La casa torcida
Sinopsis de la película
Aristides Leónides es el patriarca de una adinerada familia de origen griego que será asesinado poco después de que su nieta presente a la familia a su prometido, hijo de un detective de Scotland Yard, que será quien deberá resolver el crimen. Adaptación de la novela de Agatha Christie.
Detalles de la película
- Titulo Original: Crooked House
- Año: 2017
- Duración: 115
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Opinión de la crítica
Película
5.4
36 valoraciones en total
Las adaptaciones literarias de Agatha Christie para el cine y la televisión siguen siendo rentables. Dentro del enorme grupo que la integran, en nuestra memoria son pocas las que sobreviven y brillan por sí mismas: la estupenda Testigo de cargo de Wilder sigue siendo una de las mejores, seguida de la versión de René Clair Diez negritos y rodada antes de la de Wilder, Asesinato en el Orient Express de Lumet, que contaba con uno de los repartos más impresionantes vistos en una misma película o Muerte en el Nilo, que seguía esa estela de grandes estrellas como principal reclamo. Con el paso del tiempo esta fórmula se fue agotando, quizás porque se iban poniendo en manos de directores que cumplían con el encargo sin añadir demasiado talento, por lo que encontraron más salida a estos productos como telefims que como películas rodadas para el cine. En este año, aparte del remake de Asesinato en el Orient Express ejecutado por Kenneth Branagh, que no contó con el apoyo ni de la crítica ni del público al utilizar sin mucha imaginación la fórmula ya extinguida, nos llega La casa torcida de Gilles Paquet- Brenner, del que se podía esperar más de lo que finalmente ha ofrecido, eso sí, lo ha hecho con corrección, además de apuntar una cierta intención de renovar la línea a seguir en futuras adaptaciones, pero ha sabido a poco.
Como es habitual en el cine británico se ha cuidado su ambientación en interiores, ya que exteriores, sobre todo en escenarios urbanos hay poco, al no ser una obra de gran presupuesto. Se han esforzado en su atmósfera, en sacarle partido a la mansión y sus alrededores, pero al final se tiene la sensación de haberse quedado cortos.
Quizás tampoco haya mucho que comentar. Se trata de una película que para los fans de esta clase de género no les disgustará pero tampoco creo que signifique mucho.
La banda sonora original de Hugo de Chaire nos huele en varios momentos a plagio, ya que nos evoca al interesante trabajo cometido por Mica Levi para Jackie, sobre todo por el empleo de las cuerdas, aunque también está salpicada con muchos temas variados, tanto clásicos como de jazz, estando la selección más lograda.
El guión de Julian Fellowes es cojitranco. Por un lado se echa de menos más dosis de cinismo, como en la escena por ejemplo de la cena en la que los personajes, gracias a unos diálogos más punzantes, parecen adquirir más peso. También es verdad que nos libra de resolverlo todo en tres minutos tras un discurso del detective de turno, dejando a bolos al espectador. Pero el desarrollo de su suspense se va disipando, no llega a aburrir pero no interesa demasiado hasta su recta final, la resolución, que al menos tiene más mala leche de lo habitual y no es muy políticamente correcta.
El mayor atractivo está en su reparto. Max Irons, nieto de actores e hijo de Sinéad Cusak, actriz, y del también actor Jeremy Irons, aunque con un físico que podía más bien ser el hijo de Tom Berenger, es el protagonista, Charles Hayward, el investigador que pretende solucionar el misterio y acompañado en casi todo momento de Stefanie Martini como la millonaria Sophia de Haviland. Ambos jóvenes actores hacen una buena labor, pero inferior a la del elenco de secundarios, actores más experimentados, como la siempre injustamente minusvalorada Gillian Anderson, que está casi irreconocible, no ya por sus operaciones, si no por su sofisticado look, Julian Sands o la casi siempre majestuosa Glenn Close, la verdadera reina de la función. Terence Stamp, actor de gran trayectoria, aquí aparece como el Inspector Taverner, cumpliendo sin más, entre otras razones porque su personaje no daba mucho de sí.
Puede que para próximas adaptaciones que sigan una línea académica, los productores tengan en cuenta lo importante que es un buen guión, dirigido por un director que no sea simple y lineal, además de contar con un reparto de actores famosos con experiencia, es decir, la vieja fórmula que parecía que no daba más de sí y que podría generar sus frutos en taquilla. Creo que solamente así se podría seguir adaptando, con éxito, las novelas policíacas de Agatha Christie. Buscar otras vías improvisadas o conformándose con cumplir expediente podría significar el cierre definitivo de este género en el cine.
La Casa Torcida, es la adaptación cinematográfica de una de las pocas novelas de Agatha Christie que aún no habían sido llevadas al cine. Dirigida por Gilles Paquet-Brenner, envuelve a una familia involucrada en un asesinato en una telaraña de intrigas, pasiones ocultas y maldad. Protagonizada por la siempre enérgica Glenn Close a quién vimos como la malvada de 101 dálmatas, más vivos que nunca, entre otras muchísimas películas, por Christina Hendricks, que trabajó en la serie de AMC Mad Men, Terence Stamp (Valkiria), Max Irons, hijo del actor Jeremy Irons y de la actriz Sinead Cusack, y a quién hemos podido ver en The Host, así como por Gillian Anderson conocida por su trabajo en la serie Expediente X, y por la joven actriz inglesa Stefanie Martini.
Un octogenario acaudalado y poderoso, de origen griego, muere después de que su joven esposa le ponga una inyección que debería haber sido de insulina, pero cuyo contenido ha sido cambiado por una dosis mortal de otro medicamento.
En la mansión conocida como La Casa Torcida por su peculiar arquitectura, conviven varias generaciones de la familia además del preceptor de los niños y presunto amante de su viuda, así como los miembros del servicio
Todos saldrán beneficiados de uno u otro modo con la muerte del anciano, bien económicamente, o bien ganando una libertad que el fallecido les niega en vida.
Y como en todas las buenas novelas de Agatha Christie, todos tuvieron oportunidad de cometer el crimen y motivos para hacerlo.
Para resolver el misterio, Sophía, la nieta mayor, acude en busca del detective privado Charles Hayward, antigua relación amorosa que se fraguó en Egipto años atrás, y que finalmente no llegó a buen puerto. Ella le confesará que tiene miedo, que en su familia hay maldad disfrazada de mil formas distintas, y le suplica su ayuda.
Hayward se introducirá en el ambiente cerrado y siniestro de la mansión, y será el encargado de dilucidar el crimen.
El misterio, en un entorno cerrado y claustrofóbico, está servido.
Gilles Paquet-Brenner nos presenta esta intriga policíaca de trama coral, rodada con una atmósfera velada, angustiosa, propia del cine negro. Juega con fotografía lúgubre, sombras chinescas, ambiente oscuro y amenazador, otras veces, cuando el personaje no está imbuido de la sombra del patriarca, la luz es luminosa, alegre.
Un vestuario correcto de época y una acertada dirección artística, logran una acertada escenografía de la novela de misterio rodada en una maravillosa mansión victoriana.
Al principio tiene un ritmo extremadamente lento, y poco a poco, nos desgrana los motivos de los habitantes de la casa para matar al patriarca, finalmente, el suspense va en aumento, y el final se precipita, inesperado, y trágico a la vez.
Aun habiendo leído la novela, y por ende conociendo el final, en este tablero de Cluedo la emoción está garantizada para los amantes del género.
Pese a contar con un importante elenco, a excepción de la soberbia actuación de Glenn Close, en el papel de tía Edith, personaje en apariencia duro y superficial, pero con un fondo de sufrimiento y amor por la familia, los demás actores no destacan en demasía por su interpretación.
Hay un detalle que sí que es diferente respecto a la novela original. Y es que mientras que en ella el detective y Sophía son novios formales desde que se conocieron en Egipto, aquí nos los muestran como una pareja que rompió su relación, debido a la diferencia de clases, ya que el detective es de origen humilde.
El resto de la cinta se adapta bastante bien, quitando algunas licencias sin importancia.
En conjunto, consigue recrear con acierto el clima de misterio insoluble que al principio tienen todas las novelas de la reconocida autora, para luego precipitarse la solución en la escena final.
Es una más que aceptable adaptación cinematográfica de La Casa Torcida de Agatha Christie, entretenida, aunque al principio el ritmo es muy lento, apta sobre todo para los amantes de las películas de misterio, casas victorianas y que desean ser detectives desde la comodidad de su sillón.
Escrito por Luz Nogués
https://cinemagavia.es/la-casa-torcida-pelicula-critica/
No resiste la comparación con Muerte en el Nilo (1978), por poner un ejemplo de buena adaptación de una novela de Agatha Christie. Aquella, además de mantener el suspense, contaba con grandes interpretaciones, un protagonista sensacional (Peter Ustinov) y mucho humor.
En La casa torcida lo que tenemos es una buena historia, porque Agatha Christie tenía un ingenio inagotable para el crimen, y una escenografía espectacular de la mansión donde tiene lugar la investigación.
Y no es poco, porque hay muchas películas de misterio donde al final ves con decepción que quedan muchos cabos sueltos por explicar o que se ha engañado burdamente al espectador a lo largo de la trama. Aquí no, la historia funciona y sorprende.
Lo que no me convence es el protagonista. En las novelas de Agatha Christie, un investigador sagaz solía descubrir poco a poco detalles importantes del crimen que te dejaban impresionado. Aquí el soso Max Irons descubre más bien poco, hasta el punto de que el caso prácticamente se resuelve solo. No es una buena réplica para una fascinante y enigmática Stefanie Martini en el papel de Sophia.
Como he dicho antes echo en falta el humor. Creo que este grotesco grupo de sospechosos daba mucho juego para incluir secuencias divertidas. Como el termo con coñac de Testigo de cargo, el baño de Hercules Poirot en Muerte bajo el sol o el baile de Angela Lansbury y David Niven en Muerte en el Nilo.
Mantiene todas las claves de las que Agatha Christie solía imbuir a sus obras, rodeando esas tramas de personajes con siniestros secretos, pasados dudosos, o algo inquietante que ocultar.
Oscura, pretenciosa…. Glenn Close, muy mayor, en alguna escena me recordó a Robin Williams caracterizado de Señora Doubtfire, papá de por vida . Terence Stamp haciendo ostentación de su poderosa presencia en un papel brillantemente interpretado.
Si desconoces la obra original, tal vez te sorprenda, pero en este caso, a diferencia de otras de la autora, el asesino se recuerda, al ser uno de los que menos interés despierta, jugando con el elemento sorpresa.
Sigo sin entender el éxito de ASESINATO EN EL ORIENT EXPRESS versión Branagth. La he visto tres veces y no capto el entusiasmo del público ante una película que no logra intrigar como debería ser su propósito…quizás el haber visto la primera versión y haber leído la novela tantas veces…
LA CASA TORCIDA ha llegado virgen a mi y me ha sorprendido muy gratamente. Creo que la elegante dirección y el excelente reparto han conseguido crear una atmósfera propicia para la trama y ahora estoy buscando el libro para devorarlo con avidez. No están ni Poirot ni Marple y eso también es una ventaja.
En fin que lamento que el público se pierda esta interesantísima adaptación a la vista de las escasas taquillas que está consiguiendo.