Gozu. El camino a la locura
Sinopsis de la película
Cuando Minami es enviado a asesinar a su mentor, Ozaki, que está en medio de una crisis nerviosa, se embarca en una odisea de inexplicables fenómenos que comenzarán con la muerte de Ozaki y la posterior desaparición del cadáver, que lo llevará a conocer los personajes más extraordinarios y vivir las situaciones más sorprendentes…
Detalles de la película
- Titulo Original: Gokudô kyôfu dai-gekijô: Gozu
- Año: 2003
- Duración: 127
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Opinión de la crítica
Película
6.3
96 valoraciones en total
El gran maestro del cine post-moderno Takeshi Miike vuelve a dar una lección de como hacer cine sin compromisos ni ataduras morales, soprendiéndonos de principio a fin en una película que se aleja de todo tipo de convencionalismos. En su film Gozu del año 2003 el director japonés nos muestra una pelicula moderna con una fuerte carga de nihilismo, humor absurdo ademas de su correspondiente dosis de violencia. En esto se parece a otros compañeros de oficio suyos como el austríaco Michael Hanecke o el Argentino afincando en Francia Gaspar Noe. En palabras de Hanecke la violencia en sus películas no se presenta como en el cine convencional donde tan frecuente es ver escenas explicitamente violentas, en la que vemos una violencia de consumo debidamente exagerada y teatralizada para su comercialización. Dejando aparte el debate de la violencia en el cine, la violencia se nos presenta en estas películas atraves del sufrimiento de los personajes, tristemente real y cercana, sin exageraciones ni artificios dejando en el espectador una reacción cuando no menos inquietante. El cine de Miike es como un viaje sin retorno a la locura. Es una muestra sin concesiones de la parte más oscura del ser humano. No es para todos los gustos son ese tipo de películas que se odian o se veneran pero aun asi merece la pena acercarse por lo menos una vez al cine de Miike.
Gozu supuso mi más feliz encuentro con el prolífico e irregular Takashi Miike. Hasta la fecha, su cine me resultaba muy inconsistente y repleto de vacíos argumentales, tanto que sus películas se pueden fragmentar perfectamente en partes, soliendo coincidir en una estructura decadente y a menudo ridícula a medida que transcurre el metraje.
Miike es un cineasta moderadamente singular, aunque no es menos cierto que su predilección por la obra de otros autores contemporáneos es más que perceptible a lo largo de su filmografía. Seguramente sea en Gozu donde consigue conjugar todas esas influencias de manera más homogénea, aderezándolas cómo no con su obsesiva y perversa impronta. Así pues, apoyándose en la última oleada de humor nipón (personificada en Takeshi Kitano), en la visceralidad y delirio de David Cronenberg, en el onirismo de David Lynch o en un gamberrismo y acidez de lo más Tarantinescos, Miike elabora un film caótico, enfermizo, frenético y ante todo, tremendamente estimulante. Todo un reto para la resistencia y sensibilidad del espectador.
Estamos, por tanto, ante una película atípica y en cierto modo, única. Curiosamente, parece haber pasado desapercibida en favor de otras de sus más que dudosas creaciones.
Takashi Miike retoma en Gozu (también conocida como Teatro de Horror Yakuza ) el tema de las bandas de Yakuza, que ya aparecían en cintas anteriores como la trilogía Dead or Alive o Ichi the Killer . Pero esta vez lo hace a través de un filtro surrealista, que le acerca, salvando las distancias, al David Lynch más delirante.
Sin renunciar a la violencia característica de su cine, Miike concatena una serie de episodios tan extraños y oníricos que parecen sacados de un sueño daliniano, aunque pasados por el tamiz sexual y extremadamente violento propio del japonés, hasta llegar a uno de los finales más absurdos, delirantes y epatantes que yo haya podido ver en una película.
En resumen, una cinta altamente recomendable para todo aquél que tenga la mente lo suficientemente abierta a nuevas experiencias fílmicas.
David Lynch es un cineasta único. Takashi Miike también. Particularmente me decanto con devoción por Lynch como francotirador de universos fílmicos explorados por pocos. De Miike me gusta su manera original de abordar la violencia aunque no me convence el conjunto.
Si alguien se plantease qué ocurriría si se mezclasen ambos universos, la respuesta es Gozu . En mi opinión, la película más detestable e idiota que ha hecho Takashi Miike.
Es cierto que el propio Miike ya tomaba préstamos del cine de Lynch. Incluso pequeñas joyas posmodernas como Donnie Darko le deben mucho.
El problema es que Gozu no tiene la atmósfera habitual de las películas de Lynch, sólo es una copia mala, una caricatura de su cine.
No se trata de entenderla ( Carretera perdida es una de mis películas favoritas de los 90) sino de lo que veo: una colección de momentos ridículos y bochornosos propios de un Miike pasado por mucho ácido, que encajarían mejor en una comedia de mi admirado John Waters.
Tiene algún momento original (la americana de la tienda leyendo lo que tiene que decir de la pared), pero el resto es reiteradamente grotesco y estrafalario.
Los genios, como Buñuel, Cronenberg o Lynch pueden permitirse licencias que no afecten al conjunto. Lo que demuestra Miike es que no es un genio, tan sólo un versátil francotirador con la mirilla muy desviada.
Mediocre de principio a fin. Perdón, me equivoqué, el final es todavía peor.
Fascinante mezcla de thriller y horror del personalísimo realizador japonés Takashi Miike, que relata el viaje que emprende Minami con el propósito de acabar con la vida de Ozaki, un yakuza en crisis que está comprometiendo el liderazgo del clan al que ambos pertenecen. En dicho viaje Minami deberá enfrentarse a situaciones de lo más insólitas que pondrán a prueba su entereza mental.
Gozu es una obra sobresaliente de entre las de Miike, y como todas ellas, cuenta con las constantes de su filmografía, yakuzas, una larga lista de personajes extraordinarios y las situaciones más sorprendentes, por violentas, inquietantes, perturbadoras y surrealistas (no serán pocos los que conectarán a Miike con realizadores como David Lynch o David Cronenberg).
Imprescindible para fans de Miike y para los amantes del cine bizarro e irracional.