Hasta que el matrimonio nos separe
Sinopsis de la película
España, años setenta, antes de la Ley de Divorcio. Miguel, un ingeniero naval, se enamora de Ana, una joven americana estudiante de Historia del Arte. Para poder casarse por lo civil, Miguel tiene que hacer una declaración previa de apostasía, que lo deja traumatizado, por cuanto significa la ruptura con la Iglesia y la renuncia a sus creencias religiosas.
Detalles de la película
- Titulo Original: Hasta que el matrimonio nos separe
- Año: 1977
- Duración: 95
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Opinión de la crítica
Película
4.4
27 valoraciones en total
Nos situamos en la ciudad tradicional de Santander allá por los setenta donde España aún conservaba algo de lo que nos convirtió en la reserva espiritual de Occidente.El personaje de José Sacristan va a tener un hijo con una bellísima norteamericana interpretada por Roxanne Bach actriz de efímero paso por nuestro pais. Pero el problema es que ella es muy liberal. Demasiado. Y sólo se casará con él por lo civil. Un drama en la familia,Las fuerzas vivas de la ciudad no dan crédito.Ha apostatado. Ha triunfado el amor a la bella rubia que el amor a Dios.Y con estas premisas José Luis Dibildos que firma el guión con el genial Antonio Mingote dan rienda suelta a su no diré anticlericalismo pero casi.España martillo de herejes y que evangelizó todo un continente y parte de otros ya no es lo que fué. Son tiempos modernos y leyes incomprensibles en la época y para muchos hasta hoy. José sacristán vive atormentado.Todo se aliña con una buena música de Garcia Abril.Y secundarios del calado de Galiardo Mary Carrillo Gutiérrez Caba don Emilio y la hermosa Silvia Tortosa. La película funciona aceptablemente.
La historia resulta premiosa y artificial y P. Lazaga no consigue encontrar ese punto de rotundidad conceptual que sería necesario en este tipo de cuestiones.
Sus sugerencias se quedan en esbozos y su planteamiento de doble dirección pueden inducir a equívocos.
En algún momento incorpora tintes de melodrama y ofrece una alternancia escénica aceptable pero en general, una vez expuesto su mensaje, la película no necesitaba alargarse tanto.
Carece de vigencia en la actualidad -salvo el componente histórico- y en su momento pudo parecer confusa desde el punto de vista ideológico.
La vuelta de Pedro Lazaga a Ágata Films, donde a finales de los años 50 realizó una serie de películas al menos decorosas. Los tiempos habían cambiado y se quiso hacer una comedia a tono con los tiempos que se estaban viviendo entonces, lo que se refleja en un tímido coqueteo con el destape que representa el mayor defecto de una película que cuenta las anécdotas sentimentales de un grupo de personajes unidos por lazos familiares o de amistad. La pareja protagonista formada por Jose Sacristán y María Luisa San José funciona perfectamente y encontramos a una sugestiva Cristina Galbó, a la adorable Silvia Tortosa, a la difunta Sandra Mozarowsky… El reparto es lo que se dice atractivo. La estupenda música de Antón García Abril es otro punto a su favor. Y Lazaga lo envuelve todo con su peculiar estilo fílmico. Hay algunos diálogos brillantes y a pesar de ciertos defectos el resultado general es positivo. Incluso puede considerarse Hasta que el matrimonio nos separe como una película muy especial y destacable desde luego dentro del nefasto panorama del cine español de su época. Pudo ser mejor pero tal y como es sigue resultando encantadora.
Película que parece seria, dado que pertenece a lo que se conoce como tercera vía, a medio camino entre el cine antifranquista y el puramente comercial, complaciente con el régimen, pero en realidad no lo es mucho, como delata su insistencia en enseñar los pechos de las señoras o señoritas, cuando le apetece, casi siempre de una forma bastante artificial. Hasta que el matrimonio nos separe no es otra cosa que cine de destape camuflado discretamente, que estamos aún en 1977 y había que cuidar las formas. Curiosamente, ni Silvia Tortosa, ni Sandra Mozarowsky enseñan carne, lo que es la vida. Y ya que estamos con las actrices, Cristina Galbó es mi preferida pero reconozco que la Tortosa está imponente como católica buenorra, antigua enfermera y mujer en un rol muy tradicional, además con ese look de los setenta inspirado en los cuarenta de lo más elegante y atractivo. Eso sí, le ha faltado lo mejor, como a todas porque nadie lleva, las botas. Por cierto, que la pareja en la ficción que le han buscado a Tortosa le saca en la vida real nada menos que 36 años. Aunque esto tiene una justificación argumental.
En cualquier caso, la obra nos sitúa unos años atrás, Carrero Blanco está vivo, para contarnos una especie de fábula, entre lo irónica y realista, para convencernos de las bondades del divorcio, que por aquel entonces, 1977, aún no existía y de hecho aún tardaría cuatro años en llegar. La película tiene cierta gracia por el tema tratado y la reacción de los personajes, toma en cuenta diversas posturas y su estilo tranquilo no cae mal pero en el fondo no sé si llega a convencer, es una nota que no tengo clara, porque se sustenta en un error gordo: lo necesario que es el divorcio y la crítica a todo lo que en la sociedad española lo hacía imposible. Y es que contra lo que se suele afirmar, el divorcio es totalmente innecesario, más bien es perjudicial, porque existe la separación, la sociedad es flexible y cada pareja funciona a su modo. Para lo único que sirve es para volver a casarse pero este deseo no viene porque se crea en el vínculo matrimonial o por no tener hijos bastardos, las bodas son cada vez más raras y los hijos nacidos fuera del matrimonio, más comunes, sino para obtener respetabilidad social e irritar a la derecha.