El trompetista
Sinopsis de la película
Con una trompeta de segunda mano, y siguiendo los pasos de un brillante músico de blues, un chaval se convierte en un músico excelente cuyo talento le lleva de los más lúgubre tugurios a los clubs con más clase de la ciudad. Pero su desesperada búsqueda por la melodía atrapada en su mente (pero que le es imposible tocar) le lleva al tortuoso mundo de la bebida.
Detalles de la película
- Titulo Original: Young Man with a Horn
- Año: 1950
- Duración: 112
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Opinión de la crítica
Película
7.1
100 valoraciones en total
Dirigida por Michael Curtiz ( Casablanca ), escrita por Carl Foreman, se basa en la novela homónima de Dorothy Baker, de 1938, inspirada según la autora en la vida de Bix Beiderbecke. El doblaje de la trompeta de Douglas corre a cargo de Harry James. Fue producida por Jerry Wald ( La senda tenebrosa , Belinda ).
Ambientada en los primeros años de la Postguerra, la acción se desarrolla en varias ciudades de EEUU y finaliza en Nueva York. Narra la historia de un muchacho huérfano, acogido por su hermana, con grandes aptitudes para la música. Encuentra en el trompetista Art Hazzard (Juano Hernandez) al maestro y protector que necesitaba para triunfar en el mundo del jazz. La pasión de Rick Martin (Kirk Douglas) por la música y su dependencia de la trompeta son tan grandes que sobrepasan los límites de la normalidad. Toca compulsivamente todas las horas del día y nunca deja la bolsa con la trompeta, que le da seguridad y fuerza. Conoce a muchas personas, pero tiene muy pocos amigos. La relación de Rick con la trompeta pone de manifiesto, posiblemente, una personalidad débil y adictiva. Por otro lado, su relación con una bellísima mujer, Amy North (Lauren Bacall), permite que la película presente el amor de ésta con una pintora, en una de las primeras ocasiones que el cine se hace eco, con naturalidad, de la realidad homosexual femenina. Es la primera película de Hollywood que dedica a la música de jazz una atención a gran escala, en un recital extenso y muy brillante. Las sucesivas interpretaciones orquestales y algunas canciones de Doris Day ( I May Be Wrong , With A Song In My Hearth , The Very Thought Of You ) prestigian el jazz y hacen que la obra sea imprescindible para los amantes del mismo.
La música tiene un papel protagonista. La participación de Rick en diversas orquestas, las 9 canciones que interpreta Doris Day con su propia voz y las sesiones de grabación, hacen que la película, sin ser un musical clásico, sea una obra de mucha y muy buena música. La fotografía, a cargo de Ted McCord ( El tesoro de Sierra Madre , Al Este del Edén ), ofrece una vistosa y elegante combinación de negros intensos, enmarcados en fondos grises, acompañados de blancos suaves y brillos muy acertados (collares, pulseras, colgantes, pendientes, broches). La cámara se mueve con agilidad en magníficos travellings, encuadres de abajo arriba y zooms emocionantes (la despedida de Smoke). Las interpretaciones de Douglas y Bacall son notables y Doris Day supera la prueba y demuestra que también tiene madera de actriz. La dirección del mítico Michael Curtiz (de amplísima filmografía) demuestra su maestría y, también, su afición por las sombras y los ambientes cargados de humo, como ya hiciera en Casablanca .
Música, problemas psicológicos, alcoholismo, homosexualidad y amistad (la de Rick con Jo, Hazzard y Smoke) son los ingredientes de este drama lleno de humanismo y sinceridad.
A estas alturas no creo yo que vayamos a dudar de la maestría del húngaro Curtiz, pues si bien es cierto que después de rodar aquellas maravillosas películas con Flynn, Bogart y Cagney, no se encontró en su mejor momento, pero dejó impregnado su talento en películas cómo por ejemplo esta que nos ocupa.
El trompetista , es la historia de un chico que desde pequeño se ve seducido y posteriormente atrapado por el Jazz, Art Hazzard, un reconocido trompetista le servirá de padre y de maestro. Acompañado por su trompeta -su verdadero amor- se ve incapaz de llevar una vida normal, con todo lo que implica su trabajo, y en especial su relación con Amy , la rara e intrigante mujer interpretada por la impasible Lauren Bacall.
Michael Curtiz, que no había duda de que le encantaba el Jazz, plasma con acierto la vida de este trompetista que le aburre la música de orquesta y apela por la improvisación. Junto a las escenas musicales, también consigue agradarnos con la interesante historia de un amor no mencionado entre él y Jo (Doris Day). Aunque es cierto que en ninguno de los temas se llega a meter hasta el fondo.
Ésta es una película que para los amantes del Jazz nos quedamos no del todo satisfechos, no obstante nos podemos quedar con el apartado interpretativo, dónde Kirk Douglas de nuevo vuelve a deleitarnos con una gran interpretación, y Lauren Bacall está como casi siempre igual de misteriosa.
Una película muy buena, una historia alrededor del mundo del Jazz, una película llena de melancolía y una que otra alegría, pero principalmente, se enfoca en la vida de un virtuoso, un gran músico quien desde niño, sabia para que había venido a este mundo.
La historia es compleja, muy bien llevada, y me parece altamente recomendable para aquellos que les encanta la música del genero Jazzístico, en verdad la pasarán muy bien, pues honestamente, brillan las actuaciones de los personajes principales.
Me ha sorprendido, el hecho de leer, y ver, que poca gente tiene conocimiento de esta película, y algunos que la conocen, no han tenido la delicadeza de verla, honestamente no comprendo esa situación.
Uno de los más significativos valores que tenemos en este precioso planeta tierra, es la amistad. Esa que juega a prodigarse por el bien de otro, por su cercanía, y porque lo suyo nos duele o nos alegra como si fuera lo nuestro. Esa que, cuando lo ve necesario, es capaz de los mayores sacrificios que, entonces, ya no son tales, pues se sienten como dádivas amorosas que brotan del alma sin que pese para nada cualquier esfuerzo involucrado en ello. La amistad, complaciente y sin afanes de recompensa, es un aliento vital, un pilar que da sentido a la vida y llena de contento cada momento que se comparte.
Recuerdo ahora a aquel buen hombre que telefoneó un día a su amigo Carlos, diciéndole que quería verlo. Éste lo invita a su casa, y desde el instante en que su amigo llega, Carlos comienza a contarle mil cosas sobre sus éxitos laborales, sus aventuras, sus amores… Y cuando va siendo la medianoche, su amigo se despide porque debe trabajar en la mañana. Mientras le observa subirse al auto, Carlos cae en cuenta de su enorme falta: ¡Santo Dios! –Piensa- Luis quería hablar conmigo y yo he hablado todo el tiempo de mis propias cosas. Corre entonces hasta el vehículo y detiene a su amigo: -¡Luis, espera! No te dejé hablar, pero tú querías contarme algo. –No te preocupes –dice Luis-, así estuvo bien… sólo quería decirte que me estoy muriendo. Y al instante se alejó en su coche……………
EL TROMPETISTA, es por sobre todo una historia sobre la amistad. Excelentemente complementada con temas de jazz y con canciones cuyas letras se conectan con los hechos, la narración es guiada a través de la vida de un niño sin padres, aquí llamado Rick Martin, que ha quedado a cargo de una hermana a quien sólo le interesa su propia vida. Su primera relación verdadera se la ofrece un hombre de alma grande y calificado trompetista de jazz, conocido como Art Hazzard, quien no sólo le enseñará, sin cobro alguno, a manejar el instrumento, sino que le transmitirá los valores esenciales de la vida haciendo las veces de padre adoptivo. Después, llegarán a su camino, Smoke Willoughby el famoso pianista que le seguirá por muchos senderos, y Jo Jordan la dulce cantante que influirá significativamente en su éxito profesional.
Tres grandes amigos hacen sostenible una existencia que ha constreñido su ser y su más grande fe, en una trompeta que carga siempre bajo su brazo como si en ella le fuera la vida. Todos ellos llevan la música en el alma, y por eso, Hazzard teme que Rick acabe como él sin esposa, sin hijos y sin dinero en el banco, porque un pájaro con un ala puede volar un rato, pero luego caerá. Palabras proféticas porque, quien siente muy hondo su arte, no lo profanará, ni hará con él lo que le ofrezcan, sino sólo aquello que le permita sentirlo tan libre como el viento.
Un filme con palpitantes seres humanos, cálido, emotivo y lleno de significados, libremente basado en la vida del trompetista Bix Beiderbecke quien falleció a la edad de 28 años.
Para quienes nos encanta aquel Jazz de los pioneros, en aquellos viejos tugurios de New Orleans, El trompetista es un magnífico exponente de este género musical representativo por excelencia del alma negra (expresión tan gráfica como desafortunada, lo reconozco). Y lo más curioso es que recoge aspectos biográficos de un músico de raza blanca: Bix Beiderbecke, uno de esos genios malditos al que destrozó la bebida.
Para más curiosidades, la impagable presencia de Hoagy Carmichael, actor (recordemos su presencia en Tierra generosa de Jacques Tourneur), músico y compositor además de amigo personal de Beiderbecke, para quien compuso temas como Riverboat Shuffle. Hoagy lleva el hilo conductor de la película desde su posición de amigo y camarada de sesiones jazzísticas.
Y por si todo ello no fuese suficiente, la presencia de un actor y dos actrices de primerísima línea como Kirk Douglas, Lauren Bacall y Doris Day. Esta última cantando por ella misma temas como With a song in my heart. Si le añaden un director de los buenos como Michael Curtiz de quien se han dicho y repetido tantas cosas, pues tendrán al joven con la trompeta bajo el brazo, película digna e interesante que, sin llegar a la categoría de obra maestra, se ve bien y en la que podemos apreciar la profesionalidad de sus actores, especialmente Douglas, quien se preparó a conciencia para este papel, aunque en cuanto a la música fuese doblado por un profesional de la trompeta como Harry James.
Y en la misma coctelera, un evidente chorrito de lesbianismo tan inapropiado para los guardianes de la decencia de aquellos tiempos que incluso limitó la explotación comercial. Hoy, superados suficientemente este tipo de cosas la película queda como una obra mas que notable, especialmente si, como es mi caso, se es aficionado al jazz de los Ellington, Armstromg, Gillespie ó Coleman Hawkins y a la que tal vez le falte algo más de osadía en su tramo final.
La bebida como remedio a las penas. ¿Pero cuales eran las penas? ¿La búsqueda de una nota inexistente ó los ojos de una mujer fatal?. La respuesta no está en el viento. La tienen delante de ustedes.