Johnny cien pesos (Johnny 100 pesos)
Sinopsis de la película
Johnny Cien Pesos es la crónica de una violenta transición desde el exceso adolescente hacia el misterio de la vida adulta. Y ese filón es para Graef-Marino -coautor del guión junto a Gerardo Cáceres- la mejor metáfora para hablarnos del Chile post Pinochet. El incidente nos lleva a las redes del imberbe nuevo orden político. Ahí está Beaucheff (Cristián Campos), el abogado del Ministerio del Interior encargado del trabajo sucio: ceder a las demandas de los secuestradores para que la casa parezca en orden. Johnny Cien Pesos nos da pistas de los nuevos burócratas del poder civil: un puñado de aprendices, al igual que Freddy (Willy Semler), Loco (Aldo Parodi), Washington (Rodolfo Bravo) y Johnny, los bandidos capaces de poner en jaque a los nuevos prohombres del sistema democrático. (Fuente: mabuse.cl)
Detalles de la película
- Titulo Original: Johnny cien pesos (Johnny 100 pesos)
- Año: 1993
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
5.9
30 valoraciones en total
Thriller de acción que no conoce momentos de relajo en todo su desarrollo. Pero no está ahí su interés mayor, tampoco en el hecho de basarse en un hecho real que recuerda mucho al de Tarde de perros de Sidney Lumet.
Lo que importa en una historia de estas características es la cantidad de implicaciones individuales de los personajes y cómo dan cuenta de una situación más amplia, en la que está involucrada una sociedad entera, con sus tensiones políticas y sociales. Situada en el comienzo de la democracia chilena, tras 17 años de dictadura, la acción de un hecho delictual se transforma en una aguda observación sobre el tejido de nuevos intereses políticos y comprensibles aprehensiones sobre el uso de las fuerzas armadas en contra de representantes de una sociedad aplastada por una miseria más moral que física, cuya sola existencia es un dedo acusador a todo el sistema.
Afortunadamente este director no es un cineasta político, sino que uno que aprecia la acción y la intriga, dejando la responsabilidad de las extensiones significativas a la habilidad del guionista Gerardo Cáceres, quien ha sabido construir una galería de personajes tan realistas como expresivos de una situación de cambios, sobre los que pesa una historia reciente y presente de debilidades e incertidumbres. Ejemplar en este caso es la utilización de la prensa, sus excesos caricaturescos e insuficiencias en la captación de una realidad cuya violencia hace estallar simbólicamente los medios técnicos que podrían ayudar a denunciar esa misma violencia. También el duelo entre el funcionario de gobierno, representante de la alta burguesía progresista, y el puntilloso juez de origen más modesto, alcanza puntos de intensa ironía, mientras que el coro de buenas intenciones del colegio de Johnny contiene una mofa sobre la educación que resulta difícilmente olvidable.
Pero lo que prima es la acción y Graef Marino la sabe manejar con propiedad evitando caer en la sobre significación, mal endémico del cine latinoamericano progresista. Lo que importa es la tensión que se acumula en el encierro y la trama de hechos y personajes externos que contribuyen a hacer del secuestro una trampa sin salida, pero al mismo tiempo una exploración sobre los hilos del poder y el juego de las apariencias, tema recurrente en el cine chileno de los noventa. Una película muy, pero que muy instructiva y, a la par, entretenida. Un 7.