El retrato de Dorian Gray
Sinopsis de la película
Dorian Gray (Hurd Hutfield) es un joven aristócrata muy atractivo que vende su alma al Diablo a cambio de la eterna juventud. Gracias a una invocación consigue que sea el retrato que le ha hecho su amigo Basil Hallward (Lowell Gilmore) el que sufra el proceso natural del envejecimiento.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Picture of Dorian Gray
- Año: 1945
- Duración: 110
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Opinión de la crítica
Película
7.2
76 valoraciones en total
Magnífica novela de Wilde que sin embargo fue desaprovechada, no quiere decir que sea mala película pero pudo haber sido mucho mejor, esto se nota aún más para quienes hayan leído la novela antes de ver esta producción.
La historia es excelente, salida del genio creativo de Wilde nos lleva a reflexionar acerca de ideales humanos tales como el bien, el mal, la juventud, la belleza y de manera muy interesante, la manía de Hollywood de no dejar ninguna historia quieta le agrega detalles y hasta personajes a la trama, lo cual no hace del todo mal, sobre todo si miramos los desastres que ha ocasionado esta costumbre en otras obras.
Gracias a la originalidad de la trama y a que invita a la reflexión la historia se crece aún más dentro del mundo cinematográfico, y si usted desea ver esta historia en vez de leerla no parece que tenga otra opción aceptable que no sea esta película. La narrativa está muy bien llevada y sobre todo se ajusta a la novela y a la época, ya que sugiere en vez de mostrar y las pocas veces que muestra logra su efecto de manera adecuada.
Los diálogos son muy acertados y además fieles a la novela, la banda sonora tiene sus momentos buenos pero debo confesar que me fastidió el goodbye little yellow bird apenas a la segunda vez de escucharlo, el vestuario está muy bien así como el maquillaje, en cuanto a la dirección pudo haber sido mejor aunque no está del todo mala, cumple pero no sobresale, lo que sí me parece muy bien es la fotografía, utilizando el color sólo en momentos claves y el resto de la película en blanco y negro, lo único que le criticaría es que las luces son fuertes, un poco más sombría hubiese sido mejor.
En el reparto no cabe duda que el show se lo lleva George Sanders, el personaje le da material y él lo aprovecha excelentemente, el protagonista gestualmente está muy bien pero a la hora de hablar falla, se vería bien en cine mudo o en teatro pero en cine sonoro se le nota la falta, los demás están correctos pero sin sobresalir y Angela Lansbury no lo hace mal pero tampoco como para haberse ganado la nominación al Oscar.
De críticas anteriores estoy de acuerdo con:
Que al protagonista le falta fuerza.
De críticas anteriores no estoy de acuerdo con:
No he conseguido punto de discrepancia con respecto a las anteriores críticas.
Lo negativo:
Se les pasó un poquito la mano con la luz.
Lo peor:
Que no haya sido una joya del cine teniendo tan buen material a la mano.
Lo positivo:
George Sanders, sin duda.
Lo mejor:
La historia, es la que sostiene a la película.
Valoración
2 Sólo si lo obligan.
4 Si gusta del tema.
6 Esta película es pasable.
8 Una obra de arte.
10 Una joya del cine.
6 Esta película es pasable.
Es una película que si bien presenta sus fallos éstos no son como para condenarla al olvido, por algo sigue siendo la referencia de la novela en la que se basa, vale la pena verla.
Oscar Wilde (1854 -1900), el autor que escribió la novela El retrato de Dorian Gray (1890) fue una persona muy ingeniosa, con un gran don para componer máximas y aforismo bastante filosóficos y profundos. En el presente filme los diálogos recogen una gran variedad de su talento en ese sentido. Por ejemplo:
+ Sufrimos por los dones de los dioses y temo que Dorian Gray tenga que pagar por su belleza.
+ Me gustan las personas más que los principios, y las personas sin principios más que nada en el mundo.
+ Si somos felices somos buenos, pero el que es bueno no siempre es feliz.
+ Para conocerte tendría que verte el alma, pero sólo Dios puede hacerlo.
Y concretamente, hablando de alma, podemos decir que El retrato de Dorian Gray es una novela sobre un hombre que vende su alma a la Influencia oscura, invisible y negativa (que quizás nos rodee a la par con la lúcida, invisible y positiva), a cambio de gozar aquí y ahora de ese gran poder que es atraer, fascinar, encantar a los otros seres humanos. ¡Nos sentimos tan bien cuando atraemos, cuando fascinamos, cuando encantamos a los demás, que puede que no haya un goce mayor que ése! Ahora bien, cuando el caballero Dorian Gray desprecia su alma (la vende) por darle absoluta prioridad o preferencia a su cuerpo, es un joven todavía sin madurar, sin la suficiente racionalidad que se adquiere con el vivir, las adversidades y el ir envejeciendo, por lo cual él piensa aún muy superficialmente, a ras de piel, que el máximo poder de atraer, fascinar, encantar lo tiene la juventud, el hecho de ser físicamente joven —aquí juventud equivale además a belleza—.
Se llevará un chasco, dado que conllevamos un saber profundo de seres trascendentes, que nos dice que el alma es más relevante que el cuerpo, que hay que cuidarla con esmero pues quizás sea anterior y posterior al cuerpo, de modo que cuando éste cumple su rápido ciclo de nacer, crecer y ponerse esplendoroso, pronto el organismo se decanta por el deterioro, un día sin más deja de funcionar y perece. Así pues, para alguien que tenga nociones de metafísica o simplemente fe religiosa, el alma merece una mayor prioridad que el cuerpo.
Claro está, siempre y cuando uno no piense que el alma está en el cerebro sin más. Y si se piensa tal cosa, al menos no cerrarse a la posibilidad —como le he dicho en más de una ocasión a Eduardo Punset y su entorno cientifista— que también cabe la realidad de que el cerebro esté en el alma y que dicha realidad preceda a la de el alma está en el cerebro .
Sin duda que todas estas reflexiones y otras muchas, emergen leyendo o viendo esta profundísima obra de Oscar Wilde.
Para mí, la película que nos ocupa, dirigida por Albert Lewin, en blanco y negro con determinador toques de color para resaltar el quid de la cuestión, es merecedora del calificativo: ¡Excelente! Ninguna otra versión posterior, hasta la fecha, la ha superado.
Segundo largometraje sobre un total de seis del realizador Albert Lewin (Pandora y el holandés errante, 1951). El guión, del propio Lewin, adapta la novela The Picture Of Dorian Gray (1891, edición revisada y ampliada). Se rueda en los MGM Studios (Culver City, CA). Nominado a 3 Oscar, gana uno (fotografía) y un Globo de oro (actriz secundaria, Lansbury). Producido por Sandro P. Berman para MGM, se estrena el 1-III-1945 (EEUU, preestreno).
La acción dramática tiene lugar en Londres en 1886 y unos 20 años más tarde. El joven aristócrata Dorian Gray (Hatfield), ansioso de gozar en plenitud de los placeres del libertinaje, vende su alma al diablo a cambio de conservar la juventud durante toda la vida. El proceso de deterioro físico y de envejecimiento, y la imagen de su degradación moral, se trasladan al cuadro al óleo que pinta de él su amigo Basil Hallaward (Gilmore). Dorian en una de sus visitas a la casa del pintor conoce al libertino lord Henry Wotton (Sanders). Se relaciona con la bella cantante Sibyl Vane (Lansbury). Profesa gran afecto a Gladys Hallward (Reed), sobrina del pintor, unos 20 años más joven que él, a la que conoce desde pequeña. Dorian es reservado, enigmático, extraño y solitario. Se siente deprimido y atormentado. Viaja con cierta frecuencia, pero no puede alejarse mucho de su retrato, porque forma con él una extraña unidad.
El film suma drama, fantasía, horror, suspense y romance. Hasta el presente, es la mejor adaptación al cine de la novela del irlandés Oscar Wilde, una de sus obras más conocidas y celebradas. El tema que desarrolla se inspira en la figura de Fausto. La película presenta una cuidada ambientación, recargada y artificiosa, que evoca la máscara tras la que Dorian Gray oculta sus secretos y sus sentimientos atormentados. El cuadro del protagonista, pintado en plena juventud, se transforma en un segundo cuadro, obra de concepción exageradamente expresionista de Iván LeLorraine Albright (1897-1983), que se conserva en el Instituto de Arte de Chicago. Las imágenes de ambas telas (una sola en la ficción) se presentan en color (technicolor).
Los diálogos son rápidos, densos y discursivos, por lo que resulta difícil seguirlos. Se crea una atmósfera densa, opresiva e inquietante, que pone en comunicación al espectador con un mundo espectral, fuente de sentimientos de temor y suspense. La narración se apoya en la voz en off de un narrador prolijo que interviene con reiteración. Se sirve de elementos simbólicos, como el gato, representación alegórica en la Edad Media, y en el film, del diablo y de su influencia maléfica sobre los seres humanos.
(Sigue en el spoiler sin revelar partes del argumento)
Muy buena película. Me encantó esta adaptación de la novela de Oscar Wilde. Porque es completamente fiel a ella, incluso en los diálogos, ya que todos parecen estar sacados de la novela, apenas se dejan algo atrás, lo que tal vez, hace que la película sea un poco lenta, pero aun así a mí me fascinó, ya que desde mi punto de vista son esas conversaciones filosóficas que sostienen los personajes las que hacen que valga la pena leer el libro y, por tanto, ver la película. Los actores me sorprendieron y también su vestuario. Realmende Dorian es hermoso y no se percibe en él nada de maldad. El cuatro sí me desconcertó un poco, porque no me lo imaginaba así. No le veía demasiado sentido, me parecía que quedaba fuera de lugar, porque toda la película sale en un color apagado y el cuadro aparece en colores muy vivos… tal vez fuera para crear impresión, pero a mí me hacía salirme de la película.
En resumen, es una película que merece ser vista, sobre todo si se ha leído la novela, sino puede resultar aburrida.
Si en la historia del cine hacemos un ranking que consista en comparar grandes escritores y pobres adaptaciones cinematográficas no cabe duda que Oscar Wilde estaría en ella. Porque estamos hablando de uno de los más grandes escritores en lengua inglesa de todos los tiempos y sin embargo hay que decir que las películas que tenemos sobre sus libros suelen ser flojitas y en algunos casos de penosas.
Y no digamos nada de su libro estrella y más conocido El retrato de Dorian Gray, apenas existen películas tres o cuatro películas que aborden el libro con seriedad y solamente una merece ser recordada que es la que a continuación paso a comentar y que sin embargo ya advierto que no es ninguna séptima maravilla.
Como digo la adaptación más aplaudida es esta del año 1945, aunque como decía Wilde: El arte jamás ha de intentar ser popular. El público es el que ha de intentar ser artista por lo que le daría igual en que status se encontrara. Y aunque no es mala y tiene muchos elementos de interés no me termina de convencer. Quizá es porque el libro de El retrato de Dorian Gray fue uno de mis cinco preferidos durante la infancia-adolescencia y eso me hace ser muy exigente cuando alguien se acerca a él. Es una lástima que en España no tengamos un escritor de ese porte y pensamiento y lo que más parecido encuentro aunque a una distancia sideral es Antonio Gala.
Me gusta ese cierto expresionismo que era necesario en un libro que va contracorriente cuando se escribió porque va en sentido opuesto al realismo y naturalismo que todo lo absorbía por aquel entonces, estas influencias góticas están conseguidas de la mano de un Harry Stradling Sr. Gran fotógrafo que se llevó el Oscar aunque a mi juicio abusa de los juegos de bombilla porque esto tampoco debe ser el El gabinete del Doctor Caligari.
Pero el gran problema es el director, Albert Lewin, que no tiene la suficiente pericia para sacar el máximo partido de algunas situaciones que no requerían grandes encuadres sino saber mirar, y como casi todos los neófitos, peca de pretensiones probablemente incitado por su ayudante de fotografía.
En cuanto a los actores decir que tenemos de todo mientras que a Hurd Hatfield como Dorina Gray le falta fuerza y que como actor fue siempre un secundario de complemento y este fue su primer prota y casi el último. Le queda grande la historia. Parece del cine mudo. Porque ese es otro problema, para ser del año 1945 la película parece de los años 30 o finales de los 20 porque todo es premeditadamente escénico lo cuál es un error en conjunto aunque no en muchos planos que se acierta.
Debo reconocer que cogí demasiada manía a Angela Lansbury cuando hacía de señora Fletcher y no he podido quitármelo de encima y en general sus películas me estomagan, menos mal que en esta no sale mucho.