expresiones gallegas. Javier Rey mucho más acertado que Alex Monner. Personajes que evolucionan. Podría tener un guión más complejo, pero es un producto de mayor calidad. Y eso se refleja en la diferencia de nota entre ambas series en Filmaffinity. Aunque muchos telespectadores no sepan desgranar las causas específicas, lo que hace apreciada una serie histórica es la capacidad de meterse en tu cabeza a través de la credibilidad para después conmoverte. Y levantar un pulso entre la razón y el corazón.
Esta serie no me ha provocado nada porque la puerta de la credibilidad nunca se abre.
Seis capítulos para mostrar unos hechos trascendentales en la historia de nuestro país que marcaron muchas cosas, y para hacerlos visibles desde un punto de vista muy interesante e incluso necesario.
Comencé la serie con interés por el tema y por la buena pinta de la factura, pero los dos primeros capítulos, a pesar de muchos puntos fuertes, no me terminaron de convencer. Entre otras cosas, tuve dudas de por dónde me quería llevar, aún así, quise seguir averiguando esos derroteros…y se fueron despejando y acabé aceptándolos. A partir del tercer capítulo empezó a convencerme, hasta el punto de ver el resto de la serie hasta el final de un tirón, dejándome bastante satisfecho.
Muy bien realizada, con una ambientación y unas interpretaciones de mérito.
Consigue transmitir y acercar sensaciones y situaciones que la hacen trepidante e intensa.
Por lo que sé, puede aproximarse a como pudo haber ocurrido… Como fueron peligrosamente cada vez más lejos de la sensatez y todo lo razonable, empujados por las presiones de unos ideales que se iban enturbiado, las ganas de notoriedad, los sacrificios por la causa… acercándose a esa línea que acabaron lamentablemente por pasar, ya más cerca de la locura y desesperación.
Buena aportación al mundo series.
Interesante, aunque mejorable.
La línea invisible recrea los comienzos de ETA, las circunstancias que envolvieron el primer asesinato de la organización. Está dirigida por Mariano Barroso, responsable de notables películas como Los lobos de Washington , Todas las mujeres y Éxtasis , quien en los últimos tiempos ha destacado con la realización de dos excelentes miniseries: El día de mañana y esta misma.
La serie hace uso de contención expresiva para narrarnos los orígenes de un drama que ha causado dolor a miles de familias. Construye un loable estudio de personajes, preocupándose de que éstos no parezcan unidimensionales -Melitón Manzanas es un torturador sádico pero también un padre cariñoso con su hija, Txabi Etxebarrieta es un joven inteligente y sensible que sin embargo hace daño a personas de su entorno, como a su madre o a su novia-. Los episodios se van cubriendo de suspense hasta que en los últimos llega la acción. La intriga atrapa. Mención especial merece el capítulo quinto, que se ocupa de la muerte de José Antonio Pardines.
Se nota que han gastado mucho dinero en la reconstrucción de aquellos años, el apartado artístico es brillante, da gusto ver los paisajes vascos, los coches antiguos,… Acerca de la fidelidad a los hechos no puedo comentar nada. La serie elabora un discurso contrario a la violencia, que muestra las consecuencias de empuñar las armas, lanza una mirada al pasado reciente intentando arrojar un poco de luz, algo que nos ayude a comprender mejor este mundo absurdo en el que vivimos.