Esto no es Berlín
Sinopsis de la película
A las puertas de la Copa Mundial de Fútbol de 1986, Carlos, un chico de diecisiete años, está más interesado en escuchar música y admirar a Rita, la hermana de su mejor amigo, Gera. Su vida monótona termina cuando la banda gótica de Rita les introduce a un club nocturno clandestino, El Azteca . Ambos quedarán embelesados con este mundo de performances, ambigüedad sexual y drogas. Sin embargo, en esta exploración de sus nuevas identidades, también se pondrá a prueba su amistad.
Detalles de la película
- Titulo Original: Esto no es Berlín aka
- Año: 2019
- Duración: 115
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Opinión de la crítica
Película
6.2
49 valoraciones en total
Viernes 29 de noviembre, 6:00 pm, La casa del cine. Esto no es Berlín ha sido seleccionada para conformar la nueva edición de la Muestra Internacional de Cine, película en la que Hari Sama hace una restrospectiva a través de un relato de ficción —con demasiadas referencias personales de él—, sobre el descubrimiento del mundo underground y el encuentro con las expresiones artísticas, las relaciones de amistad y afectivas de manera ilimitada y fueran el motor impulsor en el México conservador de los años 80.
Protagonizada por Xabiani Ponce de León, José Antonio Toledano, Ximena Romo, así como por el propio Hari Sama, la trama se centra en una pareja de amigos adolescentes (Carlos y Gera) que por la mañana acude a la escuela y por las tardes encuentran a través del ocio una ventana a un submundo al que supuestamente no están preparados y al que Rita —la hermana de Gera creé pertenecer. Dicha inmersión reflejará la apertura intelectual de Carlos, quien en interacción con otros personajes buscan en el arte de la fotografía la ruptura de lo establecido, de un eco que los reconozca y les de brinde esa libertad de la que Europa se ha jactado y que también impulsa a Latinoamérica a seguir.
Película bien lograda, que retrata la incomprensión de la juventud, de sus escapes hacia una exploración en la que lo indebido no podía omitirse y donde su director decide aparecer a cuadro en rol de tío, una figura de libre albedrío ajeno a los señalamientos y sí más enfocado a guiar. El relato jamás se percibe como cliché y recrea la época correctamente, nos traslada momentáneamente en el tiempo y comienza nuestra propia recreación y cuestionamientos sobre una educación que siempre restringe las libertades a través del tabú.
En la filmografía vemos a un Hari Sama que va de la comedia más corrosiva y efectiva (Sin Ton ni Sonia), pasa por el abatimiento ante la pérdida (El sueño de Lu) y llega a un referencial casi autobiográfico el cual casi logra un borrón y cuenta nueva para muchos.
Utilizando la escena artística de vanguardia subterránea como telón de fondo y a un adolescente rebelde como protagonista, representa las locuras de la juventud a través de un fantasma caleidoscópico de sexo, drogas y synth-wave.
Abrir la película con una cita de Marcel Proust es ciertamente una declaración de intenciones, y ‘Esto No Es Berlín’ hace todo lo posible para respaldar un movimiento audaz. En su cuarto largometraje narrativo, el cineasta mexicano Hari Sama pinta un retrato vertiginoso de la Ciudad de México, alrededor de 1986, aunque tanto la música, como las anécdotas bien podrían haberse ubicado en la actualidad, pues hay un flujo constante de minimal synth, industrial, arte y referencias literarias, caricaturas, jóvenes en busca de identidad, bares alternativos, y montajes hipnóticos de representaciones políticas.
Pocas películas sobre músicos logran aproximarse a la devoción que un espectador, fanático de la música, puede tener detrás de la historia. ‘Esto No Es Berlín’ echa por tierra algunos detalles concretos sobre cómo es tocar en una banda, usar sintetizadores, y otros aspectos históricos de la escena post punk de México a mediados de los 80. Pero en cambio, muestra situaciones que siguen vigentes, buscar un sentido de pertenencia, encontrarlo en la música, y luego en lugares y personas, tocar para un público que no espera escuchar una caja de ritmos o un sintetizador, y varias situaciones más que son atemporales. No es una película sobre una escena musical, se concentra en las cosas que son importantes para sus protagonistas, las cualidades formativas de entrar en un mundo nuevo.
En el apartado musical cabe destacar el trabajo de Dalí Lantzeta en el score, Hoffen, y Werner Karloff de quien se usaron cuatro temas originales.
El quinto largometraje dirigido por el mexicano Carlos Sama, de nombre profesional Hari Sama, es una historia que se desarrolla en su país y que tiene como protagonistas a un grupo de jóvenes reivindicativos y críticos con la sociedad de su época, a mediados de la década de los 80 del siglo XX, y que se sirve de las experiencias personales del cineasta que acababa de cumplir la mayoría de edad en 1986, el año en el que se desarrolla la película, en plena preparación del mundial de fútbol que se celebró en ese país centroamericano y que coronó a Diego Armando Maradona como una estrella. La propuesta se presentó en el pasado festival de cine de Sundance, y en España en el de Málaga y fue una de las grandes triunfadoras al ganar 4 premios, tres del jurado de la sección oficial ( el premio especial del jurado, actor de reparto para Mauro Sánchez Navarro y fotografía ), así como el del jurado de la crítica.
La película no tiene nada que ver con ese deporte que cité antes ni el campeonato del mundo, lo que se cita muy pocas veces, ya que los personajes tienen otras aficiones, en especial el mundo de la fiesta nocturna y la música, y sobre esos temas gira la propuesta, que tarda bastante en arrancar, y que no es asequible para todo tipo de público por su ritmo pausado, y sobre todo por una manera de rodar que busca el realismo sin esconder actitudes o reacciones de esos adolescentes cercanos a convertirse en adultos, cuyas imágenes, siendo de una elevada calidad visual, son un poco extrañas y que pueden desconectar de la historia central.
Se abordan unos temas bastante duros, en algunos casos, ya que no es una etapa fácil, y además de los problemas sentimentales se ponen de manifiesto las envidias y en algunos casos la xenofobia, y unas complicadas relaciones personales y familiares, que hacen que el futuro de esas personas no sea muy esperanzador.
Los intérpretes jóvenes en general no están mal, aunque en ese aspecto la propuesta es bastante irregular, y si tengo que destacar a uno por encima del resto es a Xabiani Ponce de León, que interpreta a Carlos, el protagonista, y que está bien en su debut en un largometraje cinematográfico, después de unas actuaciones en papeles televisivos. Completan el reparto principal José Antonio Toledano como Gera, que también lo hace bien, y Ximena Romo en el de Rita, el personaje femenino más importante. En roles más secundarios destaca la presencia de Marina de Tavira, conocida por ser la madre de los niños en Roma ( 2018 ) , papel por el que logró la candidatura a los Óscar 2019 como actriz de reparto, y que en esta ocasión tiene un personaje muy secundario como la madre de uno de los protagonistas. Mauro Sanchez Navarro , el premiado en Málaga, no está mal, simplemente correcto, en un personaje, el de Nilo, que va ganando fuerza con el paso de los minutos.
Me convence más la película a nivel formal y la manera en que se presentan las escenas que el guion y lo que nos cuentan, en concreto la dirección de fotografía de Alfredo Altamirano y el trabajo al frente del proyecto de Hari Sama.
Uno de los principales problemas es su excesiva duración cercana a las dos horas, lo que termina por lastrar y aburrir en muchos momentos, sobre todo en la primera mitad, y se podía haber recortado metraje sin ningún problema.
La película se puede recomendar a los aficionados a historias de adolescentes conflictivos, siempre que les guste un cine diferente al estadounidense o británico. Agradecí los subtítulos en la proyección en los cines Renoir porque en algunas conversaciones me hubiera perdido por no entender las expresiones empleadas por esos jóvenes mexicanos.
LO MEJOR: Las canciones y la fotografía.
LO PEOR: La historia tiene muchos altibajos.
Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net
En su quinto largometraje, cuarto de ficción, el realizador Hari Sama se sumerge en sus memorias y experiencias de su juventud en la ciudad de México de mitad de la década de los 80, en un retrato generacional intimista y personal.
Carlos (Xabiani Ponce de León), es un joven que está saliendo al mundo, y junto a su amigo Gera (José Antonio Toledano) se adentran en el movimiento contracultural de los años ochenta de la ciudad de México, cuando juntos conocen un bar de la mano de Rita (Ximena Romo), hermana de Gera, y su banda.
A partir de ahí ambos se sumergirán en un mundo hasta entonces desconocido, donde entre música y drogas explorarán y experimentarán su sexualidad, sus cuerpos, y demás nuevas experiencias en una ciudad afectada por el reciente terremoto y en plena efervescencia mundialista.
Sama consigue volcar y plasmar sus recuerdos de una época convulsionada, a través de su mirada a su propia juventud en un relato donde logra evadir sentimentalismos nostálgicos, permitiéndose recrear y explorar los sitios donde fue aprendiendo y conociendo de la vida.
Como una especie de coming of age convulsa, la película envuelve en su historia todo un retrato de una escena subterránea en la que los jóvenes se sumergían para, a través de la música o de diferentes performances, hacer sentir su voz, en un mundo cada vez más hostil que les ponía enfrente obstáculos inéditos, como fue en su momento la irrupción del SIDA, encontrando en diferentes expresiones artísticas esa necesaria válvula de escape.
Un relato cálido y vibrante de una etapa de inflexión en un contexto convulsionado, que logra capturar notas de verdad en un momento en el que nada permaneció igual, logrando una correcta recreación de esos años sin necesidad de abusar de la nostalgia ni recurrir a la inútil moraleja y con un intenso trabajo de sus intérpretes.
https://tantocine.com/esto-no-es-berlin-de-hari-sama/
Alcohol, drogas, libertinaje, ambigüedad sexual y los orígenes de la música punk son el cóctel explosivo que hará estallar por los aires la rutina de los adolescentes protagonistas, a mediados de los 80. Se presentó en el Festival de Sundance y arrasó en el Festival de Málaga, llevándose tres premios, entre ellos, la Biznaga de Oro. Ágil, afilada y rebosante de energía juvenil y revolucionaria, ambientes oscuros y atmósferas tóxicas No querrás apartar la mirada de la pantalla.