Elizabeth Harvest
Sinopsis de la película
Elizabeth Harvest es una historia de ciencia ficción que reimagina el cuento de Barba Azul, en el que un hombre violento acostumbrado a matar a sus esposas se enfrenta a una nueva esposa que no está dispuesta a sufrir el mismo destino que sus predecesoras.
Detalles de la película
- Titulo Original: Elizabeth Harvest
- Año: 2018
- Duración: 105
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Opinión de la crítica
Película
5.3
26 valoraciones en total
Tendremos que empezar a acostumbrarnos a esa nueva manera de hacer cine en la que la forma importa, tanto o más, que el fondo. Ejemplos tenemos a raudales empezando por The Neon Demon (Nicolas Winding Refn, 2016), no solo por la participación de la siempre enigmática Abbey Lee, sino por la manera técnicamente perfecta de plasmar las imágenes en la pantalla. No nos olvidamos de la más reciente Holiday (Isabella Eklöf, 2018) que va por el mismo camino.
El contenido parece que sea lo de menos, aunque en mi opinión, este tipo de films encierran historias más o menos escabrosas dependiendo del gusto de cada director, eso sí, presentadas en un envoltorio sumamente sugerente. En Elizabeth Harvest, Sebastian Gutierrez tira de un adinerado mad doctor para explicarnos algo que solo con nombrarlo ya empieza a sonarnos atractivo.
Elizabeth llega después de su boda a la magnífica finca propiedad de su marido Henry, un notabilísimo y reputado científico. Éste le comenta que todo lo que puede ver y tocar le pertenece excepto lo que se encuentra detrás de una habitación cerrada. La soledad y el aburrimiento hacen el resto para que Elizabeth decida investigar por su cuenta.
Todo lo bueno y lo malo del tipo de cine que hemos mencionado con anterioridad, se ve reflejado en esta película. En la parte más positiva la sucesión de unas imágenes perfectamente estudiadas y en las que nada se ha dejado al azar. Por otro lado el guion va dando tumbos sin llegar a clarificarnos el porqué de algunas situaciones. Estos saltos, voluntarios o no, hacen que llegado un momento nos los tomemos todo a guasa. Perdonando esto, nos queda una historia bastante resultona y original, con vuelta de tuerca incluida.
Es de aquellas cintas que quedan bien en cualquier tipo de acontecimiento cinematográfico. Esta ambivalencia le va un poco en contra puesto que entre el público habrá un sector que reclame algo más de contundencia, no solo por la aparición o no de imágenes truculentas, sino por como se explica la historia en sí misma, algo light y exenta de fuerza narrativa.
Como hemos comentado el apartado técnico es de destacar, empezando por la fotografía a cargo de Cale Finot y acabando por los departamentos de arte y diseño de la producción en un alarde de riqueza visual.
El film se apoya firmemente en las interpretaciones. Empezamos por Abbey Lee que ya dio muestras de su poder de encandilar a la cámara en la mencionada The Neon Demon, de hecho, sin ser la protagonista principal, acaba siendo uno de los iconos del largometraje. Seguimos con el secundario curtido en mil batallas Ciarán Hinds. Completan el reparto, en unas buenas interpretaciones, Carla Gugino, Matthew Beard y Dylan Baker.
Ya estáis avisados, si os gustan las películas para quedaros embobados pero que al final no sabéis muy bien donde encajarla, no debéis dejar de verla, disfrutaréis de algo muy potente visualmente si lográis abstraeros del fondo.
http://www.terrorweekend.com/2018/10/elizabeth-harvest-review.html
Peliculón. La manera en que está contada hace que siempre vayas un paso atrás pensando qué es lo que va a pasar a continuación. Es esa Ciencia Ficción que no necesita de efectos especiales para generar algo bueno y tener que tapar agujeros de guión. Arranca la película y te dás cuenta que vas a ver algo diferente. Ojo, sin ser esas películas que pretenden ser artísticas y terminan siendo un plomazo. Es entretenida. No confunde inteligencia con aburrimiento. Por todo ésto, más las brillantes actuaciones, es una película imperdible.
Cogiendo unos mimbres muy clásicos, Elizabeth Harvest no podría ser más atípica.
El clásico cuento de Barbazul recibe un lavado de cara futurista, y su mayor problema es que no parece tener muy claro si de verdad quería contar algo, o solo recrearse en las vistas.
Porque, de verdad, la casa es una maravilla.
Sí, Abbey Lee tiene una presencia magnética, y sus fijos ojos azules bastan para enturbiar el ambiente.
Hasta me fascinan esos planos empapados a rojo y azul, reconstruyendo pasados que no existieron o traumas que se enterraron.
Pero te das cuenta de que el escenario era puro caramelo cargado de azúcar cuando, literalmente, hay que parar la película para contarte cosas, o no te vas a enterar de nada llegando el final.
Como giro al cuento clásico, está muy bien: la sorpresa llega, no te la ves venir y es muy ingenioso que la habitación prohibida tenga un secreto tecnológicamente frío, en vez de pasionalmente amoroso.
Lo que sucede es que, a partir de ahí, la intención se difumina: ¿un retrato de cómo inflamos el pasado hasta que su peso nos abruma? ¿un comentario sobre los amores primordiales, que solo arden cuando la carne es tierna? ¿un poco de todo y un todo que en realidad es casi nada?
Pues un poco sí, a no ser que te encante pasar minutos muertos en la casa.
Me encanta empatizar con Barbazul, aunque Ciarán Hinds vaya en piloto automático, y es interesante explorar la mujer desválida en los cuentos clásicos como un tópico al que sus autores (hombres) despojaron de poder, teniendo que golpear mil veces para empezar a existir, aunque Abbey Lee esté fatal como protagonista con dudas .
Solo hubiera deseado que, al abrir estas cerraduras, realmente hubiera algo jugoso en la habitación prohibida.
La atmósfera y fotografía inquietante de la película te atrapa desde el principio, y a pesar de ser algo diferente la intriga se va diluyendo sobre todo en el segundo acto. Está planteada como una obra de teatro con solo cinco personajes y una casa gigantesca que desconcierta mucho.
La historia puede recordarnos a Barba Azul o a Rebecca, pero cuenta con el elemento de ciencia ficción en la que una recién casada con un multimillonario (mucho mayor que ella) se van a vivir a una casa muy lujosa donde no falta nada, pero solo le pone una condición, hay una habitación en la que no puede entrar. Pero como todos ya sabemos la curiosidad mato al gato y ella entra descubriendo la verdad de su marido…
Hay varios giros y flashbacks en la película que resultan confusos, creo que un mejor montaje hubiera solucionado ese problema. El venezolano Sebastian Gutierrez dirige elegantemente la película y como es de esperar Carla Gugino la cual aparece en todas sus películas por ser su pareja sentimental (Rise, Elektra Luxx, El Beso de Judas, La criatura, Hotel Noir) tiene bastante protagonismo interpretando a un ama de llaves un tanto extraña.
Abbey Lee (The Neon Demon) es la protagonista principal, dándole al personaje el misterio y el atractivo sexual que queda muy bien reflejado en la pantalla. Ciaran Hinds es el marido científico y Matthew Beard (La teoría del todo) es un enigmático mayordomo ciego .
El aspecto técnico es lo mejor de la película destacando la fotografía Cale Finot que ha trabajado en casi todas las películas de Gutiérrez creando un ambiente gótico futurista impresionante. Por lo que el visionado es recomendable ya solamente por la belleza de sus imágenes.
Destino Arrakis.com
Al servicio de una atmósfera y un tono notables, Elizabeth nos sumerge en un sueño casi eterno que tiene como fin…pues exactamente eso: ser el sueño eterno e irrealizable de personas que adoran todo, menos el paso del tiempo. En una espiral obsesiva, Elizabeth va dándose cuenta de lo que significa ser Elizabeth, y apuesta por ello, sacrificándose una y otra vez con tal de salir de su sueño.
Estamos ante una peli ambiciosa, lejos del mero juego de estilo. Existe una razón de ser de esta historia, pero no logra encontrar aire puro aún esforzándose. Veamos: la prota, al querer averiguar que coños pasa(y nosotros con ella) va develando el misterio. Pero es aquí donde el guión comienza a ajustar el tremendo vacío de información que ha creado y no logra construir una imagen, digamos, nítida o precisa de los hechos. O bien se aferra a una lectura que permite el flash back, o bien son los mismos secundarios los que se encargan de rellenar lagunas mediante comentarios oportunos. Pasada su primera mitad, la cantidad de datos aportados hacen que el ritmo se vuelva denso, engorroso. El guión no derrapa pero pierde brillo al no poder integrar de manera armónica todos los sucesos.
Finalmente, nos enteramos que ha sucedido y que sucederá. Pero hay que hacer un esfuerzo extra, como si el guión pidiera a gritos que cerremos la historia por él.