La buena tierra
Sinopsis de la película
Wang Lung (Paul Muni) es un labrador que vive en paz con su familia y en armonía con la tierra. Un día, su padre arregla para casarlo con O-Lan (Luise Rainer) una de las esclavas de La Casa Grande, y el matrimonio significará la llegada a la familia de una mujer que, además de ser muy atractiva, también es hacendosa, honesta y comprometida. Pero la felicidad que ha empezado con varios hijos, una buena tierra y una familia en paz… de pronto habrá de oscurecerse ante los reveses de la naturaleza, los violentos conflictos sociales y las decisiones improcedentes.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Good Earth
- Año: 1937
- Duración: 138
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Opinión de la crítica
7.3
70 valoraciones en total
Sidney Franflin, que colaboró junto a otros con King Vidor en la dirección de la magnífica Duelo al sol , fue autor de una cincuentena de películas de cine mudo y dentro del sonoro de aceptables obras como Sólo ella lo sabe , Vidas íntimas , La llama eterna , Las Vírgenes de Wimpole Street , Ángel en tinieblas y por encima de todas esta La buena tierra , que fue su mejor película. Un gran Paul Muni y una grandísima Luise Rainer dan vida a unos labradores que tienen que luchar contra las inclemencias del tiempo para subsistir en la China de principios del siglo XX. Algunas secuencias son magníficas. A destacar:
1- La siega y recogida del trigo ante la tormenta de granizo. Sentimos el viento que nos arrastra. Sentimos la congoja de los personajes.
2- El asalto a la Casa Grande. Tan memorable como algunas secuencias de Eisenstein.
3- La plaga de las langostas. Secuencia sencillamente terrorífica.
4- Todos los pimeros planos y planos medios de Luise Rainer. Muestran sin palabras todo lo que hay en el personaje. Su apacibilidad, su tristeza, su amor, su determinación y su grandeza.
Drama de proporciones épicas que hace escala en todos los elementos de narracción de las películas de la época, a saber, una de cal y otra de arena para nuestros protagonistas en el devenir de sus vidas. Tan pronto les va todo sumamente bien como se les tuerce todo, no es que me queje de un esquema mil veces repetido y de probada eficacia pero hay algunas veces que funcionan mejor y otras peor y concretamente en ésta película funciona bastante bien.
Tres cosas a tener en cuenta a la hora de disfrutarla: (ver spoilers)
En resumidas cuentas una buena muestra de la capacidad del Hollywood clásico para emprender casi cualquier tipo de proyecto y salir airoso… ver a Paul Muni caracterizado de chino sin que chirrie tiene su mérito, imagínemos que Brad Pitt hiciera lo mismo en nuestros días…. (espero que nadie de Hollywood lea esto porque son capaces de hacer un remake XD).
Hubo alborozo en Hillsboro, EE.UU., cuando el 26 de junio de 1892, nació la preciosa niña a la que bautizaron como, Pearl Comfort Sydenstricker, pero, pasados apenas tres meses, sus padres, misioneros en China, decidieron que era hora de partir, y familiares y amigos despidieron con tristeza a aquel angelito al que le deparaban muy intensos años donde conocería el sufrimiento… la pobreza absoluta… el hambre… las pestes… las guerras… la esclavitud… los abusos… el machismo… pero también la vida le haría lugar a la abundancia… la esperanza… la solidaridad… la férrea amistad… la resiliencia… el amor… y todo esto haría parte de la magnífica materia prima que, aquella muchacha que lo sobrevivió todo, convertiría en material de las novelas, poesías, cuentos, obras de teatro, guiones cinematográficos… que firmaría luego como, Pearl S. Buck (apellido, éste, tomado de su primer marido) y con lo cual se haría merecedora al Premio Nobel de Literatura, en 1938.
>, un filme que cuenta con memorables escenas y un profundo dramatismo, es bastante curiosa, ¿y pretendidamente?, protagonizada por actores austriacos asentados en América: Paul Muni (Scarface, Black Fury…) es Wang Lung, el hombre cuyo ascenso lo llevará hasta el infierno. Luise Rainer, quien venía de ganar el premio Oscar por, The Great Ziegfeld, y que, con esta actuación, se llevaría su segundo galardón consecutivo, es O-Lan, la abnegada esposa dispuesta a acoger la vida con todo lo que le ofrezca, pues, pareciera entender que, en definitiva, aquello que ocurre es lo mejor que puede ocurrir… y si no, pregúntenle a Pearl S. Buck, y como Lotus -la segunda esposa de Wang-, aparece la también austríaca, Tilly Losch, actriz que venía de aparecer en, The Garden of Allah y a quien, luego, veríamos en, Duel in the sun. Queda hacer reconocimiento del estadounidense, Walter Connolly, un magnífico actor que, como el tío bueno para nada, logra una caracterización a la vez simpática y abominable, pero, sin duda, muy especial.
>, tiene una espléndida fotografía, una composición de escenas de primera línea y una historia memorable. La suerte de filme que siempre se agradece.
De los años colmados de complejas e intensas experiencias que vivió en Nanking -a principios del siglo XX con muchos conflictos sociales-,fue que, la señora Buck, extrajo la historia que tituló, The Good Earth (La Buena Tierra, 1931) con la cual se haría acreedora al premio Pulitzer, y con ella, inició su trilogía, The House of Earth (sobre la familia Wang), que luego complementaría con Los Hijos de Wang Lung (Sons) y La Familia Dividida (A House Divided).
Llevada al cine 6 años después, bajo la dirección de, Sidney Franklin, el resultado ha sido una obra que va hasta las raíces de una cultura milenaria que ha pasado por todo lo bueno y lo malo en extremos impensables. La familia Wang (recuérdese que, en China, los apellidos van delante) tendrá en su padre el ejemplo viviente de como se forman los gamonales, con esa suerte de proceso transformador que va llevando a un simple labrador, honesto y laborioso, a convertirse en un hombre al que, el afán de poder, lo pone a punto de tirar al abismo –definitivamente- los inmensos valores que hacían ya parte de su noble esencia. Porque el poder es siempre tentado con la corrupción, y a mayor grado en que éste se alcance, mayor es la posibilidad de que el hombre se arruine moralmente y para siempre. ¿Pasará esto con Wang Lung?
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Cine para aprender a vivir.
Título para Latinoamérica: MADRE TIERRA
La buena tierra es, en cierto modo, el testamento cinematográfico del gran Irving Talberg, el hombre que hizo que el cine sea como lo amamos y que encumbró con su talento y osadía a la Metro.
La buena tierra es una superproducción de la época, una película perfecta en lo técnico, basada en un libro de gran éxito de la premio Nobel norteamericana Pearl S. Buck, y con un gran reparto encabezado por Paul Muni, el hombre de las mil caras, capaz de hacer lo mismo de Emile Zola, que interpretar a un humilde campesino chino, por citar sólo sus dos películas de 1937.
A la fuerza dramática de la historia, a la épica de la lucha del hombre de a pie por salir adelante contra todas las adversidades, ambientada en una aldea campesina de la China de principios de siglo, se unen unas interpretaciones de una gran fuerza, que le valió el Oscar a Luise Rainer y la nominación a Paul Muni (en un año en que el Oscar lo ganó Spencer Tracy por Capitanes intrépidos).
Es una película conmovedora, muchas de cuyas escenas guardaba en la memoria desde que la ví en televisión hará cosa de 30 años, y que vista de nuevo en DVD he podido disfrutar con la misma intensidad que cuando era un niño.
Dedicada a Irving Thalberg como su última gran empresa (moriría meses antes de poder verla concluída), se articula como una gran superproducción con dos grandes estrellas: Paul Muni, quien el año anterior había ganado el Oscar por La tragedia de Louis Pasteur, y Luise Rainer, actriz alemana de 26 años de carrera meteórica, retirada en 1943, que consiguió la proeza de ganar el Oscar dos años consecutivos, por El gran Ziegfeld,y aquí, con su interpretación de O-Lan. Una de sus rivales era Greta Garbo por Margarita Gautier.
Está basada en la novela de la escritora Pearl S. Buck, ganadora del premio Pulitzer, que había tenido un gran éxito de ventas dos años antes.
Cuenta una historia épica de un modesto labrador chino y su familia que irá pasando por distintos estadios, al tiempo que la Historia de China avanza, siempre como contexto histórico muy de fondo.
Como superproducción que es, cuenta con una gran profusión de medios (extras, decorados, vestuario, efectos especiales). Así, por ejemplo, se convirtió una parte del valle de San Francisco en una provincia China, se utilizaron cientos de extras y se contrataron especialistas en agricultura que plantaron auténticos campos de cultivo.
Las durísimas condiciones de vida de los labradores son mostradas con bastante meticulosidad y atención al detalle (la siembra, la recogida, las inclemencias meteorológicas y naturales) en un alarde de aproximación al realismo. El gran trabajo del director de fotografía Karl Freund (Metrópolis, Cayo Largo) tuvo su recompensa con el Oscar. Los efectos especiales (hay una parte muy destacada) son muy avanzados para la época.
La caracterización de Paul Muni como ciudadano chino, fundamental para la credibilidad de la historia, está bastante conseguida, al igual que la de Luise Rainer. En contra de lo habitual de la época, exceptuando los personajes principales, el resto de actores eran oriundos chinos.
En paralelo a la historia personal de Wang Lu, el film posee grandes picos de interés dentro de una historia de altibajos.
En definitiva, gran película, con características de epopeya, abarca la juventud y madurez de un agricultor chino y su familia, y posee momentos de gran belleza así como de gran dureza. Imprescindible fans de Paul Muni.