El vuelo del globo rojo
Sinopsis de la película
Suzanne es una madre separada que trabaja de narradora en un espectáculo de marionetas. Como dispone de poco tiempo para estar con su hijo Simón, contrata como niñera a Song Fang, una estudiante taiwanesa. Pronto entre ellos dos se establece un mundo propio y lleno de complicidades, en el que juega un papel importante un misterioso globo rojo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Le voyage du ballon rouge (The Flight Of The Red Balloon)
- Año: 2007
- Duración: 113
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Opinión de la crítica
Película
5.8
82 valoraciones en total
Algunos críticos dicen que esta película es un remake de la obra maestra El globo rojo de Albert Lamorisse de 1956. Otros dicen que es un homenaje. Ni una cosa ni otra. Otros dicen que es una revisión. Tampoco. El globo rojo que tenía un papel protagonista en la película de Lamorisse, en ésta de Hsiao Hsien no tiene ni un papel secundario. Si acaso lo tiene terciario.
Es una historia sencilla y realista. Pero si es así no le veo sentido a que figure una estrella como Juliette Binoche. No obstante la interpretación de Binoche es divertida.
La historia no tiene más que presentación. No tiene ni nudo ni desenlace. Refleja la vida de una familia.
La película está llena de ideas que luego no son desarrolladas lastimosamente.
Lo mejor es la estética del film.
Es difícil hacer una crítica de una película que te ha parecido un bodrio sin entrar en descalificaciones, porque la impresión que te deja es la de que te han robado una parte de tu tiempo y, en caso de haber pagado dinero por verla, de tu dinero, pero lo voy a intentar.
La película, como metáfora, fracasa. Me resulta imposible sacar un mensaje, por más subliminal que pueda aparecer, de su argumento. Las interpretaciones no se pueden valorar cuando no comprendes el mensaje de la película, ya que no sabes qué es lo que se pretendía mostrar.
Sólo salvo de la quema a Juliette Binoche, porque es una de mis actrices francesas favoritas (maldito nepotismo, acabará con nosotros).
Por lo demás, la película apenas se aguanta media hora -justo el tiempo de darte cuenta de que ni el ritmo es soportable, ni el objetivo del director es contar nada nuevo ni interesante.
Perfectamente olvidable.
De vital importancia se antoja la constante presencia de los trenes, constante ya advertida en toda la filmografía de Hou Hsiao Hsien. Trenes que se cruzan constantemente en sentidos opuestos pero sobre un mismo eje. Bien podría ser este el trasfondo cultural y cinematográfico de la película, una línea que va desde la pre modernidad de El globo rojo de Lamorisse hasta esta revisitación en clave de actualidad que supone el trabajo de Hsien. En este sentido se podría hablar de cine post-moderno en cuanto a término temporal más que de la posmodernidad como movimiento de subversión, un tanto cínica, de géneros.
El globo rojo aparece como un icono del viaje, pero despojado de toda connotación sentimental e incluso ideológica, si acaso su vuelo se antoja errático hasta plantear serias dudas sobre su objetivo final ¿Busca la comprensión de el niño o acaso se está reivindicando ante la joven cineasta china? No es gratuito en absoluto, que esta última, en su empeño en recrear un corto de homenaje a la figura icónica descuide su presencia real, lo que nos habla de presencias casi fantasmales, de un arte casi olvidado que busca la reaparición a través de la interpretación crítica. Significativos son pues, planos como el del chocar constante del globo presente contra su representación pictórica en un muro.
Esta es una película de planos secuencia, de acompañamiento sentimental y vital de sus personajes, un film que se introduce furtivamente en un pedazo de la vida cotidiana de 3 personas que conviven y se comunican, pero donde sus largos silencios y sus conversaciones a fogonazos revelan su soledad más profunda, su lucha constante entre un pasado que al igual que los trenes marcan esa línea de doble sentido que sitúa su presente en la indefinición entre el pasado y el futuro.
Igual de importantes se antojan los constantes juegos especulares, las miradas tras las ventanas, los dobles reflejos que nos permiten observar las ausencias, las distorsiones sentimentales de los protagonistas, y una vez más ese tiempo que aparece borroso, difuminado, que se escapa constantemente y al que los personajes se aferran, tratando de capturar un instante, un momento que se dibuja en forma de flashback o de falso documental y que evapora en una iluminación de tonalidades verdosas, símbolo de lo irreal, de lo perecedero, lo transitorio. (sigue en spoiler)
Para mucha gente ésta seguro que es una película aburrida y tediosa. A mí me resultó encantadora, llena de realismo y sencillez. Con un discurso lineal, casi teatral, anecdótico pero cargado de significado, el director taiwanes da, a través de pinceladas de la vida diaria, cotidiana, una visión conmovedora y humana de las relaciones personales, la infancia, el trato entre os humanos, el tedio, la soledad, etc.
Las interpretaciones de los protagonistas son sencillamente magistrales, especialmente la de Binoche. EL niño es natural, tal es así que parece que se haya puesto una cámara a grabar en su vida cotidiana. La niñera oriental es recatada, educada, prudente, y en torno a ellos aparecen otros personajes comunes que dotan de significado a la angustia de la madre.
El pequeño apartamento donde viven es un protagonista más, así como el piano y su sonido, y por supuesto, el globo rojo, cuyo significado, bien es cierto, se debe más a un homenaje que a un sentido en el contexto de este film. Aún así, una película honesta, de situaciones, de realidades cotidianas, que deja un poso de nostalgia y alegría al mismo tiempo, de detenerse en los pequeños detalles.
Una niñera china se encarga de cuidar el niño de una madre que trabaja en un espectáculo de marionetas, la niñera hace prácticas de cine mientras lo cuida y prepara una cinta del niño con un globo rojo, la madre tiene problemas con un vecino de la casa en la que vive, y además se siente algo sola porque ella sola se tiene que encargar de sacar a delante a su hijo.
Estas líneas argumentales resumen prácticamente 2 horas de película y no hay mucho más por no decir nada más. Así que pueden imaginar el grado de letargo que a uno le puede suceder mientras visiona la cinta.
Búsqueda de un excesivo hiperrealismo, donde todos los diálogos suenan reales pero a la vez vacíos.Sugiere por su brutal realidad, pero a la vez resulta cansina. Uno puede ausentarse durante unos cuantos minutos de la película, y no dude que seguramente no habrá pasado nada, tal vez sencillamente uno de los personajes esté discutiendo con un taxista si el precio que le ha cobrado es excesivo, mientras que el taxista tal vez le responda que la vida se ha vuelto más cara, y así ad continuum.
Destacable la fotografía que intenta obtener nuevas imágenes a través por ejemplo de cristales, o encuadres especiales con paisajes urbanos, pero aún así no salva la película. Si no hay un guión aceptable, no se porque se empeñan algunos en rodar películas y no cortos (que sería el espacio recomendable para este tipo de historias). Los planos secuencia llegan a aburrir porque todo el rato más o menos es lo mismo, sin un diálogo que llame demasiado la atención.
Resumiendo: aparte de algunos hallazgos experimentales, para ver esto prefiero hablar yo con mi vecino y que me cuente sus problemas, que igual me entretengo más.