La ley de Herodes
Sinopsis de la película
En 1949, durante el sexenio del presidente Miguel Alemán, el corrupto alcalde de San Pedro de los Saguaros es linchado y decapitado por los indígenas que habitan el lugar. Corren tiempos electorales y el gobernador no está dispuesto a ver peligrar su posición por un escándalo político, por lo que ordena a su secretario de gobierno, el licenciado López, que nombre un nuevo alcalde para San Pedro. López decide que el más indicado es Juan Vargas, un inofensivo y fiel miembro del partido que seguramente no será tan corrupto como su antecesor.
Detalles de la película
- Titulo Original: La ley de Herodes
- Año: 1999
- Duración: 120
Opciones de descarga disponibles
Si quieres puedes obtener una copia de esta película en formato HD y 4K. Seguidamente te añadimos un listado de posibilidades de descarga activas:
Opinión de la crítica
7.4
75 valoraciones en total
Denominación utilizada por el escritor peruano Mario Vargas Llosa al sistema político imperante en México por más de 70 años, a cargo de las principales figuras del Partido Revolucionario Institucional (PRI) la cual le valió la expulsión de nuestro país al celebre personaje, frase que logró zarandear a la clase política del México conformista y corrupto de los años 90’s.
La Ley de Herodes planteada en algún momento de esta dictadura, ilustra como la practica del llamado dedazo y el autoritarismo coloca pusilánimes al servicio de la comunidad, la cual es rebasada por la codicia, corrupción y locura de estos tramposos que a la fecha continúan en sitios privilegiados y actuando impunemente.
En la tierra donde el todo se puede, en especial aquellas moralmente incorrectas, hasta de los males se obtiene beneficio económico, cualquier parecido con el México actual no es de extrañarse, son cuestiones de arraigo, presentes a cualquier nivel.
Para Luis Estrada el poder exhibir está película fue realmente un reto, al confrontar niveles de poder, encargados de seleccionar y clasificar los filmes hizo el retraso evidente, gracias a un sistema de poder intolerante y negado a la crítica.
Con un equipo de trabajo inigualable, Estrada fusiona de manera peculiar la política y la comedia, evitando la denuncia social, desoladora, repetitiva e incluso aburrida formula de guiones por demás explotados por algunos años.
Isela Vega en su retorno a la pantalla grande ¡es genial!, espontánea, con un toque único que difícilmente otra actriz hubiese podido agregarle a la proxeneta soberbia y corrupta, Damian Alcazar directo a la consagración en su papel de esposo y político versátil.
Increíble pero cierto, esta película me la recomendó un amigo, me dijo que no debería perdérmela, pero lo que no me dijo es que iba a ver una de las mejores películas que he visto últimamente. Es dura, amarga, cruel, pero también es dulce, simpática, agradable y agradecida, con el espectador. Es capaz de enfrentar lo peor de las personas con lo mejor en una sola escena, para dejar en evidencia todas las miserias del ser humano. Aunque utiliza la política, para describir la forma de ver su país, el director podría utilizar cualquier sector de la sociedad mejicana para conseguir el mismo efecto, (de paso le pega un varapalo a este quiste que tienen los mejicanos con sus políticos). Técnicamente impecable, el personaje del alcalde está interpretado magistralmente y el resto de personajes consiguen hacer creíble lo increíble. Una joya. El mejor Berlanga podría haber firmado esta película.
Ay con el PRI…
Evidentemente, para nosotros los europeos, resulta un tanto complicado entender esta soberana sátira de aquello que un día se llamó la democracia perfecta , es decir, el monopolio político impuesto en Méjico por el PRI durante más de siete décadas, desde 1928 hasta el 2000, en este larguísimo periplo se cometieron todo tipo de tropelías, desde el habitual pucherazo hasta el asesinato de posibles rivales políticos, eso sí, siempre con una apariencia de legalidad (difícil de mantener, sobre todo en la época en la que se desarrolla la peli, a finales de los años 40, bajo la presidencia de Miguel Alemán).
Luis Estrada hace una divertida y berlanguiana crítica corrosiva del sistema de gobierno mejicano, partiendo de la premisa de poner a un medio pendejo como Juan Vargas como alcalde interino de un pueblo perdido en el más profundo interior, San Pedro de los Saguados. Este pobre hombre, honrado hasta la médula, es destinado allí a imponer las premisas del gobierno central, la modernidad, la paz y el progreso, sustituyendo al anterior alcalde, Alfredo García, cuyas acciones le hicieron perder literalmente la cabeza (guiño a Peckimpah). Claro que el tipo no se da cuenta de que es un chingado hombre de paja, y, frente a sus bondadosas pretensiones iniciales, empieza a comportarse como el presidente municipal peor de todos, el que, con más impunidad, campea a sus anchas por la corrupción.
Estrada no deja títere con cabeza, y critica absolutamente todos los estamentos sociales, desde el cura hasta el médico todos tienen su quilombo , todos se lo montan para sacar su tajadita del pastel podrido en que se ha convertido ese país. Hasta en el coche de Vargas, un viejo Packard, intuimos esa hediondez (era el modelo usado dos décadas antes por los jerifaltes del PRI), y los tonos sepia usados en la fotografía por Norman Christianson reflejan perfectamente lo vetusto de ese sistema construido a base de balas, pucherazos e interpretaciones viciadas de un código legal muy bonito sobre el papel. No debemos olvidar que la peli fue hecha cuando todavía dominaba el Partido, aunque dando sus últimos coletazos, por lo que tuvo que sufrir las prohibiciones y censuras de rigor (lo que quizás reste cierto punch a la historia que podría haber sido ambientada en un tiempo mucho más moderno).
Me gustó mucho el trabajo de Damián Alcázar como el infame Vargas, y también el de Armendáriz (a quien pudimos ver en la divertidísima Matando Cabos) como uno de los mandamases del PRI.
Realmente me gusta esta película, porque los mexicanos siempre tratamos de encontrarle el lado divertido a las cosas. Y si bien la historia raya en un humor negro, porque la política en mi país no es precisamente para dar risa. Es aquí donde radica lo valioso del filme. La corrupción arraigada como un viejo mal ancestral es vista aquí con bastante buen humor de acuerdo a nuestra idiosincrasia. Y entonces se vuelve una comedia que nos hace pasar un buen rato.
La única ley que me enseñaron es esta: la pistola en una mano y un libro con las leyes que derogan, (a placer mió), en la otra
Juan Vargas (Damián Alcázar) es primero militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y luego funcionario público encargado de un vertedero en México. Cuando el alcalde del pequeño pueblo de San Pedro de los Saguaros es asesinado, el gobernador del estado decide nombrarlo como nuevo alcalde hasta las próximas elecciones.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) es uno de los principales partidos políticos mexicanos y mantuvo el poder sobre México entre 1929 y 1997.Desde 1929 los presidentes de México provenían de ese partido político, hasta que en las elecciones federales del año 2000 ganó por primera vez el Partido Acción Nacional (PAN).
El nuevo alcalde Vargas recibe su asignación con las mejores intenciones, hasta que poco a poco, va descubriendo los beneficios del poder, aplicando la ley a su manera y haciendo todo lo que pueda para enriquecerse y mantenerse en el poder. Se transforma en todo un tirano, dispuesto incluso a asesinar para perpetuarse en el puesto.
La película recibió 28 nominaciones a diferentes premios y/o festivales de cine, de los cuales gano 20 de ellos.
Es bueno recordar que este film cuando se estreno suscito un escándalo, fue censurado por motivos políticos, que terminó provocando la renuncia del director del Instituto Mexicano de Cinematografía y el consiguiente desprestigio de las autoridades cinematográficas mexicanas.
El escándalo generó una gran publicidad gratuita a la película, la cual se convirtió en una de las más taquilleras de principios del año 2000.