Infielmente tuyo
Sinopsis de la película
El director de orquesta Alfred De Carter (Rex Harrison) sospecha que su mujer le es infiel. Durante uno de sus conciertos, imagina tres maneras de resolver sus problemas conyugales. Pero la realidad dista mucho de la ficción.
Detalles de la película
- Titulo Original: Unfaithfully Yours
- Año: 1948
- Duración: 105
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Opinión de la crítica
Película
7
36 valoraciones en total
Otra estupenda comedia de la mano, esta vez, de otro de los grandes maestros de la época de oro de la comedia americana, Preston Sturges.
Autor de algunos de los títulos más indiscutibles, Los viajes de Sullivan , Las tres noches de Eva , Un marido rico , ésta que nos ocupa, no alcanza la maestría de aquellas ni su regularidad, pero es una digna representante de aquel periodo elegante, mordaz y satírico, desgraciadamente relegada al olvido ( 423 votos en este momento, lo considero un pecado).
Rex Harrison interpreta a un director de orquesta de éxito, ya peinando canas, felizmente casado con una preciosa mujer mucho más joven que él.
Por un terrible malentendido, creerá que su mujer le está siendo infiel con su secretario y empezará a idear diferentes fórmulas, acordes con los sentimientos que le inspiran las diferentes músicas que dirige con su orquesta, para deshacerse de ella.
Como todas las películas de este periodo, los diálogos son rápidos e incisivos, llenos de réplicas ingeniosas y mordaces.
También dedica buena parte del metraje al humor del cine mudo, con situaciones hilarantes pero que en el caso de esta película no funciona muy bien ya que le hace cambiar el ritmo y el tono, sacando al espectador del film.
Es como si la película tuviera dos partes muy diferenciadas, que no le favorecen precisamente, resultando un film rápido y vertiginoso, repleto de gags en su primera parte, para construir luego una excesivamente larga situación de slapstick que altera completamente el tono inicial del film.
Quizá, Sturges si hubiera mezclado mejor las dos clases de humor, intercalándolas, el espectador no notaría tanto ese brusco cambio de ritmo y situación y el film habría salido ganando.
No obstante, el film no carece de ingenio y aún no siendo perfecta, la película es merecedora de una buena revisión de vez en cuando.
No soporto ver cómo están desapareciendo de la memoria de los espectadores estas películas. Sé que soy muy pelma con mi nostalgia por este cine pero creo que alguien tiene que defenderlas. Si no, morirán definitivamente en la memoria como han muerto muchas preciosas joyas.
Vamos a ver si conseguimos que suban un poco el número de votos que obtienen. Para bien o para mal.
Pese a no estar entre las películas más conocidas de Preston Sturges, una notabilísma comedia beneficiado con una pareja protagonista (¿quien podria estar tranquilo con la fastuosa Linda Darnell como esposa?) insuperable. Ingenio, chispa, una realización extraordinaria… una pena que la resolución peque de un previsible moralismo. De lo contrario estaríamos hablando de una de las cimas de la comedia.
Sin lugar a dudas, un auténtico placer. Casi imprescindible.
Sturges muere en 1959 a los sesenta años. Apenas transcurridos diez años de su muerte se inicia la operación de recuperar su figura como gran director de la comedia norteamericana. Se trataba de auparlo hasta el Olimpo que acogía a gente como Lubitsch, Wilder o Hawks, por citar solo a tres de los más destacados. Tengo la impresión de que la operación no dio resultado. De los catorces films dirigidos por Sturges no recuerdo uno solo que pueda resistir la comparación con la obra de esos maestros con los que se pretendía igualarlo. Ni uno solo. Éste que nos ocupa, Infielmente tuyo , es un buen ejemplo de lo que andamos diciendo. El pobre Rex Harrison lo hace lo mejor que puede, y puede mucho, pero el guión y los diálogos son más planos que el pecho de aquellas mujeres de las que se decía en épocas más políticamente incorrectas, pero más libres, que eran campeonas de natación: nada por delante, nada por detrás.
Hay que reconocerle el mérito de estar solo ante la cámara destrozando casualmente su casa, sin un solo diálogo que echarse al coleto y trabajando una escena que ha tenido que montarse previamente al milímetro. Y esto, como digo, tiene mérito. La lástima es que el esfuerzo es baldío y no tiene la menor gracia: cuando se le rompe una silla, el espectador ha visto que se rompería cinco minutos antes. Y así todo. El papel de la pobre Linda Darnell es totalmente irrelevante. Tanto da que fuera ella quien lo interpretara, podrían haberse ahorrado un montón de dinero contratando a otra actriz con un caché inferior. En fin, que mejor que se busquen otro entretenimiento si el que se les ofrece es éste.
Brillante comedia sobre la infidelidad, sobre los celos. En ella vemos como un Director de orquesta británico sospecha de su esposa americana y como, mientras conduce con su batuta a una orquesta empeñada en diversos movimientos wagnerianos, cruzan por su mente diversas hipótesis relativas al comportamiento de su mujer y de él mismo.
La realización es brillante, los diálogos excelentes y los actores perfectos.Unfaithfully Yours juega con ideas muy enraizadas en el cine de Sturges, como el que la riqueza sólo es tolerable si es excéntrica, o con hallazgos dramáticos de gran eficacia cómica, como el lanzar grandes discursos delante de un interlocutor equivocado. La película es de una modernidad absoluta por la manera en que está realizada, renunciando a las sorpresas fáciles, para privilegiar las tomas largas y la exigencia de la participación del espectador.
Descubrid, si no la conocíais, Unfaithfully Yours vais a disfrutar de una gran, gran película tremendamente divertida.
Aunque sólo un peldaño por debajo de sus obras maestras –en especial Sullivan’s travels (1941) – hay que destacar por su enorme interés esta inteligentísima comedia, escrita, producida y dirigida por Preston Sturges que nos cuenta el acceso de celos de un enérgico director de orquesta británico casado con una bellísima norteamericana. Además del ingenioso guión lleno de originalidades adelantadas a su tiempo como los tres freudianos juegos de la imaginación del director al compás del espíritu de la música que dirige en aquel momento, hay que resaltar la eléctrica, arrolladora interpretación de Rex Harrison acompañada por la inteligente e irónica labor de Linda Darnell. La imperfección de la propuesta de Sturges surge de su cargante obsesión por introducir a toda costa un par de escenas de comedia tipo slapstick en casi todas sus películas –la última, cuando trata de poner en marcha sus deseos de venganza, es agonizantemente larga- y, de hecho convierte a veces en cargante lo que por otro lado es una excelente comedia.