Hasta el sol tiene manchas
Sinopsis de la película
Hasta el sol tiene manchas cuenta la historia de dos hombres: uno con discapacidad mental, que intenta seducir a la gente para que vote por un candidato presidencial, y el otro es un enmascarado que asalta a las personas a pelotazos en la cabeza y que, además, hace graffiti. Ambos se hacen amigos y eso provoca una fatalidad que los hace saber que el mal existe.
Detalles de la película
- Titulo Original: Hasta el sol tiene manchas
- Año: 2012
- Duración: 62
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El realizador guatemalteco Julio Hernández Cordón se consolida como uno de los directores más interesantes y atrevidos de la región centroamericana, en el año 2012 presentó las películas tres y cuatro de su filmografía, Polvo es una de ellas y la otra es la que concierne a este comentario.
Hasta el sol tiene manchas es una película experimental, que mezcla en su trama una historia
ficticia, la amistad que nace entre dos hombres, uno con problemas mentales que se encuentra en la calle haciendo propaganda política hacía un candidato y otro que asalta a las personas lanzándoles una bola en la cabeza.
Lo otro tiene claros tintes de documental, en la que el realizador muestra distintas escenas detrás de cámaras de la grabación de la parte ficticia y a la vez hace reflexiones sobre lo que es hacer cine de forma artesanal.
La película se muestra muy sincera en sus intenciones, es divertida y agradable, algo grotesca por momentos, lo que me gusta de Hernández Cordón es la forma atrevida en cómo ha planteado sus películas hasta el momento, alejándose en gran medida del tono comercial para mostrar algo más personal, siendo ésta sin duda la mayor en este aspecto.
Por esto mismo, además de por cómo está filmada la película, muchos pueden tildar este film como soso o sin sentido, pero como lo dije en un inicio, a mí me confirma el buen nivel de este director y lo interesante de sus propuestas.
Cuarto largometraje del guatemalteco Julio Hernández Cordón, uno de los realizadores más importantes de Centroamérica. Ganador de múltiples premios con Gasolina (2008), Las Marimbas del Infierno (2010) y Polvo (2012), esta última nominada al Leopardo de Oro en el Festival de Locarno 2012. Con Hasta el sol tiene manchas el director pone punto final a su etapa centroamericana para volar al norte, a su vecino país México. Es un filme personal, se trata de una despedida y un recuento del cine pobre y con las uñas que ha realizado en su amada Guatemala. Un cine con historias comunes, con mucho compromiso social y denuncia, con planteamientos que desafían a todos los sectores sociales.
Filmada en todo amarillento, Hasta el sol tiene manchas sigue las andadas de dos amigos: Pepe Moco y Beto, el primero es un joven con discapacidad que hace propaganda por un candidato presidencial que promete llevar a Guatemala al mundial de fútbol (situación real). El segundo realiza graffitis en las paredes de la ciudad y asalta a las personas a pelotazos en la cabeza.
La cinta que inicia con imágenes de archivo de los años 50, la época bananera y la revolución guatemalteca, se aleja del tradicionalismo narrativo combinando ficción, making-of, y poesía melancólica de un sol moribundo que se niega a salir para muchos. La película es un experimento teatral, recreando espacios en una ciudad donde abundan las denuncias de desaparecidos. Y aquí radica una de los puntos más destacables de la cinta. El director ha decidido recrear de manera artificial y muy inteligente, las calles, mercados y sonidos comúnmente encontrados. Dejando bien en claro que las limitaciones económicas no son obstáculo para realizar cine, contrariamente el resultado es algo interesante y bien desarrollado.
El parqueo de un Hotel, un cine donde exhiben películas porno, una tienda de ropa, y una peluquería, son los lugares elegidos para que los bizarros personajes muestren todo su sentir. Paseándose con Dante, Don Quijote u otros grandes del cine, vamos viendo a través de rótulos donde se nos explica (con mucho humor) algunos puntos, llegando a una especie de cátedra de cómo llegaría a ser ese cine, si se tuvieran muchos recursos. Y en cierto modo, se puede señalar una intensión oportunista, pedante, y hasta miserable. Pero obedece a una necesidad que puede ser llevada a ámbitos regionales, porque no solo en Guatemala la indiferencia es enemiga del arte, en la región centroamericana el fenómeno ataca igual. No en vano uno de sus personajes hace una sátira de los candidatos innovadores cuyas propuestas rozan lo absurdo.
El ritmo es adecuado y cuando parece que ha entregado todo, termina sorprendiendo. Hasta el sol tiene manchas es una cinta provocadora y sincera, pero muestra sobre todo el amor por el cine. Es necesario entonces, la construcción de un discurso que plasme el sentir de muchos. Entre el opio y el cine sucio, Julio espera que el sol, amarillo – como el tono en el que fue filmada- y con su fuerza pueda salir en nuestros países.