Insomnio
Sinopsis de la película
Después de dar a luz a su hija Marina, Eva ya no es capaz de dormir. También Alba padece insomnio: la acaba de dejar su novio, aunque trata de ocultarlo, diciéndole a todo el mundo que se ha ido a Londres. De todos modos, Alba cuelga en su escuela un cartel de comparto piso . Le contesta Rafa, un joven estudiante de interpretación sobre el que ella proyecta sus necesidades sentimentales. Otro que no puede dormir es Juan. Cuando él y su novia enseñan su pisito a una pareja de amigos, se oyen gritos, insultos y golpes procedentes del piso de al lado.
Detalles de la película
- Titulo Original: Insomnio
- Año: 1997
- Duración: 106
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Opinión de la crítica
5.5
97 valoraciones en total
Se nota que Chus Gutiérrez ha hecho su aprendizaje de cinesta en los USA. Esta película tiene un inconfundible sabor a comedia estadounidense, a pesar de que sus ingredientes hayan pasado por el tamiz del tremendismo íbero. Así, la palabra más usada en ella es follar .
Viene a ser una mezcla de esperpento y de comedia azucarada americana. Las situaciones expuestas en los destinos entrecruzados de tres mujeres dispares son los habituales de ese tipo de guión, pero con las tonalidades un tanto broncas propias del talante hispano.
Compungida y llorosa estará Alba, la novia abandonada, pero el mismo día en que su pareja le anuncia que rompe, se lía a follar con un desconocido en el retrete de una discoteca, y luego con todo quisque que se le cruza, inclusive el amigo de una compañera. Dadas esas compulsivas refocilaciones, extraña que no se encame con el apuesto huésped que comparte su vivienda, pero claro, en ese caso no daría juego su obsesión por ocultar la verdad a sus conocidos.
Ese obvio truco de guión no es óbice para que apreciemos jubilosos la maestría con la que la directora ordena el andamiaje de los tejemanejes urdidos por Alba para tratar de soslayar la confesión de su desgracia, hasta culminar en la orgasmástica escena en la que la superchería se descubre a vista de todos.
También está desarrollada con desgarro muy español la progresiva disolución de la pareja cuyo matrimonio está anunciado, con un final apoteósico que es todo un clásico: ya delante del altar y en presencia de toda la familia ¡parte de ella venida de Badajoz! el casamiento se va por la vía de Tarifa. La escena compite en donosura con las mejores del género, entre las cuales quiero recordar la incluida en El gran calavera, de Buñuel.
Nos queda Eva y los trastornos laborales y domésticos que le acarrean el nacimiento de una hija. Suenan a vivencias reales los problemas que se le plantean para compaginar maternidad y trabajo, de modo que no es de extrañar que descaezca la natalidad en nuestros paises desarrollados, por lo menos en las familias nativas.
Eso de cargar de hijos se ha tornado cosecha, poco menos que exclusiva, para casa de pobres inmigrantes, que suelen ir escoltadas de toda una chiquillada, amén de lo que llevan en la barriga. ¡El mundo se ha vuelto ansí!
Total, que Chus ha hecho muy bien en ilustrarse en los Estados Unidos, y mejor aún en regalarnos con su particular adaptación al ámbito español de americanadas tópicas.
La cuarta película de Chus Gutiérrez, una discreta comedia urbano/sentimental apoyada en el elenco artístico y en el insomnio que asedia a los 5 personajes básicos de la película: 2 parejas completas (una a punto de casarse -Alterio/Pujalte-, otra con un niño recién nacido -Marcos/García Millán-) y una incompleta: Candela Peña, a la que su novio, que está en Londres, la deja y la hace entrar en una depresión en la que sólo consigue engañarse a sí misma.
Da la impresión de que daba para más, pues el curioso tema del insomnio como enfermedad moderna no es explotado de forma eficaz ni suficiente, el guión es discreto y siempre está por debajo de los actores y actrices, y queda la sensación de que es una película sin garra ni vigor para distinguirse por encima de comedias coetáneas.
No me refiero a que la película sea una pena, si no a que es una pena que no termine de arrancar y el resultado sea descafeinado.
Con una idea muy buena y un planteamiento original, al final queda una historia sin garra, blandita y perfectamente olvidable. Y esto es una pena, porque la intención se merecía un mejor resultado.
Pero merece la pena verla, aunque sólo sea por Candela Peña, que está enorme.
Con la excusa del Insomnio Chus Gutierrez nos muestra tres historias que se enlazan entre si, sobre los hombres y las mujeres cotidianos que habitan nuestras ciudades.
No tengo dudas en afirmar que me parece una película brillante, con un reparto muy acertado (Cristina Marcos, Candela Peña y Ernesto Alterio, que más se puede pedir…) un guión próximo sobre neuróticos urbanos, con miedos y dudas… cualquiera de nosotros. Tierna, dinámica, casera, son de aquellas pequeñas joyas que por alguna razon pasan a la historia sin pena ni gloria, pero con un humor sofisticado que nos hace debatir sobre lo que nos afecta.
Tres personas que intentan adaptarse al curso de una vida socialmente correcta, a la imagen de la felicidad de plástico que todos parece que nos veamos obligados a mostrar. Pero las noches pasan y siguen sin dormir… Una película que va más allá de lo que se vé, una delicia que siempre apetece recuperar… el cine español intenta hacer muchas películas así, es parte de su sello, pero no siempre le sale.
Otro acierto del cine femenino que siempre nos regalan, Chus Gutierrez, Iciar Bollain o Gracia Querejeta. Pequeño en su forma, pero enorme en su contenido.
ibg
La comedia urbana lo que tiene es que a los urbanitas de pro nos gusta porque nos identificamos un montón con ella. Si no es un personaje es el otro, si no son cosas que nos pasan a nosotros son cosas que le pasan al vecino o al amigo, pero las ves y estás viendo la vida .
Difícil no identificarse con esa madre primeriza totalmente abrumada entre el cuidado del bebé y las exigencias de su carrera. Cualquiera que haya tenido hijos podría hablar horas y horas sobre cómo cambia la vida de un día para otro y sobre el difícil reajuste que hay que llevar a cabo para acoplar al mocoso sin que se derrumbe todo el castillo.
Y cómo no verse reflejado o ver reflejado a algún amigo en esa muchacha (qué grande Candela Peña) a la que su novio ha abandonado y no sabe cómo afrontarlo ni ante sí misma ni ante los amigos.
Y quién no va a simpatizar con ese pobre chaval (también fantástico Ernesto Alterio, con esa divertida expresión de constante perplejidad) que se ha visto arrastrado sin comerlo ni beberlo a un proyecto de boda a la antigua que ni le interesa ni le convence ni le hace la más mínima ilusión, y que además le ha servido para darse cuenta de que no tiene nada en común con quien se supone que va a compartir su vida.
Todos ellos se cruzan en las escaleras, en los parques, en los bares, en la calle, y tienen algo en común: un insomnio crónico que no les deja ni pensar ni descansar ni vivir. Y Chus Gutiérrez se ha limitado a mirar y a recoger en una película lo que ha visto, y lo ha hecho bastante bien. Lo ha hecho tan bien que yo hasta diría que estamos ante una de las comedias urbanas más logradas de los noventa. Una comedia sobre ti, sobre mí, sobre tu hermano, sobre tu primo, sobre tu compañero de trabajo…en definitiva, sobre gente corriente.