Humpday
Sinopsis de la película
Una tarde, Andrew aparece sin avisar en casa de Ben, su viejo amigo de facultad. Ambos hombres no tardan en recuperar su vieja complicidad de machos heterosexuales. Para mostrarle algo distinto a su vida ordenada y convencional, Andrew lleva a Ben a una fiesta distinta… En ésta todos planean participar en el festival local de porno para aficionados, rodar películas porno de arte y ensayo. Andrew parece estar a punto de irse, a Ben no le ocurre lo mismo. Algunos litros de alcohol más tarde, la idea empieza a parecerse a una apuesta: Andrew y Ben se acostarán juntos, ante la presencia de una cámara… Esto no es gay, esto está bien, Esto no es porno, es Arte . Pero nada podrá detenerlos salvo posiblemente la mujer de Ben…
Detalles de la película
- Titulo Original: Humpday
- Año: 2009
- Duración: 92
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Opinión de la crítica
5.5
43 valoraciones en total
Titulo con un cliché para acercarme a un film nada típico. La estimulante propuesta de la realizadora Lynn Shelton se inscribe en esa saludable corriente de películas que demuestran que no hacen falta grandes presupuestos ni grandes nombres para realizar un gran trabajo. Sólo talento y una buena idea. Y esta magnífica Humpday tiene de eso. Shelton y sus inspiradísimos tres actores principales -colaboradores con sus improvisaciones del guión de la cinta- rezuman humor, naturalidad e inteligencia en su audaz proposición al espectador. Un juego que disloca las espectativas, desarma con sus nulas pretensiones y su afán de diversión. Una joya divertida y profunda que provoca más preguntas que respuestas y que habla muy bien de los personajes que retrata.
Humpday es un chiste. En eso consiste la historia de esta película, en algo muy simple: dos amigos que no se ven desde la universidad, el uno casado a la espera de poder tener su primer hijo, y el otro digamos un alternativo . Y lo que desencadena el chiste es una especie de apuesta: ebrios, en una de esas fiestas de comuna de los aspirantes a Kerouac de la juventud USA, ambos amigos acuerdan que en un festival porno amateur ellos dos…
Ése es el chiste en que consiste la película y que se puede contar sin cometer spoiler. Y cuando el chiste se desarrolla en lo que son los preparativos (conversaciones entre los dos amigos, de los dos esposos y en el piso comunal), la película me interesa, es un cine indie con el que comulgo, algo tópico pero al fin y al cabo estamos hablando del cine que se independizó de Hollywood.
Pero cuando te cuentan la última parte del chiste, cuando estás ya preparado para soltar la carcajada que te estás guardando para explotar… ¿Qué ha ocurrido? ¿No iba a ser ésta la peli indie de la que ibas a hablar para el boca-oreja con el resto de usuarios de FA? Pues sí, es el típico chiste que está muy bien contado, que te hace echarte risas a medida que te van contándolo, pero que finalmente te deja el regustillo de que si hubieran sabido finiquitarlo bien, hubiéramos hablado de un chiste digno de (para gustos los colores, poned aquí vuestro humorista preferido)
Pero aun siendo una película con tintes gamberros, su aspecto indie le da el tono pseudo-cultureta que la separa de algunas de las buenas cintas del clan Mottola.
Tal vez lo que más apetezca de ella es su falta de complejo, su sencillez, y el trayecto que recorre hasta el final. No despierta un gran interés, va dirigida a ese público que disfruta con el cine que se realiza fuera de los canales de distribución de la gran industria.
Sin sorpresas finales, sin enormes ocurrencias, todo es muy predecible, aunque en el centro de la historia, sucedan algunas cuestiones que curiosamente producen cierto asombro.
Estupenda comedia indie norteamericana, de esas aparentementemente ligeras que encierran sin embargo una incisiva reflexión sobre varios temas, a saber: la masculinidad (qué acertada mirada sobre los miedos masculinos, tenía que venir escrita por una mujer, claro…) los tabúes sociales, los límites de la confianza, la fragilidad de las relaciones, la búsqueda de la identidad o la madurez.
No estamos por tanto lejos del cine de Appatow, pero lo que quiere contar Lynn Shelton partiendo de una simpática y surrealista premisa inicial, me resulta más sincero, más cercano, me implica más, su humor es más incómodo y su substrato reflexivo llega más lejos. Quizá porque, como decía antes, es una mirada a cierta inmadurez masculina desde fuera. Con una perspectiva más objetiva. En Appatow notamos una cierta autoindulgencia en el sentido de mostrar demasiado cariño hacia sus personajes, esa generación peter pan que aquí no sale tan bien parada al introducir Shelton, no por casualidad, el personaje femenino de Anne, un contrapunto obvio, que no obstante no hace que la directora se burle o se quede en la mera sátira de los personajes masculinos, sino que se acerca a ellos para extraer su vulnerabilidad y hacer comprensibles sus motivaciones e inseguridades.
Todo en hora y media contado con mucho y buen humor un guión generoso en diálogos brillantes y actores espontaneos e impecables. La química entre los protagonistas es fantástica y probablemente la clave para que la película funcione (su escena final en el motel es sencillamente genial) pero es Alycia Delmore (Anne) quien se lleva la palma interpretativa en esa escena en la que le confiesa a Ben un asunto del pasado, o en aquella otra en la que se emborracha con Joshua Leonard (Andrew) y este le cuenta el auténtico plan de rodaje. Estupenda.
No puedo estar de acuerdo esta vez con mi compañero Caith. Humpday no se me hace larga, no me resulta estirada, no creo que su premisa se agote pronto, al contrario, es un mero macguffin para hilar escenas en las que se reflexiona en voz alta, o se evidencian de manera más sutil las contradicciones, inquietudes, los sentimientos, los secretos y mentiras de un grupo de personajes que no hace sino representar los diferentes modelos de una cierta clase media: los conformistas, los desencantados, los soñadores… aparentemente opuestos, pero paradojicamente cercanos, unidos por sus miedos.
Sí, Humpday puede ser sólo un filme de personajes, pero su alcance es mucho mayor de lo que aparenta su superficie. Y además (o sobre todo) es muy divertido.
Después de debutar con un film a medio camino entre lo experimental y el docudrama, la realizadora independiente Lynn Shelton se abre paso en el cine narrativo con Humpday , un film fresco, atrevido y en cierto sentido renovador para la comedia norteamericana, sustentado en dos fantásticos actores que desprenden química en cada aparición conjunta en pantalla. Un reencuentro, una apuesta que pone en duda la virilidad de ambos y especialmente la amistad son los ingredientes necesarios para que el film funcione muy bien en su inicio, si bien todo se va diluyendo y alargando hasta un final notable que, lamentablemente, no es precedido por calidad real.
Humpday es un film de personajes, sólo eso. Como obra cinematográfica es débil, no tiene demasiado fondo y al margen de su retrato de la amistad y la química que desprenden Duplass y Leonard no queda realmente nada potente. Delmore tampoco está mal, pero con un papel tan limitado no puede lucirse demasiado. En resumen: cine presuntamente personal, en el que se deja ver cierta mano de Shelton, pero que no va más allá por lo raquítica que resulta su idea de partida, perfecta para un corto, pero demasiado leve como para llevarla hasta la hora y media. Tampoco diría que aburre, simplemente no da para más. Aún con todo puede verse, pero Apatow ya nos ha demostrado que este tipo de historias pueden contarse mucho mejor.