La leyenda de Ben Hall

3 comentarios en «La leyenda de Ben Hall»

1. No sabía nada de este héroe australiano hasta ver esta película pero ciertamente la historia podría haber dado mucho más de si de lo que he podido ver.
   
   La película tiene una estética muy cuidada, bonitos planos que se suceden uno detrás de otro y durante toda la película se ve como si tuviera un filtro que la hacer parecer casi gris. En este aspecto la película es de 10.
   
   El problema real es que la historia no engancha porque no tiene un comienzo definido, simplemente empieza con Ben siendo lo que es, y en el transcurso de la película no trascienden en ello, apenas unos flasback y alguna breve charleta con otros personajes, pero como tampoco le han definido bien los principios que este hombre pudiera tener, es difícil empatizar con él, por lo que la película solo es el viaje de los últimos años de su joven vida. Todo esto consigue que se haga muy pesada durante todo el viaje, y cuanto más avanza más pesada es, porque llegué a pesar que la película duraba dos horas y media de lo larga que se me hizo.
   
   Este biopic carece de fuerza, por muy bueno que sea su personaje principal, no han sabido exprimirlo, o puede que no hubiera mucho que rascar de la verdadera historia que nos quieren contar.
   
   Como ya he comentado la estética de la película es lo más cuidado, es poco frecuente ver como en una película usan armas con sistema lefaucheux o de espiga, a camino entre la avancarga tradicional y la retrocarga moderna, solo que en esta película las armas tiene demasiadas balas.
   
   Es una pena que por mucho empeño que hayan puesto por recrear la época, por crear un vestuario estupendo y contratar a unos actores que realmente dan el pego por los originales, el guion no esté a la altura y se haga tan terriblemente pesada.

2. Hijo de dos presos británicos castigados a purgar penas menores en Nueva Gales del Sur (Australia) donde se conocieron y casaron al cumplir sus respectivas condenas, Benjamin Hall (Martin) tuvo todo menos una vida fácil. Ni en lo material, vivió buena parte de su corta vida en un pobre rancho, ni en lo sentimental, se casó muy joven con Biddy (Dobbin) que no tardó mucho en abandonarlo con su hijo Henry.
   
   Es una etapa difícil para esta colonia británica tan poco poblada, donde abundan los salteadores de caminos que viven de lo que roban a los viajeros. Roban sobre todo el mineral que extraen de las minas en la fiebre del oro que también se vive allí. Muy pronto se integrará Ben en una de estas bandas de forajidos que, en general, suelen contar con el apoyo que brindan los vecinos de los ranchos y de las pequeñas aldeas del territorio.
   
   La cinta arranca en 1864 cuando el desencantado Ben desea cambiar de vida, poner un océano de por medio y marchar a América. Una vez más este continente como destino soñado. Lo retiene su hijo y la falta de dinero para el pasaje. En este contexto aparece John Gilber (Coffa), viejo compinche que lo convence para volver a las andadas con la ayuda de una nueva incorporación, el joven John Dunn (Lee). Y reanudan sus actividades delictivas.
   
   La ambientación es magnífica, lo mismo en lo que se refiere a los paisajes, amplios y bellamente fotografiados con colores espectaculares, que en lo que se refiere a indumentaria, localizaciones, interiores, iluminación, etc. Excelentes imágenes de bailes y de canciones tradicionales de aquellos colonos.
   
   Obra técnicamente impecable, donde los actores rayan también a buena altura.
   
   El guion sin embargo no está al mismo nivel. Se cuenta con detalle lo que pasa pero sin ahondar en las causas que han llevado a esa situación. Todo parece que deba ocurrir como ocurre de manera inexorable. Este detalle es importante sobre todo si se tiene en cuenta que se narran hechos reales que en Australia han alcanzado la condición legendaria. Y toda leyenda necesita un argumento motor, algo que pueda explicar porqué un hombre adopta una forma de vivir que deberemos admirar. Y aquí no se dice nada de eso, por lo que la cinta resulta fría, pese al drama que se representa en la pantalla.
   
   Western dramático con sabor histórico, con sus cabalgadas, sus amores, sus amistades, sus traiciones y sus tiroteos. Pero estos merecen un comentario aparte. Se ha querido fundamentar la leyenda de Ben Hall sobre la ausencia de asesinatos en todas sus fechorías, cosa que no se puede decir de sus compinches que se llevan por delante a algunos policías … lo que en buena lógica se debe cargar también en el debe de Ben.
   
   También éste, a su vez, recibió la correspondiente ración de plomo. Alguna bala le será extraída sin anestesia alguna con un cuchillo y unas tenazas por todo instrumental. Estamos en un continente extenso y poco poblado, casi siempre muy lejos de la posible asistencia médica.
   
   Pese a todo lo dicho para nosotros se trata de una buena película que mantiene en todo momento atento al espectador.

3. Narra la historia de un fugitivo sin ahondar apenas en la historia que le ha llevado a serlo. Simplemente es un ladrón con extraños y en ocasiones variables principios. Quiere dejar esa vida que no sabes como llegó a tener, y la única solución para salir de ella es seguir atracando, es la vida que le ha tocado, no puede cambiar su destino se ve. Pero no pasa nada porque él es bueno, no tira nunca a matar. Tiene mucho mérito sobrevivir perseguido mientras tu disparas al aire.
   
   La película va transcurriendo, tu ya sabes como va a acabar. Nada en toda ella te hace pensar que puede variar el final. Tendrá algún trasfondo que no ves, te preguntas. Pero no, no tiene nada, es lo que ves. Sólo se trata de esperar a que acabe. Si es fidedigna con la vida de ese sujeto creo que era mejor buscar otra historia para hacer un western. Pero si se han permitido licencias y este es el resultado creo que aún debería bajar más la nota.