Celestial Camel
Sinopsis de la película
En las estepas de Volga Bajo, en Rusia, los kamulkos creen que el nacimiento de un camello albino es signo de buena suerte. Altynka es una cría de camello albino que es vendida por el patriarca de una familia para poder afrontar económicamente el nacimiento de su nuevo hijo. Tras la venta de Altynka, su madre, Mara, se escapa para encontrar a su cría. Su desaparición es un desastre para la familia, por lo que el hijo mayor, Bayir, a sus doce años, emprende un viaje por la estepa subido en una vieja moto para encontrar a Mara, que es la base del sustento familiar.
Detalles de la película
- Titulo Original: Nebesnyy verblyud (Celestial Camel)
- Año: 2015
- Duración: 90
Opciones de descarga disponibles
Si deseas puedes conseguir una copia la película en formato 4K y HD. A continuación te añadimos un listado de posibilidades de descarga activas:
Opinión de la crítica
6
23 valoraciones en total
Muy buenas, cineastas. Mi nombre es Saglara. Nací en aquella tierra – republica Kalmikia. Soy Kalmika. Alexander Pushkin tiene un poema (conocido), dedicado a la mujer-kalmika.
¡Adiós kalmika amada!
Poco faltó y contra mi extravagancia,
el hábito que me dicta todo o nada
casi me arrastra a las estepas, a la errancia
detrás de las huellas de tu carpa. …
A pesar de la RAE que aconseja escribir Kalmukia , la forma de escribir el nombre en castellano más correcta es Kalmikia. con la i latina. Escritura Kalmukia está en inglés, y como la pronunciación en inglés y en castellano NO es la misma, en castellano la forma que se aproxima MAS a la pronunciación original es Kalmikia.
2. Si , es cierto, que mi pueblo, desde siempre nómada, vino desde hace un poco más de 400 años del oeste de Mongolia y nos quedamos en las estepas de Volga Bajo, hasta hoy en dia. Nuestra religión es budismo, pero antes de budismo teníamos tengrianismo: veneración al Eterno Cielo Azul – dios Tengri. Abarcamos budismo, porque tengrianismo y budismo son religiones muy similares. Así que somos el único pueblo oriental y budista en el territorio de Europa.
3. Otra confusión que existe es que en Rusia tenemos una pequeña gran diferencia: para nosotros, NO es lo mismo nacionalidad que ciudadanía . Ciudadanía es ciudadano del país, en este caso Rusia, y lo más correcto es llamarlo rossiyano (rosiyano). Decir ruso NO es lo mismo que decir español . Ruso equivale más o menos como decir vasco o gallego, catalán o andaluz. Ya que en Rusia conviven alrededor de 200 etnias autóctonas que pertenecen a la Federación de Rusia, y sería MUY incorrecto llamarles a todos rusos . Sí, los rusos (etnia) son la mayoría, pero no por ello debemos descartar, menospreciar o pasar de alto otros 200 etnias (nacionalidades).
para que sea más claro:
gallego, catalán, andaluz, ecuatoriano, mexicano, colombiano, ruso, kalmiko son ESPAÑOLES y tienen pasaporte español.
rusos, kalmikos, tartaros, bashkiros, chechenos, dagestanos, lesginos son ROSSIYANOS y tienen pasaporte ROSSIYANO.
Entiendo, que así no se dice y tal palabra no existe . Se dirá y con nuestros esfuerzos, tal palabra, nueva para el español. Antes tampoco existían aviones, hoy volar – es una cosa más que normal. La humanidad evoluciona, nuevos conocimientos deben tener una cabida en la vida. 🙂 Y esta película os abrirá los horisontes sobre mi país – Rusia. Para españoles es una verdadera tierra incógnita .
Ahora podrán entender, por qué decir Mongolia rusa es un noncens, rozando a insulto. 🙂
Entiendo que vosotros no podeis saber estos detalles, para esto, he entrado a contaros todo esto arrbia escrito. 🙂 En el facebook tengo un grupo, donde explico muchas cosas que desconocen de Rusia (FORO Rusia-España/Форум Другая Россия – Испания). Están bienvenidos. 🙂
Espero que mis observaciones os serán de utilidad a la hora de disfrutar de la película y conocer otra cultura.
Muchas gracias por vuestra atención y demostración de esta película. 🙂
…….
Exótica película de la URSS que nos cuenta una aventura peculiar con el amor a los animales como eje central del filme y de las vicisitudes en un camino de encuentro. La banda sonora es brillante, la fotografía también nos sorprende con maravillosos contrastes de cielos y en definitiva interesante historia que nos permite disfrutar del buen cine que se hace en cualquier país del mundo. La única pega es que se hace un poco plana en el desarrollo.
Pues resulta que andaba por ahí, con ese aire de genio distraído que solo algunos alcanzamos a tener –aunque hay diversas opiniones al respecto incluida la de mi padre que sostiene con vehemencia que me caí de la cuna de pequeño, de ahí que mi aire de sabio distraído sea en realidad una gilipollez extrema- cuando vi un título que rezaba Celestial Camel, ottia monstruo¡¡¡¡ qué suerte¡¡¡¡¡¡¡, una de acción de esas de espías-comandos con nombres de operaciones en clave. Acción y adrenalina en estado puro.
A ver, como lo explico para que no quede todavía peor de lo que realmente parece. No, no hay tipos con gabardina que lleven secretos ocultos en supermodernos artilugios impensables. No, no hay tipos mazaos que matan a seis mil tipos con una bala, no. No, hay como ya pueden suponer y el propio título nos avanza, camellos. Dos, uno grande y otro pequeño, de hecho son mamá y su camellito. Bueno, también hay ovejas pero esas son simplemente figurantes, solo balan y poco más. Y un perro, pero sale menos que las ovejas, llamarle figurante sería mucho honor para el bicho, bueno tampoco le vamos a quitar el mérito, pues un perrito ladrón,,, eehhhhh, de ladrar no de eeehhhh…. Bueno, sigamos¡¡¡¡¡¡.
A partir de aquí, cambiamos el sofisticado aire de Londres, Nueva York o coloque aquí la ciudad que desee por la estepa, no la de los polvorones, no, la de Rusia, a la parte sur a ambos lados del Volga, pero estas aclaraciones sobran, lo saben vds bastante mejor que yo, junto al Mar Caspio. Esa.
Es entonces cuando rápidamente mi sistema de autodestrucción entra en modo operativo y mi lado más inteligente le dice al menos inteligente –realmente entre los dos lados vengo a tener como el 10% de cerebro que una pulga saltona, pero eso es debate para otro día- tío, ponte las pilas que el Jefe te ha asignado este título porque confía plenamente en ti, en tu capacidad para ver películas de países de nombres impronunciables y eres un verdadero especialista en ver films de bichos como grandes protagonistas. A bote pronto como decimos en mi tierra, Águilas, gallinas, búfalo –aaayyyyy la del búfalo- y algún que otro bicho que no alcanzo a recordar. Pues ahora, camellos y feos, bueeeeeeeno, peculiares.
En las estepas de Volga Bajo, en Rusia, los Kalmukos creen que el nacimiento de un camello albino es signo de buena suerte. Altynka es una cría de camello albino que es vendida por el padre de una familia para poder afrontar económicamente el nacimiento de su nuevo hijo, el cuarto, claro está que o van al cine. Tras la venta de Altynka, su madre, Mara, se escapa para encontrar a la criatura, cosa que cualquier bicho haría, incluso algunos humanos. Su desaparición es un desastre para la familia, por lo que el hijo mayor, Bayir, con solo doce años emprende un viaje por la estepa, subido en una vieja moto – que si realmente la vendiesen sacarían una fortuna-, para encontrar a Mara, que es un pilar fundamental en sus vidas.
Yuriy Feting dirige esta aventura albina, albina en todos los sentidos, protagonizada por Mikhail Gasanov, Irina Hurgunova, Danzan Badrashkiev, Batr Mandzhiev, Baira Mandzhieva, Petr Novikov, Victor Sukhorukov y Tseden Konayev.
Aunque no me apasionen ciertos momentos de historias lejanas, sí que es cierto que es interesante entrar dentro de esa forma de ver la vida de otras culturas y es en esa parte donde consigo interesarme un poco en la mezcla de nuestro mundo con esta familia de pastores que viven aislados en mitad de la estepa. La camella no es un animal de compañía, es parte de la familia.
Áridos paisajes, realismo directo, choque entre las creencias ancestrales y una pseudomodernidad de la cultura que va despertando de tantos años de letargo, realidad frente a un romanticismo que nos va regando cual gotas de rocío a lo largo de toda la película, dejándonos un reguero de imágenes a lo largo de una historia de supervivencia entre unos y otros.
Lo mejor: El papel del joven Mikahil Gasanov.
Lo peor: los berridos de los camellos. Muy desagradables
Vaya por delante que no me hace mucha gracia que utilicen animales para películas de ficción. Paradojicamente el argumento trata entre otras cosas de eso precisamente. El estrés al que se les somete en un ambiente que no es el suyo no justifica ni nuestra diversión ni el mensaje que pudiera favorecerles. Es preferible el documental si se trata de concienciarnos. Y en este sentido recomendar sin dudarlo la excelente La historia del camello que llora (Byambasuren Davaa / 2004).
El director en su tercer largo nos cuenta una historia sencilla para toda la familia que tiene la virtud de tocar muchos palos sin que el asunto quede desequilibrado. La tradición de estos mongoles de Kalmukia a orillas del Caspio, como reducto de una forma de entender la vida muy imbricada con la naturaleza, donde los animales, en este caso los camellos forman parte de la unidad familiar con mutua dependencia. La belleza de sus paisajes hermosamente fotografiados por Anton Zhabin en donde lo espiritual y lo mágico siguen dándose la mano. Todo ello en contraposición al mundo moderno donde el dinero sustituye a cualquier otro valor. Aprendemos de estas gentes, su entorno y tradiciones en tanto acompañamos a Bayir y a la camella Mara en busca de su cría en una road movie, donde se suceden los encuentros y la aventura en un camino iniciático para el chaval en el que no faltará la sincera amistad y el despertar del amor.
Lo previsible del asunto no impide que disfrutemos de su compañía y de un hermoso final.
El director Yurily Feting nos presenta su tercer largometraje, es una aventura a través de las estepas de Mongolia. Sus dos anteriores trabajos pasaron desapercibidos en nuestro país.
Un niño que vive aislado junto con su familia de nómadas mongoles en la estepa rusa, inicia un viaje desesperado cuando su padre vende a la cría de camello para poder subsistir. Cuando la madre del camello se escape en busca de su cría, el joven Bayir no tendrá más remedio que partir pilotando una vieja mota a buscarlos. Durante ese viaje recorrerá todo el desierto de Gobi y las estepas mongolas, que aunque para el espectador sean espacios poco conocidos, desde los años 50 se han grabado varias películas en sus tierras.
Es una cinta de aventuras, extremadamente sensible, pero sin caer en la cursilería, asistimos a rituales folclóricos y vamos viendo la gran relación que estos habitantes tienen con los animales. Destacaría sobre todo el paisaje, la puesta en escena y la dirección de actores, que a prioiri parecen que no son profesionales, pero sobre todo me quedaría con el papel del niño, que desprende durante todo el metraje un amor incondicional por los dos camellos, tendrá que pasar por muchas dificultades, pero no deja de luchar en todo momento.
Sobre todo la película quiere transmitir el peso que tienen en estas culturas las tradiciones y la importancia de la amistad y la familia. Es un road movie muy entretenida, quizás algo lento en algunos tramos, pero es un cine cuyo objetivo principal es el entretenimiento familiar. Otro gran aspecto a destacar es la fotografía y los colores que se utilizan en toda la película. Quede impresionado con los cielos transparentes que van apareciendo todo el rato.
Lo mejor: Los paisajes y descubrir nuevas culturas.
Lo peor: Algún tramo es algo pesado y cuesta un poco entrar en ella.