Historias de la edad de oro
Sinopsis de la película
Últimos años del comunismo en Rumania. A través de cinco historias, dirigidas por cinco realizadores (Mungiu, el alma del proyecto, escribió todos los capítulos y dirigió el último, La leyenda de los vendedores de aire ), se muestra la vida cotidiana de los rumanos en esa época.
Detalles de la película
- Titulo Original: Amintiri din epoca de aur (Tales from the Golden Age)
- Año: 2009
- Duración: 143
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Opinión de la crítica
Película
6.7
26 valoraciones en total
Una vez más un grupo de directores rumanos se unen para mostrar el despropósito del régimen policial implantado por Ceaucescu entre 1967 y 1989 a quien George Bush padre llamó en 1983 tituló como uno de los comunistas buenos de Europa . Precisamente la idea procede de los creadores de la afamada Cuatro meses, tres semanas y dos días . Lo cierto es que fueron veinte años que dieron para mucho, y creo que este es un punto donde tiene éxito esta serie de cortometrajes, pues consigue mostrar desde lo más cotidiano, por así decirlo, la realidad de la vida bajo un régimen que pagó con la miseria de su población su aceptación a nivel internacional (Ceaucescu impuso la exportación de toda la producción nacional con el fin de pagar la colosal deuda externa del país, lo cual estuvo a punto de devolver al país a la Edad Media). Sin embargo hay muchas referencias que tendré que omitir por falta de espacio y por la necesidad de ceñirme al contenido de los cortometrajes que componen Cuentos de la edad de oro . En cualquier caso lo que se observa en todos ellos es la monotonía del día a día, una tristeza atmosférica que casi se puede masticar a través de la pantalla (no digamos ya vivida en primera persona) y la búsqueda desesperada de la uniformidad y la puesta en escena teatral de todo régimen totalitario, a la par que su deseo ferviente por condicionar la vida de sus ciudadanos mediante la más gris homogeneidad. Sin embargo los directores no abandonan en ningún momento el recurso a la comedia, al contrario que en otros casos paradigmáticos del cine rumano contemporáneo, lo cual da un toque singular a las composiciones y una imagen más patética (o acorde, quizás) del régimen. Cada uno de los cuentecillos o leyendas tienen algo digno de ser mentado, muchos detalles y matices a los que no podré referirme por falta de espacio.
La leyenda de la visita oficial puede que sea mi favorito por las escenas costumbristas en mitad del medio rural. En este caso se está preparando el ceremonial para la visita de una delegación del partido acompañada de extranjeros. Varios detalles llaman la atención: el recorte del suministro energético racionado incluso para los feriantes (por entonces los rumanos usaban bombillas de 40 vatios para poder exportar su energía a Alemania e Italia), la escasa penetración de los símbolos nacionales en el medio rural, ya que algunos no saben ni colocar la bandera correctamente, las confusas y contradictorias directivas emitidas por las autoridades, con lo cual la supervivencia se convierte en un auténtico juego de equilibrismo, las autoridades aparecen como auténticos sátrapas que deben ser satisfechos en todos sus deseos y caprichos. El final de este cortometraje es de lo más ingenioso y es lo que quizás lo situa a mayor altura que el resto y que vendría a ser una crítica al no cuestionamiento de la autoridad y el escaso margen de autonomía intelectual dejada a la individuo.
Mungiu aprovechó el tirón de su esplendida y premiada 4 meses, 3 semanas, 2 días , para presentarnos, en una cinta guionizada por él mismo, a la nueva ola de directores rumanos. Son 5 historias, cuentos o leyendas de tono tragicómico sobre su país, en la época en que estaba regido por el dictador comunista Ceaucescu. Fácilmente identificable con buena parte de nuestra propia dictadura franquista, donde la apariencia de paz y prosperidad, escondía debajo de las alfombras, quien las tuviere, la miserias de un pueblo, sus picardias para subsistir y las estupideces esperpenticas de sus dirigentes, todo ello bajo la opresión del miedo y la represión.
Espectáculo coral, bien interpretado, con desiguales resultados. Magnifica la historia inicial, digna del mejor Berlanga. Por lo demás se ve con agrado sin que pese su excesivo metraje. Esperemos que no tengamos que aguardar a que les concedan premios internacionales para seguir la estela de estos interesantes realizadores.
Hilarantes historias de corte berlanguiano, narradas sobre la base de leyendas reales acaecidas en la Rumania comunista, las cuales se han ido modelando y erosionando por el boca a boca de las personas que se las han ido contando mientras no tenían otra cosa mejor que hacer en esas colas interminables del interminable régimen comunista a la rumana.
El mensaje político, muy rudo, se disimula en las historias que cuenta como si tuvieran que pasar censura, como si tuviera que evitar al potente y atento Politburó que todo ve y todo maneja a su antojo, y al que hay que engañar, no sólo en los cumplimientos de esos imposibles planes quinquenales, sino en el propio devenir de la vida misma de cada persona, lo que hace que la película se vea con cierta tendencia a la simpatía hacia los personajes y situaciones que narra. Comedia negra que describe el vivir o mejor, el sobrevivir de la población en la Rumanía pobre y comunista en la Edad de Oro que supuso la década de los 80 y principios de los 90, eso sí sin perder el humor en ningún momento.
Muy recomendable, por cierto hay que ir a verla con cierta predisposición a pasarlo bien y a echar un buen rato en el cine, sin prisas, ya que la película es larga, y no todos los cuentos tienen la misma dinámica cinematográfica a la hora de ser contados. No obstante, no se me hizo tediosa.
El realizador rumano Cristian Mungiu se ganó la entrada al cielo con su fantástica 4 meses, 3 semanas y 2 días , conquistando a quien pudo verla con una historia dura pero magníficamente contada. Dos años más tarde, vuelve a la actualidad con su proyecto más ambicioso hasta la fecha, Tales from the Golden Age , un film comunal que cuenta historias -no verídicas- sucedidas -teóricamente- en Rumanía, a modo de leyendas urbanas, con una carga satírica que arremete contra la sociedad y la situación política del país sin ningún tipo de complejo.
Escrita enteramente por Mungiu, el film -dirigido por cinco personas- se divide en varias historias y, como siempre pasa, algunas son fantásticas y otras se quedan en una curiosidad sin más interés del momentáneo. Así, se alternan algunas sencillamente hilarantes, como la que abre el film, una especie de remake rumano de la mordaz Bienvenido Mr. Marshall , en la que se nos cuenta como un inspector va a revisar un pueblo y cómo los habitantes del mismo deciden preparar la llegada del revisor. Tampoco está mal la que involucra a una familia que debe acabar con un cerdo, decidiendo finalmente gasearlo con butano, etcétera.
El problema es que, siendo varias historias de diferentes realizadores, no se consigue nunca un equilibrio y los 155 minutos de duración hacen que el global se resienta en demasía. Pese a todo, es un interesante ejercicio crítico, divertidísimo cuando debe serlo, que merece la pena aunque sea por el fantástico arranque y alguna otra historia suelta. Todo sea por ver una comedia negra rumana (olvidad El tren de la vida , no tiene nada que ver) donde los personajes hacen parecer a los Freaks de Browning gente normal y corriente.
Esta película no puede calificarse de hilarante y su excesiva duración, 155 minutos, sugiere que tal vez el último pase no es el mejor para verla en cine.
Pero no es una película mala. Las historias están bien filmadas y bien contadas, y te haces una idea de cómo se vivía en Rumanía durante el régimen de Ceaucescu. Hay que reconocer en especial el buen trabajo de decorados y de localizaciones. La peli te pasea por los hogares de los rumanos en esa época, por sus cocinas, sus salones, sus dormitorios… (bueno, no sé si debería decir, los del partido), y también ves cómo eran las cafeterías, los patios de vecinos, una atracción de feria o un pequeño pueblo. Es fantástico lo bien que han conseguido reproducir ese mundo visualmente. Lo mismo pasa con el vestuario o los peinados.
También muestra cómo eran las relaciones de poder en la época. Había que tomar una decisión y todos miraban al secretario del partido, aunque no tuviera ni idea del tema. Las barbaridades que podían cometerse por eso son la base de alguna de las historias. La otra base es la necesidad de buscarse la vida con la dificultad de que cualquier cosa que se saliera de lo común llamaba la atención de las autoridades.
En definitiva, historias surrealistas basadas en la realidad de una época surrealista y que pueden generarte una mueca de sonrisa de vez en cuando. Pero como comedia, muy contenida. Tal vez el secretario del partido vino del pasado, censuró los chistes y, maldita sea, nadie tenía por ahí una botella de vodka…
Con el mismo ambiente de Historias de la edad de oro, pero más divertida para mi gusto: Good bye Lenin!