King Cobra
Sinopsis de la película
Drama sobre el asesinato de Bryan Kocis, productor y fundador de Cobra Videos, industria del porno gay. En enero de 2007 Kocis fue encontrado muerto en su apartamento, 28 veces apuñalado. Por el juicio posterior a dos escorts, condenados como autores de su muerte, desfilaron famosas figuras del porno como Bret Corrigan, estrella en varias de sus películas.
Detalles de la película
- Titulo Original: King Cobra
- Año: 2016
- Duración: 92
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Opinión de la crítica
Película
5.1
20 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Alicia Silverstone
- Angel Montes
- Cabrina Collesides
- Christian Slater
- Cliff Ferraro
- Daniel Sinasohn
- Edward Crawford
- Elaina Levy
- Garrett Clayton
- James Franco
- James Kelley
- Jeremiah Wenutu
- Joe James
- Joseph Baird
- Keegan Allen
- Keith Leonard
- Lorenzo Beronilla
- Molly Ringwald
- Paul Michael Polsinelli
- Pedro Tweed
- Rene Vettese
- Robby Johnson
- Robert Peterpaul
- Ron Simons
- Rosemary Howard
- Sean Grandillo
- Shona Tucker
- Spencer Lofranco
- Tomas Uhliarik
- Willoughby Pyle
No comprendo la necesidad de utilizar el cine porno como contexto de ciertas películas (Wonderland, Lovelace, The Canyons King Cobra), si después la mirada que se arroja sobre ese entorno y sus gentes es tan aséptica, tan educada, tan tímida, como la que hay aquí en King Cobra. La crítica de The Guardian de la película dice que King Cobra no es un Boogie Nights gay. Y desde luego no lo es, ni de lejos. Y no porque en aquella obra maestra de Paul Thomas Anderson apareciera una polla (que aunque parezca contradictorio, eso es lo de menos), sino porque en Boogie Nights se contaba la historia de un grupo de personajes que habitaban en un mundo determinado, y ese contexto daba lugar a unas situaciones, unas emociones, y unos caracteres irremediablemente influenciados por eso. Además, pese a tratarse de una película pensada para distribuirse en un circuito comercial ",convencional",, tenía una opinión, tenía algo que decir sobre el cine porno, sobre sus mecanismos y el estilo de vida derivado de ese género tabú.
King Cobra no es Boogie Nights porque nada de eso ocurre aquí. No hay un análisis verdadero si no una aséptica exposición de los hechos. No hay ninguna emoción importante a pesar de que por ahí pululan cosas como traición, ambición, pedofília, abuso, envídia, asesinato… No hay una opinión sobre lo que se cuenta, y no me refiero a un juicio moral sobre los acontecimientos, si no a una mirada adulta sobre sus personajes y sus situaciones.
Es una provocación infantil, acomodada en un par de inocentes escenas de sexo, en mucho abdominal desnudo, y en miradas tan excitantes como las de un perro pidiendo comida. Además, ni el montaje, ni la puesta en escena, parecen contar algo más de lo que encierra el plano: no hay opinión, no hay estilo, no hay contexto.
Y sus actores vagan posando por el metraje, buscando que algo signifique algo, pero eso nunca llega. Todos parecen aburridos, desclasados, fuera de lugar… Sólo en un par de momentos, en los que las escenas respiran algo más de lo evidente, consigue James Franco que su evidente fascinación por lo homoerótico (Interior: leather bar, Goat, Spring Breakers, The Broken tower….), asome en algún momento en su personaje. Lo demás es anodino, tedioso, intrascendente, como de telefilme subido unas décimas de tono.
Por si acaso Justin Kelly no se ha enterado: hacer una película sobre porno no significa hacer tú porno con la película. Por si acaso no se había dado cuenta. ¿Más detalles? Vea usted, señor Kelly, una película que se llama Boogie Nights, de Paul Thomas Anderson.
Porque King Cobra no es sólo una historia no demasiado interesante para los no iniciados ni para quienes no estén muy interesados en la historia del porno, gay o no gay (de verdad, ¿es muy muy interesante la vida de este chico?). Lo peor es que, como también pasaba en otra película reciente de contenido LGTB, Below her mouth, la película en sí es prono encubierto disfrazada de historia . Lo único que importa es el sexo en pantalla, mucho y frecuente, mientras los personajes y las situaciones dramáticas languidecen.
Extraño que dos intérpretes como Christian Slater y James Franco se presten a esto. Muy muy floja en lo cinematográfico, y dudo que ni siquiera sirva como experimento calenturiento de excitación sexual del espectador.
Existen cientos de películas que, debido a su contenido sexual tan explícito, pueden llegar a ser consideradas por muchos como películas pornográficas. En anteriores años, cintas como Nymphomaniac o El Desconocido del Lago levantaban ampollas entre los espectadores debido a sus altas connotaciones e imágenes cargadas de sexualidad. King Cobra ha querido pertenecer a este grupo pero, desgraciadamente, se ha quedado en una nefasta TV-movie que no será apta ni disfrutable para ningún tipo de público.
King Cobra es la última abominación causada por la diarrea artística tan propia de James Franco. La película narra los comienzos en la industria pornográfica gay de Brent, un joven que ve el cine X como medio perfecto para dejar atrás todo su pasado, a pesar de que en la película no se nos de mucha información sobre este, puesto que comienza con el primer casting del joven aspirante a estrella. Desde aquí parte la hermana fea, absurda y aburrida de The Neon Demon. Un guión superficial, cargado de clichés y predecible hasta límites insospechados que, obviamente, acaba dejándonos un sabor de boca casi tan malo como la actuación de todos y cada uno de los integrantes.
El argumento de la película recuerda mucho al de Boogie Nights, debido a que la base de la que parte es exactamente la misma. Sin embargo, su torpe fotografía y la mala escritura de su guión hacen que King Cobra resulte un fracasado remake gay edition de la cinta de Thomas Anderson. No me sorprendería nada ver en el cartel algún subtítulo del estilo de los productores de Epic Movie, puesto que la película llega a resultar una propia parodia sobre el comportamiento de los homosexuales y del funcionamiento de la industria pornográfica. Y no metamos a Torbe en esto. Para algo de lo que no tiene la culpa…
¡No se salva ni el vestuario! ¿Quién tuvo la idea de vestir a todos y cada uno de los personajes como lesbianas de los 10s? Camisas de cuadros sin mangas, chaquetas vaqueras también sin mangas y escotes que llegan hasta el ombligo. Personajes que se muestran más fáciles que la tabla del 0 y que actúan sin ningún tipo de verosimilitud para el espectador debido a la mala presentación que se ha hecho de estos.
Justin Kelly, director de nada-relevante-en-esta-vida, demuestra una dirección torpe que ensombrece aún más el resultado de la cinta debido a su dirección impersonal y pre-fabricada. Ni un triste juego de luces, ni de cámaras, ni de planos a pesar de el amplio abanico de posibilidades que ofrece el cine dentro del cine, aunque este sea X.
¿Qué podemos salvar de la película? Pues poco. Quizás la interpretación de Garrett Clayton, el twink más popular de la película. Mejor que en Hairspray Live!, donde daba vida a Link, siendo la peor actuación tanto vocal como interpretativa del musical emitido en directo. Quizás sea esa la razón por lo que es lo único destacable de esta película.
En definitiva, King Cobra es una película que necesitaba mucho más tiempo de meditación y escritura. Demasiado impersonal para abarcar una historia tan íntima como esta y demasiado monja como, por lo menos, poder llegar a entretener (wink, wink).
Ni para cascársela.
Nota: 2/10
King Cobra cuenta una buena historia, en la que cada escena tiene algo importante. Ni sobran ni faltan minutos. Es algo más que culos y genitales. Y aunque no se calificaría de excelente, sí que resulta bastante interesante el desarrollo de los personajes y de la propia historia. Keegan Allen realiza una gran interpretación con uno de los personajes más complejos y profundos de esta historia.
Desde luego, desnudos los hay a montón,se muestran culos de tíos, tíos en calzoncillo donde se adivina el paquete, mucho músculo, mucho muslo, mucho tórax, algunas escenas donde se insinúa el sexo gay. pero como thriller, un bluf. La recreación del asesinato no tiene apenas suspense, todo resulta muy superficial. Esta vez la duración de 80 minutos juega en contra de la película a la hora de construir un retrato profundo de los personajes y sus motivaciones.
Sobre los actores, pues tampoco me han convencido, James Franco sigue empeñado en estrellarse, Christian Slater, simplemente es un mal actor, y el guaperas que da vida a Corrigan, Keegan Allen, está sacado de ese culebrón para adolescentes que es Pretty little liars lo que lo dice todo. Alicia Silverstone, con su poco tiempo en pantalla tampoco aporta nada a la película.
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