Hockney

Un comentario en «Hockney»

1. Uno de los grandes artistas de nuestro tiempo, la pintura de David Hockney constituye un desafío a todos los estilos figurativos o no del siglo XX y se erige como algo insólito y original, el producto de una mente muy especial. Lo que intenta, imitando el estilo de pintar del londinense, este irregular documental de Randall Wright, es sacar a la luz la contradictoria personalidad de Hockney, a partir de sus propias filmaciones y declaraciones, incluso en la actualidad, y de sus amigos y conocidos, que aparecen en imágenes de ayer y de hoy para tratar de desentrañar el enigma Hockney. Porque una vez visionado el film, Hockney continúa siendo un enigma, al menos para mí, dejando aparte que nos hallamos ante un genio de la pintura cuyos colores parecen surgidos de una película de ciencia ficción. Tuve la inmensa suerte de pillar, hace años ya, una retrospectiva de Hockney en París que me dejó conmocionado, porque apenas había visto algunas fotos de sus cuadros, y nada era comparable a estar allí parado ante sus grandes obras, saboreando y alucinando ante aquel prodigioso despliegue de talento e imaginación. El documental salta entre dos continentes, Londres y Los Angeles, los años 60 y la actualidad, presta voz a personajes importantes en la vida de este alienígena teñido de rubio, y ofrece, al menos, una cierta aproximación al hombre y al artista, todavía hoy, a sus 79 años, trabajando incansable cada día en sus cuadros. Hockney, objetor de conciencia, homosexual confeso, adicto al tabaco, pintor, diseñador de escenografías, innovador, siempre curioso con las nuevas tecnologías: un genio.