I nostri ragazzi
Sinopsis de la película
Drama familiar libremente inspirado en la novela La cena , de Herman Koch, que relata el precario equilibrio entre dos hermanos burgueses muy distintos entre sí (uno es abogado, el otro, pediatra) y sus respectivas esposas. Todos se reúnen una vez al mes en un restaurante de lujo. El equilibrio se viene abajo cuando los hijos de cada pareja cometen un crimen.
Detalles de la película
- Titulo Original: I nostri ragazzi
- Año: 2014
- Duración: 92
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Opinión de la crítica
Película
6.4
68 valoraciones en total
Parados ante un semáforo, de un auto a otro, dos conductores se insultan. Uno de los conductores saca un arma y balea al otro. El conductor baleado muere, y su acompañante, su pequeño hijo, queda herido por el rebote de una segunda bala. Un accidente, un muerto, un niño herido. Violencia. Desprecio por la vida.
Lo que sigue es la historia de dos hermanos, uno médico, y el otro abogado. Dos matrimonios, dos hijos adolescentes. Una apariencia de felicidad y una sorda rivalidad. Un mundo competitivo, donde cada uno quiere ser, o lo que es peor, quiere tener, más que el otro, lo que deriva en un quiebre de la hermandad.
La película disecciona la sociedad actual. Una sociedad que ha perdido valores como la solidaridad. Un mundo que ha entrado en descomposición. Un mundo materialista que muestra indiferencia ante el dolor ajeno.
El mundo, después de la últimas dos grandes guerras, ha cambiado vertiginosamente. El aparente confort de la post guerra no duró más allá de los años 60/70. El inmenso caudal tecnológico desarrollado durante la misma, fue adaptado rápidamente al uso civil, y la industria comenzó a desarrollarse tecnológicamente con una rapidez tal y como nunca se había visto en los doscientos años anteriores. Esto generó una traumática evolución de la sociedad. Aquella basada en la industria dio paso a una nueva sociedad basada en los servicios. Este fenómeno se da claramente en los `80.
El problema es que ello no ha ocurrido suavemente sino que ha tenido consecuencias indeseables: Ha generado una enorme desocupación, no solo en los países más desarrollados sino en todo el mundo a raíz del proceso de globalización que hemos vivido.
Concomitantemente, ha cambiado la educación. Paradójicamente, ha ido desapareciendo la rigidez heredada de la época Victoriana para dar acceso a la educación a mayor cantidad de gente, pero los niveles de educación han caído como consecuencia de la laxitud de los nuevos sistemas. Todo esto ha repercutido desfavorablemente en la familia moderna. La educación dada no ha estado a la altura de las necesidades de la nueva sociedad de servicios que se ha desarrollado.
La rivalidad y los celos expresados entre los dos hermanos de la película reflejan una ruptura de la fraternidad al entrar en un mundo mucho más materialista e individualista. La competencia ente hermanos no es otra cosa que la competitividad que expresa la sociedad hoy en día. La competencia, un valor que debería generar equilibrio económico, se expresa en forma desleal y descontrolada. En consecuencia, resulta perjudicial.
Estos desvalores se trasmiten lamentablemente a los hijos. A raíz de ello es que el adolescente recibe más influencias sobre la materialidad que sobre la espiritualidad. El desbalance entre el ser y el tener es inevitable Para los jóvenes es más importante lo que se tiene que lo que se es. El mundo del estudio no conforma, no solo porque no responde a los nuevos tiempos sino porque la enseñanza enciclopédica ya está en Internet. Hay que enseñar de otra manera. Y aquí comienza el gran drama que plantea la película. Los primos estudian poco, salen juntos, van a una fiesta, beben, tal vez se drogan, y como jóvenes que son cometen errores.
El mundo de estos adolescente de clase media italiana, ciertamente acomodada, hijos de profesionales a los que le va bien en sus carreras, adolecen fuertemente de los valores espirituales que paradójicamente, han sido los valores que han apuntalado la vida de sus propios padres. El sentimiento de impunidad y la indiferencia de esos adolescentes conducen a un mundo vanidoso y vacío, que lejos de ir hacia el bien lleva hacia el mal. Carecen de valores porque sus vidas están absolutamente orientadas a lo material, a lo que muestran y no a lo que son.
Allí aparece entonces la incapacidad de los padres para manejar lo sucedido. Literalmente, no saben qué hacer. Discuten, pelean entre ellos, se echan culpas, generan una especie de retroceso donde se muestran más adolescentes que sus propios hijos. Terminan cada cual por su lado sin saber qué hará el otro. Y lo que es peor, los hijos, los que provocaron el problema, confían en que sus padres sean quienes los sacarán del mismo.
Estamos ante una pintura social donde el adolecer es la piedra angular del conflicto. Ni los hijos porque son adolescente ni los padres porque no han terminado de adolecer, deciden como se hacen cargo de lo sucedido. En ese sentido, cabe preguntarse, con qué tipo de moral estamos evaluando nuestros actos. Acaso también sirve cuestionarse si las leyes vigentes sirven para regular nuestra futura vida social. Y porque no también preguntarse si el viejo acuerdo social continua vigente.
Se estrenó a finales del año pasado con poco entusiasmo por parte de crítica y público La cena (Oren Moverman / 2017), tercera versión en este caso estadounidense de la novela de éxito del mismo título del escritor y actor holandés Herman Koch publicada en el 2009. Leí en algún articulo que el autor estaba más conforme con la primera y segunda versión para la pantalla de su libro. Holandesa e italiana respectivamente. Así es que elegí la italiana. Todas ellas se toman sus libertades con respecto al texto original que como no he leído no sé si lo mejoran o no.
Sea como fuere el trasfondo del asunto da muchísimo juego. El suficiente como para que una narración con más oficio que otra cosa como la que nos ofrece Ivano de Matteo nos mantenga interesados durante todo el metraje y nos invite a seguir debatiendo una vez terminada la proyección. ¿Hasta que punto se ha deshumanizado la sociedad acomodaticia en sus privilegios? ¿Que escala de valores dejamos en herencia a nuestros hijos y hasta donde llegaríamos para protegerlos ante un dilema moral?. Estas son las principales preguntas que con mayor o menor acierto, según las versiones plantean estas tres cintas. Merece la pena reflexionar sobre ello.
De Matteo introduce un aspecto como es el trauma subyacente entre el médico y su mujer contra su hermano abogado, que ha alcanzado un estatus social más elevado, incluso es más agraciado físicamente. Esta malsana envidia matiza y distorsiona la toma de decisiones desvirtuando en cierta medida las preguntas esenciales antes mencionadas y condicionando el desenlace.
cineziete.wordpress.com
Con muy pocas películas Ivano De Matteo es uno de los directores más inusuales e interesantes del panorama cinematográfico italiano actual. El guión es ágil y sorprendente por momentos durante la primera media hora (luego no tanto), dos adolescentes hijos de buenas familias que como niñatos con todos los derechos del mundo y ninguna obligación deambulan por la vida anómicamente y sus padres a lo suyo, su trabajo, sus comidas y sus vinos. El microcosmos de ambas familias estalla y no hay soluciones.
El film me recuerda mucho a El capital humano de Paolo Virzi (también a The Dinner de Meyjes y Chabrol): Inocentes que mueren, dos familias enfrentadas, conflictos de clase a los que el cine del siglo XXI tiene verdadera alergia, película coral, un guión construido ágilmente y con cierta tensión y una muestra de los pecadillos de esa pequeña burguesía que se cree con derecho a casi todo y que casi siempre sale impune de casi todo. Como en El capital humano el director incurre en cierto maniqueismo, juega con el espectador para que adivine en cada momento quienes son los buenos y los malos.
De Matteo es correcto, higiénico, pero no genial, con soluciones de estilo desafortunadas (algún long take forzado y juegos de enfoque-desenfoque que producen dolor de cabeza), un film y un guión que ofrecían enormes posibilidades de reflexión y análisis pero que se queda in medias res, aún así la película se ve con interés y mantiene al espectador atento a la pantalla.
El mayor acierto y casi es involuntario es la reflexión acerca de la adolescencia. Papi y mami os solucionarán todos vuestros problemas, haced lo que os dé la gana, no respetéis a nadie, tenéis todos los derechos del mundo, un sistema judicial que os protege enfermizamente y de los deberes, las responsabilidades y la ética ya hablaremos en otro momento, mejor ignorarlos.
Al final De Matteo intenta sorprendernos con un golpe de efecto y no lo consigue, el final es apresurado.