El secreto de mi vecino
Sinopsis de la película
El propietario de un restaurante en Terranova, que no atraviesa por su mejor momento, se deja convencer por un amigo y miente sobre que ha divisado un pájaro muy raro, con el fin de promocionar su decadente negocio.
Detalles de la película
- Titulo Original: Rare Birds aka
- Año: 2001
- Duración: 99
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Opinión de la crítica
Película
5.5
66 valoraciones en total
Secillamente deliciosa, se trata de una de las películas más originales de los últimos años. Rare Birds mezcla con exquisita destreza varias tramas que giran alrededor de Dave (William Hurt), el chef de un pintoresco restaurante -The Auk- situado frente a un solitario acantilado en las costas de Terranova (Canadá). El negocio no va nada bien, ya que apenas acuden clientes y Dave piensa en abandonar cuando su amigo Phonse (Andy Jones) le advierte que solo se trata de un problema de marketing. Phonse le propone a Dave que exprima al máximo sus habilidades como gourmet y saque partido de su fabulosa bodega. Así pues, comienzan a decir que han avistado un casi extinto y exótico pato que termina por atraer hasta el restaurante a los observadores de aves de la zona y el aumento repentino de la clientela hace prosperar el negocio.
Siguiendo este eje argumental, la cinta de Sturla Gunnarsson cuenta con otras pequeñas tramas interrelacionadas: El paquete de cocaína que Phonse encuentra en la orilla de la playa y que comparte con Dave (quien peligrosamente comienza a esnifar los polvillos), el submarino que Phonse construye y en el que los dos amigos darán un pequeño paseo subacuático, un invento científico consistente en unos extraños paneles luminosos que Phonse guarda en el sótano y por supuesto, el amor. Aquí entra en escena la simpática Alice (Molly Parker), por quien Dave -que está separado- se siente irremediablemente atraído. La química entre los dos actores es más que patente, sobre todo entre los fogones, pues Alice ayudará a Dave a sacar adelante el establecimiento. Las escenas en la cocina son ciertamente jugosas, bien combinadas con el argumento principal, que Gunnarsson nunca pierde de vista.
Rare Birds cuenta con una historia simpática, una preciosa música celta y unos actores talentosos, amén de los maravillosos paisajes. Las costas canadienses que retrata la película son, en efecto, soberbias y fascinantes, los hermosos acantilados y el mar embravecido son captados por la cámara con delicada belleza. Pero el peso de la cinta reposa sobre el genial William Hurt, que demuestra de nuevo su prestigio como intérprete y su versatilidad a la hora de meterse en la piel de personajes peculiares. Dave es un extraño cóctel de solitario cincuentón y vecino campechano, una singular combinación de experto cocinero y lugareño histérico que, pese a sus excentricidades, es el perfecto y abnegado compañero. Hurt se desenvuelve con elegancia, sumido a la perfección en la estética norteña.
En resumen, se trata de una comedia original y divertida, que ha pasado inexplicable e injustamente desapercibida por el público español. Uno de los mejores trabajos de William Hurt y un ejemplo de que las buenas películas independientes no tienen por qué ser siempre europeas.
Peculiar film de Gunnarson ( Beowulf and Grendel , Gravedad cero (serie de TV) ) que podríamos encuadrar en lo que se suele clasificar como películas con encanto : films que aparentemente no tienen nada especial, pero que consiguen que salgas del cine un poco más feliz -o menos decaído- de lo que entraste.
En Rare Birds , un neurótico y depresivo chef de un restaurante perdido en la maravillosa costa de Terranova, Dave (William Hurt), consigue gracias a la inclasificable ayuda de un vecino particularmente friki , Phonse (Andy Jones), y a alguna cosa más, retomar las riendas de su caótica existencia.
Es ese viaje iniciático hacia el reencuentro consigo mismo el núcleo principal del film, que consigue que el espectador pase en el cine 99 minutos deliciosos y pueda salir con un buen sabor de boca que le endulce un poco la triste realidad que vivimos actualmente.
Al cabo de un rato, ya en la calle, mientras el espectador pasea con calma hacia su casa, se planteará, probablemente, irse a vivir a las lejanas costas de Terranova y abrir allí algún pequeño negicio…
Es una comedia sosa que a veces se quiere convertir en drama melancólico.
Si el argumento se hubiese centrado en el tema principal (el señuelo publicitario de tipo ecológico para atraer clientes) quizá se hubiese logrado una película más profunda y convincente. Pero toda la trama se dispara en otras situaciones que no se sabe bien si son de ciencia ficción, de acción, de gánsters, de espionaje, o de qué.
Por otra parte los personajes son meras caricaturas, y los actores se encarnan en ellas con cierta dificultad. William Hurt tiene un papel tonto y anodino.