Un castillo alucinante
Sinopsis de la película
Un matrimonio atravesando horas bajas hereda una propiedad en la vieja Europa. Un castillo italiano de misteriosa historia. Nadie sabe donde fue a parar el hijo de la anterior propietaria, una duquesa bella pero vil en su vejez. Una vez instalados allí, el matrimonio, con su hija ciega, empieza a oír ruidos extraños en la noche. La vieja ama del castillo cuenta historias extrañas que llegarían a los oídos de la pareja si está estuviese unida, pero un accidente provocado por el alcohol ha creado una barrera insalvable entre los dos. Quizás la presencia de una criatura abominable sea capaz de unir a una familia que, por otro lado, está avocada a vivir una historia de horror que nunca olvidarán.
Detalles de la película
- Titulo Original: Stuart Gordons Castle Freak
- Año: 1995
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
4.7
68 valoraciones en total
Estimable film de terror italo-americano de serie B.
Basada en un relato de legendario escritor norteamericano H.P. Lovecraft , llamado ¨El intruso¨, y dirigida por un veterano del género fantástico como Stuart Gordon, Castle Freak es una intensa y perturbadora historia en torno a un lúgubre y misterioso castillo con un oscuro pasado y que encierra un terrible secreto.
La película, rodada íntegramente en Italia, posee un ritmo bastante bueno y tenso que mantiene el interés hasta el final, así como una puesta en escena mas que decente. La fotografía en cambio, no es demasiado buena, y resulta demasiado oscura en algunas ocasiones, un problema que seguramente tiene que ver con el escaso presupuesto con el que contaban.
La ambientación del castillo, completamente real por cierto, está bastante lograda, con una atmósfera oscura y malsana que transmite una sensación desagradable, de que hay algo maligno dentro de el.
Cabe destacar las actuaciones de los tres miembros de la familia, un muy correcto Jeffrey Combs, actor fetiche de Gordon, un hombre atormentado por la culpa por la muerte accidental de su hijo en un accidente de coche mientras conducia borracho, y que también dejó ciega a su hija, , una serena Barbara Crampton como la distanciada mujer de Combs, y la hija ciega de ambos, Jessica Dollarhide, en una muy buena actuación.
La criatura, por otra parte está muy bien diseñada, resultando siniestra y fascinante a la vez, las escenas con la prostituta, son realmente fuertes y crudas.
Gordon por su parte, dirige la película de forma seria y adulta, con unas composiciones y movimientos de cámara muy logrados y mostrando una violencia cruda y directa, con escenas sexuales explícitas, al mejor estilo italiano, y pequeñas pinceladas de gore, a veces salpicadas con un humor muy negro.
En fin, Castle Freak, es una película que sabe resarcirse de sus debilidades, basicamente su poco presupuesto, y potenciar sus virtudes , creando una historia con momentos realmente macabros y enfermizos rodeados de una oscura y absorbente atmósfera de horror.
Un film totalmente recomendable para amantes del cine de terror artesanal y de calidad.
Al terminar «Castle freak» lo único que pensaba era como diablos voy a hacerle para conseguir dormir hoy. Fue una experiencia inquietante, aterradora, hace tiempo que no sentía ese miedo infantil de querer con mis manos taparme los ojos.
Es una cinta serie B de terror bastante digna y aceptable en sus alternativas, pues entretiene en gran parte del metraje gracias a que posee algunas situaciones un poco subidas de tono, tanto desde lo sangriento como desde lo sexual también.
Claro que es una oferta sin grandes elaboraciones desde el guión, el cual es apenas un burdo pretexto para desarrollar cine de horror con mucho de pesimismo y trastornos psicológicos, acompañado ello con pinceladas de gore y algunas escenas macabras un pelín excedidas desde lo sexual.
También me gustó la ambientación de la cinta, pues la historia se desarrolla en un lúgubre castillo que esconde un secreto detrás de sus siniestros recovecos. Esto es algo importante para una cinta de terror, pues los escenarios sugerentes siempre generan climas opresivos donde la amenaza está constantemente latente.
También el diseño estético del monstruo de la película está logrado, siempre y cuando tengamos en cuenta que se trata de una cinta serie B que no tiene gran presupuesto detrás.
Aquellos que disfrutamos de Re-Animator nos caerá simpática la presencia de Jeffrey Combs como uno de los protagonistas principales de esta cinta. El mismo da vida a un hombre alcohólico devastado emocionalmente, pues se lleva muy mal con su esposa y carga la culpa de haber sido el responsable de la muerte de su pequeño hijo y de la ceguera de su hija.
La historia es bien sencilla, aunque al menos mantiene la atención del espectador debido a que la misma desarrolla escenas tensas y aberrantes.
La puesta en escena, la dirección y el manejo de cámaras de Stuart Gordon logran dar por resultado una cinta intensa que no aburre nunca.
También hay que mencionar que el filme posee cierto sentido del humor, con referencias siempre a la muerte y al sexo descontrolado.
La atmósfera que se respira en el filme siempre es inquietante, pues además de ser perturbadora en algunos momentos gracias a las truculencias que aparecen en pantalla, también hay algunos dejos de humor negro y verde que contrastan muy bien con el pesimismo y el ambiente de inestabilidad psicológica que hay de fondo.
Otro aspecto a destacar aquí es que Gordon se arriesga en su película, pues no tiene tapujos en mostrar situaciones 0 % edulcoradas donde no se conceden privilegios con ningún personaje, tenga la condición que tenga.
Si bien digo que la cinta es sangrienta, no quiero decir que haya muchos pasajes gore. Ello es positivo, porque no se abusa de exponer sangre constantemente en pantalla.
En fin, si bien es una cinta que no depara grandes sorpresas narrativas, al menos es una oferta que no se permite bajar el ritmo nunca. Por tanto es un filme respetable de serie B, que sobresalta por allí dado lo fuerte que resultan algunas de sus circunstancias.
Es una oferta insoslayable para los amantes del terror artesanal cutre pero entretenido, ese tipo de cine al que no hay que pensarlo mucho para disfrutarlo mejor.
Aparte de la predilección que en múltiples ocasiones demostró por llevar al cine la obra literaria de H.P. Lovecraft, y de que tampoco podría definírsele como un realizador que desdeñara por completo otros géneros no relacionados con el terror -otra cosa es que sus incursiones en la comedia, la space opera, las películas con robots gigantes o el thriller carcelario de acción funcionaran mejor o no-, la firma de Stuart Gordon no era difícil de atisbar dada su querencia por mezclar horror con un humor esperpéntico para dar pávulo al espectáculo guiñolesco, sin importar dónde rodara o para qué medio. Lo que sí predomina -disimuladamente o a pelo, según el grado de aspiración comercial de cada proyecto- era el toque de erotismo insano, cruel y sadomasoquista: y de ahí su tic más recurrente -tanto en él como en el cine de Brian Yuzna, Charles Band o los productos que produjeron juntos (o por separado) para Full Moon y la Fantastic Factory- es que, generalmente, ha de aparecer una criatura, monstruo o ser deforme obsesionado fetichistamente con un punto concreto de la fisonomía femenina: la teta. El plano del perturbado que se deleita lamiendo un pezón siempre está ahí. No obstante, aquí está plenamente justificado a nivel argumental.
Jeffrey Combs -ejerciendo de huevón traumatizado y casado con la icónica Barbara Crampton- va ganando puntos a medida que pierde la cabeza y recae en sus tics esquizofrénicos. Lo cierto es que nunca he logrado creerme a Jeffrey Combs cuando interpreta a tipos normales.
Y sí, ya sé que el título español de Castle Freak (1995, Stuart Gordon) es una gilipollez como un castillo. ¿Eh? ¿lo pilláis?? ¡¡Como un castillo!! Jajajaja En fin, da igual… Ignorad la broma.
Para bien o para mal, Stuart Gordon siempre está innovando hasta el infinito y plus ultra y dando por saco con sus películas gamberras, bizarras y políticamente incorrectas, y este castillo alucinante (alucinado estaba el que le puso el título en castellano) no es una excepción ya que la peli tiene de todo menos presupuesto. Siguiendo su costumbre de adaptar los cuentos de H.P. Lovecraft con la punta del cimbrel, Gordon vuelve a liarla parda estremeciendo mentes y estómagos con sus bestialidades pasadas de rosca y su peculiar humor negro carbón (y cabrón). Desgraciadamente, el punto débil del film es su escaso presupuesto, que no tenían ni para pipas, y eso se nota un montón tanto a nivel artístico como técnico, quedando todo un pelín chusco y cutre-lux.
La historia cuenta lo que sigue: Una familia norteamericana hereda un castillo italiano y allá van ellos todos felices para venderlo y llevarse la pasta. La familia está compuesta por el padre, un ex-alcohólico que por su culpa su niño murió y su niña quedó ciega, la mujer, que tiene a pan y agua a su marido desde el accidente, y la hija ciega que esperemos que tenga 18 años porque todo el mundo le quiere meter mano. En fin, la primera noche que pasan en el castillo escuchan ruidos extraños y lamentos de las catacumbas. La muchacha dice que en el castillo ocurren fenómenos paranormales, porque el que llora es el fantasma del hijo de la Duquesa, que por lo visto lo mató su propia madre para vengarse del marido, que la había dejado abandonada por una pelandrusca más joven. Señora, pues casi acierta.
La historia que cuenta la película es potente y llena de muchísimos matices. Tomando como punto de partida el enclaustramiento forzoso del protagonista del relato de H.P. Lovecraft El intruso (también conocido como El extraño ), Stuart Gordon diseña a una criatura marcada por el odio ciego y la crueldad, dando como resultado un bicho patético y salvaje, que sólo sabe expresarse a través de la violencia pero que tiene la curiosidad y las pocas luces de un niño de teta. Esta combinación de ingenuidad y bestialismo es el motor de la película, marcando al resto de personajes de manera directa. No obstante, el verdadero protagonista del film es el personaje interpretado por Jeffrey Combs, un padre de familia un poquito alcohólico y putero con un montón de defectos pero que en el fondo es buena persona y quiere lo mejor para su mujer y su hija. El tío es un hombre completamente normal que no tiene ninguna virtud y que, como todo el mundo, a veces se ve superado por las circunstancias. Barbara Crampton interpreta a la esposa y madre castrante, que no le perdona una al marido y a la niña la tiene amargadita con tanta sobreprotección. Y la hija ciega es la conveniente víctima en edad de merecer y que por motivos del guión saldrá en ropa interior (aunque es verdad que la muchacha protagoniza una de las pocas escenas tiernas y dramáticas del film).
Otro aspecto interesante del film son los extraños e incestuosos vínculos entre los personajes de la película, ya que todos son miembros de una familia degenerada y donde comen dos comen tres. Por desgracia, todos estos personajes y buenas ideas están a medio desarrollar debido al escaso presupuesto, quedando todo a medio cocinar y sin ser explotadas en todo su esplendor. Por otro lado, el desarrollo de la trama es predecible y un tanto aburrido, poniéndose la cosa interesante cuando el bicho decide hacer una masacre.
En cuanto al despelote, pues haberlo haylo, aunque por desgracia no se despelota mi Bárbara Crampton sino una muchacha de color con un pelazo impresionante.
Resumiendo: Castle Freak es una peli con mucha potencialidad pero que en el acto es un poco deficiente. No obstante, Stuart Gordon consigue crear una atmósfera malsana y siniestra muy lograda y desagradable.