La caja de música
Sinopsis de la película
Un inmigrante húngaro (Armin Mueller-Stahl), afincado en los Estados Unidos desde el final de la II Guerra Mundial, es acusado de ser un criminal de guerra nazi. Su hija Ann (Jessica Lange), una abogada de prestigio, convencida de su inocencia, decide ocuparse personalmente de su defensa.
Detalles de la película
- Titulo Original: Music Box
- Año: 1989
- Duración: 123
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Opinión de la crítica
Película
7.3
96 valoraciones en total
Uno debería estar ya bien servido con el montón de libros leídos, o con las decenas de películas y documentales vistos, que tengan una relación más o menos intensa con el nazismo, ese envilecimiento o abyección de la especie humonoide, que tiene antecedentes desde que se inició la historia, y que se repite bajo nuevas y refinadas variaciones de crueldad hasta el momento presente. Aún así, todavía son y seguirán siendo temas cultivados por el cine, con éxitos no muy lejanos, como el de El Pianista. Esta Caja de música es una buena película, un drama endiablado y peliagudo, que conmueve y entretiene, sin llegar a ser una obra maestra, y que mantiene ciertas afinidades con la memorable Testigo de cargo (sobre todo, por la decepcionante revelación final de la verdad), pero sin que los protagonistas, ni el ritmo de la película, lleguen a tan altas cotas de excelencia. Para ver, y quizás para guardar en la cineteca particular.
Puede que como drama judicial no sea la película más absorbente, puede que el ritmo se vea afectado por tantos momentos intimistas, pero sólo la idea de partida ya me pone el vello de punta: no puedo imaginarme muchas cosas peores para un hijo que se siente querido y que tiene en su padre a un referente que albergar serias sospechas sobre un posible pasado suyo como genocida. Además, el resultado, gracias a actores –inmensos Lange y Mueller-Stahl– y a cineastas, es tan realista que no hace falta tirar de recursos técnicos, aunque los ofrece, como por ejemplo un magnífico uso de la música, del sonido y de la fotografía.
Los sentimientos del espectador irán parejos a los de Ann (Jessica Lange), desde la incredulidad inicial por la acusación hasta el desengaño, que para quien esté atento se descubrirá muchísimo antes que para el resto (ver SPOILER).
Desde jovencito siempre he sentido una extraña y morbosa curiosidad por saber qué había ocurrido con todos esos oficiales nazis que, al final de la II GM, huyeron a Sudamérica y -tras una nueva identidad- continuaron viviendo su vida como si nada hubiera pasado.
Resulta obvio suponer que, a día de hoy, pocos criminales de guerra nazi pueden quedar vivitos y coleando en Brasil, Uruguay o Argentina. 65 años después de la liberación de Auschwitz lo más probable es que el 99 % de esos entrañables abuelitos que se le escaparon a Wiesenthal hayan fallecido de muerte natural en el cómodo lecho de su hogar de adopción.
Quizás por ello resulta estimulante (o al menos consolador) que cineastas como Costa-Gavras (Z, Missing,Amén) hayan aportado su particular granito de arena para mostrar al mundo las dificultades de la justicia para desenmascarar a estos atroces criminales de guerra. Algo que, sin lugar a dudas, describe a la perfección La caja de música. Un extraordinario thriller judicial que su prestigioso autor narra con pulso, convicción, rigor y sensibilidad. Virtudes, todas ellas, que junto a las espléndidas interpretaciones de Jessica Lange y Armin Mueller-Stahl hacen de La caja de música una peli que entretiene, conmociona y conciencia a partes iguales. Recomendable.
Película de denuncia de Costa-Gavras, en la que hace su debut americano el actor alemán Armín Mueller-Stahl, de la antigua cantera de Fassbinder. Nominada al Oscar y al Globo de oro a la mejor actriz principal, ganó el Oso de oro del Festival de Berlín a la mejor película. Fue producida por Irwing Winkler ( De-lovely ).
La acción tiene lugar, en 1988, en una gran ciudad de EEUU y en Budapest. Narra la historia de un exiliado húngaro, Mike Laszlo (Armin Mueller-Stahl), que lleva 37 años viviendo en el país. Es viudo, padre de una hija, Ann Talbot (Jessica Lange) y de un hijo, Karchy (Michael Rooker), y abuelo de Mikey Talbot (Lukas Haas). Acusado de ser un criminal de guerra durante la II GM, es reclamado por Hungría para su procesamiento. Su hija, abogada de prestigio, asume la defensa en el proceso de extradición, tras algunas dudas inciales. La película muestra la existencia activa de tramas de apoyo a antiguos criminales, que facilitan a la abogada, en América y en Budapest, informaciones de gran valor para fundamentar la defensa. Como en otras obras del autor, la película evoca una película de Hitchcock, en este caso La sombra de una duda . El film reflexiona sobre la conveniencia de olvidar los crímenes del pasado o de perseguirlos, denunciarlos y castigarlos, con el apoyo de la justicia. Para el autor no hay prescipción social posible de las atrocidades de lesa humanidad, aunque los verdugos vivan ocultos tras máscaras de bondad y de integración social. Los crímenes se sitúan en los años 1940-45, pero la película se refiere a todos los crímenes de guerra y crímenes de Estado de todos los tiempos (Chile, Argentina, Bosnia, Kosovo, etc.).
La música, original de Philippe Sarde, colaborador frecuente del autor, se basa en una partitura orquestal excelente, interpretada por la Orquesta Sinfónica Nacional de Hungría. La fotografía refuerza el clima de suspense de la acción y describe los sombríos presentimientos de la protagonista. El guión corre a cargo del húngaro Joe Ezsterhas, colaborador habitual de Gavras. La interpretación de Lange es excelente y muy meritoria la de Mueller-Stahl, que borda la imagen de ambigüedad de víctima/verdugo. La dirección denuncia delitos abominables que han quedado impunes por ocultación de pruebas y, en ocasiones, gracias al apoyo cómplice de oscuras mafias de apoyo.
Película de intenso dramatismo, bien construída y bien interpretada, emocionante y con valores documentales de gran interés sobre una realidad de vieja y nueva actualidad.
Película sencillamente extraordinaria. Aunque naturalmente haya gente que opine lo contrario. La trama y la argumentación son verdaderamente originales a pesar de ser un tema muy manido, pero está contada con tanta dulzura que a pesar del tiempo, sigue siendo a mi modo de entender vigente para nuestros días. Fenomenales Lange y Mueller-Stahl, quizá los secundariso sean… eso, demasiado secundarios en sus papeles, pero película de visión obligatoria.