El sabor del odio
Sinopsis de la película
Durante la Guerra de Secesión norteamericana, Jim Slade se niega a combatir y es condenado a trabajos forzados. Cuando acaba la guerra y regresa a su casa, encuentra que toda su familia ha sido asesinada. Slade se entera de que los autores son los hombres de Corbett y jura acabar con ellos. Uno a uno los va matando, pero le falta el jefe de la banda. En su búsqueda llega a Galverston, un pueblo amenazado por una banda de forajidos que quiere asaltar el banco. Casualmente, Corbertt es el jefe.
Detalles de la película
- Titulo Original: Una pistola per cento bare
- Año: 1968
- Duración: 83
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Opinión de la crítica
Película
5.3
35 valoraciones en total
Pasable, aunque incongruente western spaguetti, que tiene un guión con más agujeros que los que hace el protagonista en el cuerpo de sus enemigos en el transcurso de esta mediocre coproducción entre España e Italia.
Se puede ver, pues no molesta y tiene los suficientes alicientes como para, una vez comenzadasu visión, no abandonarla…Pero eso no signfica en absoluto que sea buena, ni siquiera medio buena.
Es más bien mala, aunque quizás haya que decir, en honor de la verdad, que es muy poco rigurosa en muchos aspectos, cosa que malogra cualquier ambición que poseyeran sus productores.
Las actuaciones de los diversos personajes no tienen ningún sentido en muchos momentos, siendo totalmente absurdos y contradictorios, causando perplejidad.
Lo bueno es el gran elenco interpretativo. No es que sean intérpretes de postín, pero sí que aparecen un buen número de simpáticos actores que elevaron el wester spaguetti a una buena sub-categoría en la historia del cine. Por lo menos fueron (algunos todavía lo son) buenos profesionales, que sabían lo que hacían en todo momento: Fajardo, Israel, Baldassarre, Braña, Peña, Lulli…
Algunos buenos momentos de acción, un diálogo afortunado:
El protagonista entrando a un almacén.El tendero le ve y le pregunta:
– ¿Está buscando algo?
– Quisiera un revólver.
– ¿Un revólver? ¿Usted cree que esa es la forma de preguntar? Es como si me dijera que quiere comprar un cuadrúpedo. Sí, un cuadrúpedo, ¿pero cuál, un perro, un gato….? El revólver es general. Usted debe decirme si quiere un Colt, un Smittt… Todos son revólveres, pero cada uno diferente.
– Déme uno cualquiera .
En cuanto al estupendo actor canadiense, John Ireland, que incluso estuvo nominado al Óscar al mejor actor secundario por la brillante El político , francamente no hace nada destacable. Le da postín a la película, pero no demuestra nada especial.
Es curioso que esté doblado por Eduardo Farjardo, que también actúa en el filme…aunque en un papel mudo.
http://filmsencajatonta.blogspot.com.es/2007/05/sabor-del-odio-el-pistola-per-cento.html
El sabor del odio no es una de las peores piezas que conforman la historia del western hispano-italiano puesto que a una historia convencional sobre un joven que piensa vengarse de los asesinos de su familia se le aplicó un tratamiento sobrio y de una calculada frialdad que queda bien reproducido en la estupenda interpretación de Peter Lee Lawrence que consigue dominar del todo la gama de matices que presenta su personaje. Junto a la sobriedad que el personaje demuestra al llevar a cabo su venganza también tiene en alguna de las escenas que comparte junto a la actriz Gloria Osuna un cierto sentido del humor y todo se amalgama convincentemente. Lenzi consigue dotar a la cinta de una personalidad propia mediante un buen uso de la música incidental y ambiental y filma el argumento con cierta inspiración. Sin embargo hay escenas sobrantes que entorpecen el desarrollo y el film en su conjunto no es demasiado estimulante. Además en algunos momentos le hubiese convenido un tono distinto al que se impuso desde el primer momento en el guión aunque el resultado global sea irregular. El film consigue personalizar los tópicos más habituales del western cuando se habla de venganzas. Es un producto que tiene altibajos y cuyo resultado es desigual pero interesante. La ambientación está plenamente ajustada a las exigencias del relato y revela una cierta independencia estética aunque sea partiendo de unos moldes ya bien establecidos entonces en el género.
Un spaghetti western sencillo y eficaz, con un desarrollo magnético que consigue atrapar al espectador, en una trama de engaños y traiciones, con buenas y numerosas sorpresas. Dura poco y cumple con el objetivo. No decepciona, me ha encantado. Es una de esas gratificantes sorpresas que no esperas descubrir.
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