Eva
Sinopsis de la película
Tyvian Jones (Stanley Baker), un famoso escritor que vive en Venecia, acaba de publicar una novela cuyo éxito es tal que surge el proyecto de llevarla al cine. A partir de entonces, su vida social se intensifica: todo son fiestas y recepciones en su honor. Al mismo tiempo, Jones es feliz con su prometida Francesca (Virna Lisi). Pero un día conoce a Eva (Jeanne Moreau), una bellísima y sensual mujer que le hará perder la cabeza, a pesar de que es fría, calculadora y cruel en sus juegos de seducción.
Detalles de la película
- Titulo Original: Eva (Eve)
- Año: 1962
- Duración: 135
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Opinión de la crítica
Película
6.4
87 valoraciones en total
Según solían decir las abuelas, mostrarse desdeñosa es una de las maneras más efectivas como una mujer puede conquistar a un hombre de verdad, y razón les sobraba, primero, porque así éste demostrará que su interés no es pasajero, y segundo, porque mucho se valora lo que con dificultad se ha conseguido. Pero, en esto de hacerse la difícil hay que tener mucho cuidado, especialmente cuando el desdén no es táctico sino profundamente sentido. Y cuando el hombre no galantea, sino que es de los que asedia, y además, su temperamento se revela visiblemente violento, la mujer sensata debería huir de él como de un virus mortal.
EVA es una suerte de estudio sobre el carácter femenino que hará especial referencia en dos tipos de caracteres: La mujer sumisa y la mujer de carácter que, por encima de todo, ama la libertad. La relación con la Micaela de Bizet, y sobre todo con la Carmen de Merimée, es del más hondo calado, y de nuevo, vamos a presenciar el serio peligro que representa un obsesivo carácter masculino.
René Babrazon Raymond (1906-1985), fue un prolífico escritor británico que escribió bajo diversos seudónimos, siendo el de James Hadley Chase con el que publicó su, no muy original, novela Eva en 1945. Su literatura, plagada de mujeres fatales y de hombres utilizados que no temen robar o matar para poder complacerlas, no es raro que estuviera hondamente influida por las obras de Merimée y por el hondo machismo que pudo haber adquirido durante su experiencia militar.
Para el director Joseph Losey, la novela fue la ocasión para demostrar, a su manera, como un hombre por más pagado que se sienta de sí mismo, puede resultar obsesionado por una mujer que, aun no siendo la más bella, demuestra que tiene sensualidad, un sólido carácter y la más clara decisión de no ser nunca propiedad de nadie. Por supuesto, el carácter del seductor de turno tiene un pilar algo resquebrajado, su hermosa novia Francesca, es manipulable como la que más… y de pronto siente que, en algo, él se parece a aquella Eva que lo apasiona y quizás esté dispuesto a morder el fruto prohibido, aunque esto le cueste ser expulsado del paraíso.
El filme resulta bastante interesante y el trio protagonista, Jeanne Moreau, Stanley Baker y Virna Lisi, luce bastante efectivo en sus respectivos roles. Sólo esa escena exterior que se añade como desenlace, queda como una suerte de cabo suelto, pero quizás, Losey, quiso evitar que se volviera demasiado obvia su relación con la legendaria Carmen, clímax que quedó insinuado en aquel momento en que Tyvian Jones acaricia el largo cuello desnudo de la imposible Eva.
Cuando Eva dice a Jones: Ya te dije que era peligroso que te enamoraras de mí, la Carmen en pleno regresa a nuestra memoria y la fuerte femme fatale vuelve a hacer presencia para demostrarle al hombre lo débil que puede llegar a ser.
Mención para la eficaz fotografía de Gianni di Venanzo, la acertada música de Michel Legrand y las siempre sensitivas canciones de Billie Holliday.
Eva rebosa calidad: los magníficos y larguísimos planos secuencia adornados con música de Billie Holiday que nos ofrece Joseph Losey (que saltaría a la fama un año después con El sirviente), su hermoso retrato de Venecia y la construcción de una historia, tantas veces reflejada en el cine negro y en la literatura del mismo género, de una autodestrucción anunciada, tratada con la mano maestra de un director en estado de gracia siempre interesado por las relaciones de dependencia y degradación humanas.
Y sobre todo esta película no sería lo que es sin una Jeanne Moreau en una de las mejores actuaciones de su carrera. La actriz francesa encarna a la perfección el papel de una de las femme fatale más cruel y fría de la historia del cine que disfruta haciendo saltar por los aires la existencia de un arrogante y presuntuoso escritor en la cima del éxito personal y profesional. Un 10 para Jeanne Moreau, hermosa, cruel, amoral, destructiva….
Con su estudiada planificación, Losey puede mantener una secuencia sin diálogo varios minutos, moviendo la cámara (haciendo sonar además música jazz) y está claro que le gustan los estudios sobre la dominación y las degradaciones personales, que en Eva sitúa en Italia, concretamente Venecia.
Stanley Baker presenta un aspecto atormentado y cadavérico la mayor parte del tiempo y Jeanne Moreau, que no se llama Eva por casualidad, es una insensible femme fatale que escucha insistentemente a Billie Holiday y disfruta con el juego (tanto en los casinos como en la seducción), el lujo y una vida ociosa, sin demostrar mayor sentimiento hacia nadie incluído su improbable marido.
Heredera directa de Antonioni en el estilo y gusto por el simbolismo, no es una mala referencia, parece ser que fue reducido su metraje por los productores, lo cual no deja claro si algunas de sus elipsis y vaguedades son premeditadas o efecto del recorte.
044/06(04/02/10) Joseph Losey nos obsequia con una radiografía de la autodestrucción a través de la historia de un amor enfermizo, donde un escritor en la cima de su carrera, Tyvian Jones (Satanley Baker), sufre una obsesión patológica por una mujer que no se llama por casualidad Eva (maravillosa Jeanne Moreau), la que provocó a Adán en el Edén con la tentación de la manzana, y que provocó por esto el Pecado Original que nos sacó del Paraíso, esto representa el papel de Eva en esta cinta, es una belleza amoral en persona, es una ‘femme fatale’ colosal que degrada a este ‘Adán’. Es una historia mil veces vista, manida hasta el hartazgo, que tiene en su puesta en escena uno de sus sólidos pilares sobre los que se asienta la cinta, donde Venecia, la anárquica ciudad de los canales es uno más de los actores que interactúa, donde los planos largos y lentos se suceden de forma casi asfixiante gracias a la gran fotografía de Gianni Di Venanzo y a la deliciosa música del maestro Michel Legrand, el otro fuerte pilar sobre el que se sostiene es el de sus dos protagonistas, enormes sus composiciones, Stanley Baker, creando a un títere capaz de de degradarse física y mentalmente, por una obsesión masoquista en la que parece disfrute con el dolor que le produce su tormentosa relación con Eva, interpretada de forma colosal por Jeanne Moreau, sabiendo transmitir el sadismo turbador de su personaje, un tornado que arrolla a Tyvian desposeyéndolo de dignidad. El film sufrió varios recortes en el metraje que puede explicar algunas lagunas en la historia, o puede que solo sean elipsis pretenciosas del realizador. Recomendable película a los que gusten de dramas tortuosos. Fuerza y honor!!!
Lo cierto es que Losey nunca ha conseguido emocionarme demasiado pero, pese a ello, cuando vi esta película en 1964 en mis flamantes 18 años, sí me cautivó y hasta me inquietó. De ello se desprende que, viviendo del recuerdo, la tuviera valorada con un 8. Ahora acabo de volver a ella, a mis 65 años y ¡qué le vamos a hacer!, el tiempo no perdona, ni a la película ni desde luego a mí. De ahí que revise mi puntuación dejándola en un 6 con muchas, muchas dudas, pero La señora Moreau se merece un categórico 10, como casi siempre, solo por ella encuentro todavía salvación en la cinta.