El tiempo nublado
Sinopsis de la película
Desde que Arami tiene memoria, su madre sufre de epilepsia y Parkinson. Como única hija de un padre ausente, Arami tuvo que hacerse responsable de sí misma y de su madre desde muy pequeña. Desde hace algunos años ella intenta construir su propia felicidad en Suiza, donde vive con su pareja. Su madre sigue viviendo en Paraguay con Julia, una cuidadora sin preparación adecuada para la tarea, que se ocupa de ella durante todo el día a cambio de un salario modesto. Sin embargo, la salud de su madre se está deteriorando cada vez más. Julia ya no puede hacer frente a la situación y quiere dejar su trabajo. Ya que nadie excepto Arami puede cuidar de su madre, ella debe regresar a Paraguay. ¿Será capaz de encontrar una solución a la situación de su madre, en un país donde el cuidado de las personas mayores es dejado principalmente en manos de sus familiares? ¿Deberá renunciar a su propia vida en Europa y volver junto a su madre?
Detalles de la película
- Titulo Original: El tiempo nublado
- Año: 2014
- Duración: 92
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Según todas las crónicas, se trata de un documental autobiográfico de Arami Ullón. Si es así, sorprende que, dando una total sensación de autenticidad, haciendo ver que somos testigos mudos de una historia que se desarrolla a medida que se va rodando el film, la directora haya hecho una obra que, a la vez, toque tantos temas: el cuidado a nuestros mayores, los servicios públicos de asistencia social en Paraguay, la necesidad de emigrar para buscar un futuro, los vínculos familiares…
Pero, más allá del rotundo mensaje de denuncia social, Arami Ullón introduce un aspecto personal que sirve de ligazón a todo el relato: el sentimiento de culpa, el arrepentimiento, la necesidad de reconciliarse con su madre enferma y consigo misma. No sé si ello sirve a la autora de catarsis, o de rendición de cuentas, pero lo relevante es que este elemento puramente narrativo, que entroncaría con la planificación tradicional de una película con argumento , no le quita ni un ápice al tono de la obra. Al revés, enriquece el conjunto. Para mí, ésa es la magia y la grandeza de esta película aparentemente modesta y pequeñita: hacer que la anécdota se integre de un modo natural en el reportaje puro y duro, ensanchando los cánones del género, y logrando siempre que el espectador se remueva en sus butacas y termine sintiéndose identificado de algún modo. Con ello, Aramí Ullón no sólo ofrece un documental al uso, ella misma se integra en la historia, coloca su propio filtro personal y nos ofrece su propia visión. Y, como digo, el conjunto gana. La culpa que ella siente es en realidad un reproche a toda la sociedad, de algún modo todos participamos del mismo pecado.