Four Lions
Sinopsis de la película
Omar (Ahmed), un musulmán radical de nacionalidad inglesa, ha creado una célula terrorista de la que forman parte su hermano Waj (Novak), un muchacho muy simple, Barry (Lindsay), un extremista que odia a los blancos, y Fessal (Akhtar), un aprensivo fabricante de bombas. Mientras que Omar y Waj están en Pakistán en un campo de entrenamiento mujaidín, Barry recluta a Hassan (Alí), un aspirante a rapero. Cuando Omar regresa a Gran Bretaña, trae consigo un plan: un ataque suicida con bomba contra un objetivo occidental insólito.
Detalles de la película
- Titulo Original: Four Lions
- Año: 2010
- Duración: 94
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Opinión de la crítica
Película
6.6
21 valoraciones en total
Antes que nada tener en cuenta que éste film podría herir la sensibilidad de quien tome muy en serio sus convicciones islámicas o hasta quizás en el otro extremo si ha sido perjudicado alguna vez por un hombre-bomba suicida…
Hecha esta advertencia, podemos disfrutar de una de las parodias-cómicas más inteligentes que un servidor ha podido ver nunca, desde los films de los Monty Python, no se veia en una pantalla una comedia absurda tan bien tramada y conducida como la que nos ocupa.
Cada escena es un sketch de diálogos y situaciones realizado con acierto e ingenio, y la parodia de los suicidas por Alá se convierte en una obra maestra de la ridiculización de lo absurdo.
Aquí no se trata de ofender una religión antigua y respetable abrazada por millones de personas, se trata de observar la figura de los suicidas por la fé como la encumbración de la ignorancia y el salvajismo más patético de nuestra época moderna, y si bien se trata de un humor negro (macabro incluso, si se quiere), todo se justifica por la denuncia en sí de éste fenómeno del extremismo fundamentalista de nuestros dias, una verdadera plaga que hiere a la humanidad cada dia.
En su dia Chaplin hizo un excelente trabajo con su parodia de El Gran Dictador . Y el Sr. Morris ha hecho también una excelente aportación contra la autodestructividad del ser humano con este film. Altamente recomendable…
Arriesgada la apuesta que hizo Christopher Morris con esta comedia negra, un atrevimiento que no sería tal de no vivir en un mundo como el que nos presenta el propio director. Una sociedad donde una palabra destaca para definir el comportamiento humano: fanatismo. Fanatismo a la hora de defender un equipo deportivo, un partido político, un personaje artístico, o como es el caso que nos ocupa, una religión. Cuatro musulmanes de nacionalidad inglesa deciden crear una célula terrorista convencidos de inmolarse en pro de la yihad. Las cosas empezarán a torcerse desde el momento que vuelan a Pakistán para que el Emir les autorice a llevar a cabo la misión suicida. Su torpeza y falta de planificación les impedirá si quiera llegar a contactar con el caudillo árabe. Pese a los inconvenientes, deciden seguir adelante con sus planes por su propia cuenta, y es aquí cuando deja de ser una película parodia sobre el terrorismo islámico, ya que estos 4 leones, que pasarán a ser 5, no representan a la cultura que dicen defender al dejar de respetar las leyes por las que ésta se rige, sino que son una clara representación de extremistas exaltados dejándose llevar por uno de los comportamientos humanos más frecuentes de nuestros días, el odio irracional.
Una sátira plagada de humor ácido, y rodada cámara en mano en el paisaje desértico de Almería (Andalucía), en la que no dejarán de sucederse momentos hilarantes mezclados con diálogos inteligentes, cargados de dardos venenosos en contra de los temas más controversiales de la sociedad actual, tales como la manipulación de los medios de comunicación o la brutalidad e ineficacia policial. Pero pese a los gags cómicos, el tema sigue siendo igual de serio, y bajo la carcajada se esconde un durísimo argumento, mucho más amplio de lo que parece en primera instancia, que no habrá de dejarnos indiferentes cuando repasemos mentalmente la proyección que acabamos de presenciar.
Lo primero de todo, es reconocer el valor que tienen los guionistas y el director por tramar una película que parodia y bromea sobre un tema tan delicado como el del terrorismo islámico.
Ya solo por eso merece la pena dedicarle un visionado, aunque sea por simple curiosidad.
Pero es que además estamos ante una gran comedia, muy muy negra en ocasiones, con situaciones muy divertidas en las que lo difícil es no reírse, hilvanando escenas y diálogos casi surrealistas. Ya desde el principio intuimos de qué va a ir toda la historia, las risas que surgen con la grabación del vídeo de la Jihad (con sus tomas falsas y todo), no decaen en toda la película (memorables son el entrenamiento en Pakistán, los putos conejos raros, el sistema anti-vigilancia, …).
Y es que aquí nadie se salva de la caricatura ni de la crítica encubierta. Ni los protagonistas, ni sus vecinos ingleses, ni los policías… Todos se nos presentan igual de absurdos, igual de torpes, igual de patéticos. Se llevan la palma Barry (el que se cree más musulmán que nadie e intenta sermonear al resto pero no hace más que soltar discursos contradictorios) y Waj (el hermano tonto, el manipulable, aún más estúpido que el resto de personajes y mira que es difícil).
Como recomiendan el resto de compañeros de crítica, antes de verla es mejor dejar los prejuicios en casa y no tomarse nada demasiado en serio. Y así podréis disfrutar de una buena dosis de carcajadas a cargo del comando suicida más estrambótico que se ha visto jamás en el cine.
Cuando un tema tan delicado como el terrorismo se lleva a una pantalla de cine suele recibir el tratamiento prudente que exige un asunto que puede herir muchas sensibilidades. Y sin embargo, como contrapunto a la evidente seriedad de películas como En el nombre del padre o Munich, y en pleno apogeo del extremismo islámico, desde Inglaterra llega la primera comedia yihadista.
Quien se pueda sentir ofendido por la asociación de ideas célula terrorista + desmadre de risas quizá no debería ver esta película. O quizá sí. Porque la idea principal de Four Lions es hacer hincapié en el sinsentido que es el terrorismo y la guerra, en el absurdo de aprovecharse de la fe de unos desgraciados para convencerlos de que la autoinmolación buscando la muerte del enemigo es la vía directa al anhelado paraíso eterno (que pueden ser 100 vírgenes o la montaña rusa de agua).
Con esa idea como motor se nos presenta a un grupo de cuatro terroristas yihadistas dispuestos a perpetrar un atentado que acabe con cuantos más infieles mejor, con la firme convicción de que volar cosas los convertirá en héroes radicales, en mártires que cambien el mundo. De la preparación y consumación del susodicho atentado trata la película.
Ya desde el comienzo, en el que estos cuatros intentan grabar un video de amenaza para colgar en internet, queda patente que son todos más tontos que las piedras y no tienen ni idea de lo que quieren hacer ni de cómo hacerlo. Es esto lo que regala los mejores momentos de la película, convirtiéndose en una fuente aparentemente inagotable de gags continuos y realmente brillantes, la mayoría con sobredosis de irreverencia.
Los cuatro leones sin duda merecen mención aparte. Omar es el líder del grupo y tiene el dudoso privilegio de ser el que más luces tiene de todos. Antimaterialista y defensor de los principios islámicos, planea convertirse en un verdadero guerrero muyahidin en un campo de entrenamiento pakistaní (irónicamente el antimaterialista Omar trabaja como guardia de seguridad en un centro comercial). Barry, un inglés que se une a la causa, es el más beligerante de todos, y suya es la brillante idea de volar una mezquita para radicalizar a los moderados XD. Luego tenemos a Waj. Si los demás son tontos, él es Pichote. Es el paradigma del terrorista manipulable, llevando el concepto más allá de lo absurdo. A diferencia de Barry, Waj se conforma con volar Internet. Y por último está Faisal. Prácticamente no abre la boca en toda la película pero es el protagonista de casi todos los mejores momentos. Sin duda el personaje más explosivo. Su compra de material para fabricar bombas en una droguería da lugar a una conversación realmente memorable. Grande Faisal.
Casi todos son risas, pero no todo. E incluso tras las risas hay reflexiones muy interesantes, sobre todo en las geniales conversaciones entre Omar y Waj, las dudas de éste sobre la bondad de sus acciones y los elaborados ejercicios mentales de Omar para justificarlas da una idea de la empanada ideológica en la que viven.
La mera existencia de Four Lions es como mínimo un acto de valor, pero que además sea inteligente, ingeniosa, humana y sumamente divertida sólo puede calificarse como milagro. Todo aquel que haya contribuido a hacer posible esta pequeña joya debería estar orgulloso. Y visto el resultado quizá no sea mala idea relajar un poco los límites morales de la sátira, porque es en su propuesta de reírse de lo grave, de lo delicado, donde Four Lions, una comedia osada (casi más osada que cómica), encuentra su mayor virtud y fuerza.
Se puede hacer en cine una parodia de la yihad? Yo creo que se puede y que se debe. Sabemos que del nazismo sí se puede, ya lo hizo Chaplin, por ejemplo en El gran dictador , también sobre el cristianismo, ahí está La vida de Brian . Pero esto del islamismo radical… uffff! Es complicado.
Desde luego hay que tener valor, teniendo en cuenta que estos tipos se mosquean nada más que por un dibujito de mierda, no digamos ya por un largometraje. Sólo por eso la película merece un 10 como 10 soles.
Puede que no tenga la calidad de un Chaplin o de unos Monty Python, el tiempo lo dirá, pero hay que tener en cuenta que éstos no se enfrentaban a grupos de fanáticos organizados dispuestos a matarlos por cachondearse de sus creencias.
Así pues, mi 10 va por:
1. El valor que le han echado los productores, el director, los guionistas y todo el reparto.
2. El valor que le han echado los distribuidores y los dueños de los cines donde se ha proyectado.
3. Nigel Lindsay, el fundamentalista más pirado de la historia. Genial.
4. El terrorista que se inmoló y se llevó palante una oveja.
5. El yihadista que se disfrazaba de pollo para protegerse la barba.
6. El muyaidín que compró miles de botellas de agua oxigenada cambiando de voz en la droguería para despistar.
7. Las tomas falsas de las grabaciones suicidas.
8. La maratón. Indescriptible, hay que verla.
9. El yihadista rapero.
10. Por saber reirse de lo más peor y saber hacer reir a los demás. Chapeau.