La furia de los justos
Sinopsis de la película
Un chico mexicano es acusado de violación y asesinato. De su defensa se ocupa un abogado joven e inexperto que tendrá que demostrar la inocencia del muchacho frente a una agitada comunidad que lo considera culpable de antemano.
Detalles de la película
- Titulo Original: Trial
- Año: 1955
- Duración: 105
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Opinión de la crítica
Película
6
57 valoraciones en total
Interesante realización, perteneciente al drama social, racial y judicial, con magníficos actores, dirigida por el competente –a veces– artesano Mark Robson, con una estimable puesta en escena y una historia correctamente narrada, hasta la escena final, la cual es de –nunca mejor dicho– juzgado de guardia, dada su incoherencia, inverosimilitud y ridiculez. No obstante, hasta aquí todo normal.
Pero surge un problema: el film es de una simpleza ideológica y de un maniqueísmo tan lamentable que la producción parece auspiciada por el vergonzoso y antidemocrático Comité de Actividades Antiamericanas para autopromocionarse y justificarse de manera delirante.
Según se nos insinúa en esta obra, solo los ciudadanos de sano espíritu conservador son los portadores de la integridad, de la caballerosidad, de la bondad y del auténtico espíritu americano. Todo lo demás son manipulaciones comunistas (o simplemente progresistas, según los acontecimientos históricos) para destrozar la justicia, condenar a los inocentes y desmembrar las creencias saludables del pueblo con el fin de enriquecerse.
Para suavizarlo, y dar una especie de contrapunto, se introduce una leve –muy leve– crítica a los linchamientos (nada que ver, por supuesto, con la magistral Furia, de Fritz Lang) que intentan –ya que al poco cada uno de los muchachos marcha pacíficamente hacia su casa– los miembros de la ultraderecha y del Ku-Klux-Klan.
Una cinta, pues, que en el terreno puramente cinematográfico resulta atrayente, hasta esa mencionada secuencia final, pero que en relación a su mensaje ideológico alcanza el estrepitoso disparate.
Aunque la película fuese realizada a mediados de los años cincuenta del S. XX, en plena vorágine del enloquecido macarthismo, lo podían haber disimulado un poco mejor.