Elvis y Madona
A partir de un encuentro inusitado, surge la historia de amor entre Elvis, una entregadora de pizzas, y Madona, un travesti que sueña en producir un espectáculo de Teatro de Revista, naciendo una atracción que luego se transforma en deseo, pasión y amor. Se ven interrumpidos por intervenciones Juan 3 piernas, alguien del pasado de Madona.
Este es un guión que en manos de Almodóvar hubiera dado para mucho. Pero Marcelo Laffitte no lo ha resuelto mal, más bien bien, aunque seguramente inspirándose en muchas de las soluciones que el manchego le ha dado a situaciones similares a las que aquí se plantean. Desde luego, la utilización del color es pura mano de Almodóvar. Los dos protagonistas están sacados de lo que podría haber sido una de las primeras películas del español, pero tienen la fuerza suficiente, y su personalidad, para representar la historia en Copacabana, con sus movimientos, su forma de expresarse corporalmente y, por supuesto, su habla, por lo que aconsejo ver la versión original subtitulad. No debería comparar tanto con Almodóvar, pero es que hasta el cartel recuerda a los carteles que han hecho famosas las películas de nuestro oscarizado director. Debe quedar claro que si quien esto leyera es un seguidor de ¡Pedro! esta película le gustará. Pero si es uno de esos detractores que ahora se han puesto de moda, le aconsejo que no pierda el tiempo viendo este hermoso y romántico cuento, y real como la vida misma. En Copacabana, por supuesto.