Irma la dulce
Sinopsis de la película
Un infeliz gendarme, fiel cumplidor de su trabajo, se enamora perdidamente de una prostituta a la que detiene en una redada. Por ella dejará su trabajo, se enfrentará al chulo que la explota y, gracias a un golpe de suerte, se convertirá en el nuevo matón del pintoresco barrio de Les Halles , el mercado de abastos de París. A partir de ese momento, aunque con ciertos escrúpulos, vive de la chica, que lo considera su nuevo protector, y él por amor la deja hacer.
Detalles de la película
- Titulo Original: Irma la Douce
- Año: 1963
- Duración: 142
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Opinión de la crítica
Película
7.9
65 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Bill Bixby
- Billy Beck
- Bruce Yarnell
- Cliff Osmond
- Diki Lerner
- Grace Lee Whitney
- Harriette Young
- Herb Jones
- Herschel Bernardi
- Hope Holiday
- Howard McNear
- Jack Lemmon
- Jack Sahakian
- James Brown
- James Caan
- Jane Earl
- Joan Shawlee
- John Alvin
- Lou Jacobi
- Lou Krugman
- Paul Dubov
- Ruth Earl
- Sheryl Deauville
- Shirley MacLaine
- Susan Woods
- Tura Satana
El señor de los entretenimientos vuelve a hacer de las suyas. El guión es de lo menos serio, y sólo hacia el final se hace molesta la inverosimilitud presente desde que Nestor se disfraza de Lord X. Además, un gran colorido, una buena música y unos actores con mucha vis cómica.
Lo mejor: Moustache, el multiprofesional, y sus otras historias , la huída de la cárcel, cuando Nestor se equivoca de ojo al ponerse el parche, los trabajos nocturnos en el mercado.
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– Está esperando un bebé.
– ¿Seguro que espera un bebé?
– Bueno, desde luego sería una gran desilusión si fuera otra cosa.
Perfecta combinación de ironía y sentimentalismo (no equivocar con sensiblería), cuyas grandes bazas son:
– Moustache, tal vez un vividor (asegura haber sido profesor de economía, coronel de la legión, croupier de Montecarlo, soldado en Dunkerke hasta la última evacuación, ladrón de bancos, abogado criminalista, tocólogo en el África Ecuatorial…), tal vez un farsante, medio personaje, medio espectador.
– la gran interpretación de Jack Lemmon de Nestor Patou, típico hombre normal tirando a anormal.
– los disparates de la trama, una comedia de trágicos enredos cuya inverosimilitud parece no tener techo: el engaño de Nestor a Irma, la pelea de Irma y Lolita, la fuga de Nestor, la demostración de la inocencia de Nestor, el final…
– los encomiables decorados que recrean el barrio parisiense de Les Alles, cuya mezcla de artificio y realidad le va de perlas a la película.
– la estupenda narración. Dos ejemplos. 1. La definición del agente Patou mediante su porra, llega al barrio meneándola como el rabo de un perrito, en la redada usa la porra para tocar y dirigir a las prostitutas, entra en el despacho del inspector orgulloso de su redada y con la porra erecta hasta que aquél le abronca y la porra se desploma y queda colgando de su mano. 2. La inspección policial en la casa de Irma, perfecta planificación de la escena en la que Wilder logra que Nestor no sea descubierto en una única habitación por un grupo de agentes que miran hasta debajo de la cama.
– la exagerada y sentimental música de Previn.
-MacLaine en ropa interior.
Film nº 18 de Billy Wilder. El guión, escrito por B. Wilder y I.A.L. Diamond, se basa en la comedia musial Irma la douce (1956), de Alexander Breffort, con música de Marguerite Monnot. Se rueda en los Warner Studios (Hollywood). Gana un Oscar (adaptación musical) y otros premios. Producido por B. Wilder, Edward Alperson y Alexander Trauner, se estrena el 5-VI-1963 (EEUU).
La acción tiene lugar en el mercado mayorista de Les Halles (Paris) y alrededores, en 1962/63. Néstor Patou (Lemmon) es un gendarme responsable e insobornable, destinado como premio por su buen trabajo al barrio de Les Halles . Allí conoce a Moustache (Jacobi), propietario de un bar, y a Irma (MacLaine), la prostituta con más clientela de la zona.
El film suma los géneros de comedia, drama y romance. Wilder repite experiencia con los protagonistas de El apartamento (1960). Desarrolla un relato que tiene la sencillez propia de un cuento. Hace uso de técnicas de estilo tomadas de su maestro Lubitsch, como la elipsis de la primera noche que pasan juntos los protagonistas (aproximación/fundido en negro/plano de la mañana/Néstor con el antifaz de Irma) y escenas fuera de campo (pelea de Irma y Lolita). Incorpora cuadros de gran ternura, como la cobertura de la cristalera con papel de periódico para que nadie vea a Irma cuando se desviste, y de gran acercamiento personal (Nétor e Irma camino de casa tras la pelea con Hipólito). Cuida detalles cargados de gracia y sutileza (posiciones de la porra de Néstor). Se hacen presentes varias de las constantes del autor: extraño encendido de una cerilla, coches a la carrera, referencias a Europa, mujer tierna y pícara, chica en ropa interior, cita melómana (Ravel), etc. El film condena la indolencia, los juegos de azar, la corrupción, la bravuconería, la vanidad, la explotación de personas, el autoritarismo, etc. Critica la ineficiacia policial, los errores judiciales, los chivatos. Se posiciona contra mitos y tabús, como los prejuicios sobre las prostitutas.
Construye un relato lleno de comicidad, que extrae de recursos muy diversos: enredos, malententidos, personajes arquetípicos (chulo vanidoso), confusión y sustitución de identidades (disfraces), situaciones surrealistas (apariciones y desapariciones de Lord X), figuras rocambolescas ( Moustache es tocólogo, economista, abogado, filósofo…), desventuras reales o imaginarias (las que Irma cuenta a clientes), urgencias imperativas (boda contrarreloj). Son escenas memorables la del traslado en furgoneta, la pelea de Néstor e Hipólito, la boda en iglesia atestada de chicas de la calle.
La música, de André Previn, aporta una partitura recia, pícara y colorista, con temas tan gratos como The Market y Look Again . Añade temas adaptados, como el alegre Dis Donc y Language Of Love . La fotografía, de Joseph LaShelle, luce un cromatismo espléndido, ofrece travellings verticales y un uso funcional y efectivo de la cámara. Las interpretaciones son excelentes.
La verdad es que la película en general, me parece buena y recomendable, pero en mi opinión tiene algunos defectillos que impiden que pueda valorarla con una mejor nota.
Para mi gusto, el guión se enrevesa demasiado a partir de la primera hora de película e incluso se hace pesado y difícil de digerir. Las situaciones son, en mi opinión, absurdas y alocadas, cosa que me decepcionó bastante, pues la primera hora de película me parece sublime, casi perfecta. Además de la pérdida de calidad del guión creo que la actuación de Jack Lemmon en ese tramo de la película tampoco ayuda. Las excesivas muecas me parece que no encajan bien con el planteamiento inicial de la película y de su actuación particular. Sé que es un gran actor cómico pero para mi gusto, en este trabajo, al final se pasa.
Por lo demás se trata de una buena película, donde Shirley MacLaine nos deja una actuación memorable y nos deslumbra con su belleza y ternura. La actuación del camarero, o dueño del local, es también muy buena y la de Jack Lemmon no lo es menos, pero como ya he dicho, baja bastante a medida que avanza la película.
A destacar también la banda sonora, muy acertada en su ritmo y cómo no, la dirección del maestro Wilder.
Con su característico cinismo vitalista, Wilder centra la historia en los alrededores del hervidero humano de Les Halles, en el submundo de la prostitución callejera (consorcio de proxenetas de mano suelta y gendarmes que miran para otro lado incluidos), y aplica un enfoque tan sardónico como indulgente, eficaz en cualquier caso: la fórmula infalible de las comedias escritas a cuatro manos con Diamond.
Gendarmes que mientras se les llena el quepis de francos miran todos para otro lado… todos menos uno, el reglamentista Néstor Patou (Jack Lemmon en su línea histriónica): ahí empieza el enredo, la ginkana narrativa que gira y gira entre el hostal Casanova, la buhardilla de Irma (seductora Shirley MacLaine, de prendas verdes) y el bar-residencia de Moustache el fantasioso, que regala al lenguaje coloquial la frase ¡Pero ésa es otra historia…!.
Las películas de Wilder están llenas de bifurcaciones y desdoblamientos: las tramas originan sin cesar subtramas, los personajes segregan a su vez facetas inesperadas, hasta enteros personajes nuevos.
Pero el espectador avanza muy cómodo, seguro de ir por la ruta principal. Encuentra iluminación y señalización perfectas, áreas recreativas y estaciones de servicio atendidas por personal de excelente humor, un color suntuoso, una velocidad de crucero ligera…
Hay abundantes glorietas y desvíos, pero las indicaciones de Wilder, el mapa de carreteras que nos proporciona, son muy claras: siempre se va por el camino más directo, el principal y más ancho. Vemos al propio Wilder circular por él, de vez en cuando saluda con el claxon desde su automóvil…
Incluso adelantamos a los personajes en algún tramo del trayecto. Sabemos más que ellos. Con superioridad de enterados les vemos actuar en la ignorancia de cosas que el director nos ha soplado aparte, porque es nuestro cómplice. Hasta les llevamos algún rato en nuestra ranchera, por el retrovisor panorámico les vemos discutir y pelearse, perdidos en equívocos cuya clave conocemos.
Claro, que Wilder es viejo zorro, curtido en mil guiones, y en el mapa que nos ha dado no vienen los túneles y atajos que él usa. Nos mete por desvíos provisionales y en realidad el tráfico rápido va por otra ruta, a la que nos reincorporamos en el giro siguiente, donde él aguarda con expresión zumbona.
Juguetón, suele guardarse en la manga, para una sorpresiva baza final, el verdadero y completo mapa de carreteras.
En Irma la dulce lo muestra en guiño ritual, para la galería, cuando ya están, como quien dice, encendidas las luces.