Involuntario
Sinopsis de la película
Presentado en la sección Una cierta mirada en Cannes 2008, el segundo largometraje de Ruben Östlund consta de cinco episodios que constituye un retrato de la sociedad sueca. Todos giran en torno al mismo tema: el poder del grupo sobre el individuo. Mediante una estética que privilegia el uso de largos planos-secuencia y de encuadres poco convencionales, el filme contrasta las perspectivas de un par de jóvenes seducidas por el alcohol, una maestra que alecciona a sus alumnos y un grupo de homosexuales. Fue seleccionada por Suecia como candidada al Oscar 2010 en la categoría de película de habla no inglesa.
Detalles de la película
- Titulo Original: De Ofrivilliga (Involuntary)
- Año: 2008
- Duración: 98
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Opinión de la crítica
6.4
78 valoraciones en total
Gud:
Sin dudas de ningún tipo la elección de planos. algo que eleva muy por encima de lo que cuenta. esos planos preciosos (algunos de ellos, la mayoría al menos originales y limpios) que te quedarías mirando aunque te estén contando las gilipolleces (a veces) que te están contando.
El de los pibes que tiran la botella al coche con toda aquella fronda de árboles me pareció especialmente bello e hipnótico. parecían cuadros preciosistas de otro siglo. Planos originales y muy precisos y la mayoría de ellos con una apertura de campo muy pocas veces aprovechada por el cine, cuando debería de ser uno de sus motivos de ser, una de sus grandes virtudes. este director los muestra de esa manera. Hermoso.
A veces ciertas hipocresías o ciertas verguenzas internas que muestra, pero en general es demasiado tímido y se sienten poco importante las historias y las hipocresías (o verguenzas) que desenmascara, o a mi no me parecieron la gran cosa. O las desvela de una forma demasiado ambigua, lo cual supongo que tiene cierto valor, pero egoístamente hubiera preferido que mostrara la mala leche de forma mas clara y hacia quien iba dirigida. Pero de todas formas sus planos redimen esa liviandad (que a lo mejor no lo es en absoluto, es lo que me pareció a mi…)
Brillante y superficial a la vez.
No me cuesta nada imaginar a un grupo de adolescentes debatiendo en clase sobre esta película, haciéndose preguntas tan interesantes como las que se pueden leer en la crítica de Coleccionista visual .
Y es que, aunque también podría dar pie a una conversación interesante sobre el cine (sobre los encuadres, por ejemplo), esta peli es sobre todo una invitación abierta a reflexionar sobre el comportamiento humano como quien mira en un espejo si se está quedando calvo por la coronilla.
Pero que nadie piense que esta es una de esas pelis con un mensaje para el mundo. No. No lo es. Lo único que hace esta película es exponer cómo actuamos. Sólo eso. Sin moralinas. Quizá de una manera un poco fría, eso sí. Como Haneke pero sin apuntar a matar.
Un experimento sumamente interesante el de Ruben Östlund al tratar en cinco capítulos, el poder del grupo sobre el individuo, como bien dice la sinopsis, sin importar la edad, el género o bien el lugar de residencia, su cinta representa conflictos dentro de cualquier grupo y la presión que éste ejerce en la toma de decisiones, el experimento demuestra que muchos de los individuos prefieren la comodidad y aceptación, que afrontar los hechos con madurez y mientras el error sea solapado por la multitud, éste no será percibido como tal.
Con historias inconexas y ejemplos claros de dicha presión, a lo largo de 98 minutos Östlund enfoca las conversaciones de unas chicas en plena adolescencia, una profesora en desacuerdo por las medidas de su compañero empleadas con alumnos problema, el comportamiento de adolescentes dentro de un autobús y los conflictos con el chofer por indisciplina, el incidente que genera un petardo en plena fiesta con gente madura y por último la confusion de un hombre debido a las conductas homosexuales que presentan sus amigos.
Una película que cuestiona: ¿En cuantas ocasiones hemos actuado para complacer a terceros?, de esas decisiones ¿cuántas rayaron en lo patético?, ¿somos parte de quien ejerce la presión?, quienes asumimos la responsabilidad de nuestros actos ¿lo hacemos por convicción o por complacientes?, ¿qué tan dispuestos estamos a tolerar las decisiones de quienes nos rodean? Es un retrato de la complejidad humana.
Sin muchos diálogos y sí bastantes ejemplos del comportamiento humano en grupo, el resultado del largometraje es interesante y bien logrado, con la capacidad de envolver al público espectador de una sala, no bien así, para aquellos que prefieren la comodidad de su casa o en busca de mucha acción o efectos especiales.
Interesante
Visionar el film de Ruben Östlund provoca cierto malestar, inquietud. Involuntario se divide en varias historias que se narran de forma inconexa, centrándose en los mismos personajes pero sin una continuidad tradicional, si bien cada escena está relacionada -más o menos- con la anterior, haciendo un magnífico uso de la elipsis para poder funcionar con solvencia. Una profesora, un par de adolescentes alcohólicas, varios amigos de mediana edad que bordean la homosexualidad, un matrimonio de ancianos, etc, son algunos de los personajes de este puzzle cinematográfico que proporciona, sobre todo, una reflexión sobre nosotros mismo y el cómo reaccionamos en base a lo que puedan pensar los demás. La presión que ejerce un grupo sobre un individuo, la soledad frente a la compañía, son representados con una sinceridad aplastante, encontrando a lo largo del metraje un buen puñado de situaciones que seguramente todos habremos vivido alguna vez. Con exactas consecuencias.
Es quizá este toque de híper-realidad lo que hace que Involuntario alcance cierto nivel incluso cuando está bastante lejos de ser un film suficientemente profundo, pecando quizá de quedarse un poco en la superficie a nivel analítico. Nada que objetar con respecto a la realización, repleta de planos secuencia y secuencias que son puro deleite, planos fijos seleccionados con mucha inteligencia y unas interpretaciones tan, tan cojonudas, que sólo podían salir de gente no profesional. Merece sin duda un visionado y pone a Ostlund en el mapa, pues de seguir así podría dar alguna gran alegría en un futuro cercano.