El príncipe y el mendigo
Sinopsis de la película
Inglaterra, siglo XIX. Tom, un niño pobre, y el príncipe Edward Tudor nacieron el mismo día, teniendo ambos un parecido asombroso. Un día Tom se cuela en los jardines del palacio y conoce al príncipe, decidiendo ambos intercambiase sus roles. Se cambian entonces las ropas, pero los guardias les descubren y expulsan al verdadero príncipe de Palacio. Nadie les cree cuando intentan contar la verdad…
Detalles de la película
- Titulo Original: The Prince and the Pauper
- Año: 1937
- Duración: 118
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Opinión de la crítica
Película
6.6
42 valoraciones en total
La película sabe trasmitir con fidelidad el espíritu de la obra de Twain y posee una frescura narrativa análoga a la que destila la novela.
Una ambientación magnífica unida a su dinamismo y a un desenfadado sentido del ritmo convierten a la producción en muy apta para el público joven, incluso en nuestros días, a pesar de estar fechada en 1937.
El director consigue aunar con buen criterio cinematográfico la gravedad del asunto de fondo con la peripecia cotidiana. La primera -la parte seria- queda explicada con sencillez pero con claridad meridiana. La segunda -la aventura- es siempre tratada con indudable buen gusto y con el sentido del humor característico de la obra original.
A pesar de ser este un filme en blanco y negro del año 1937 contiene más dinamismo, pasión y mejor desarrollo —además del enorme carisma de Errol Flynn y de los hermanos gemelos, Billy Mauch (que hace del mendigo Tom Canty) y Robert J. Mauch (que hace del Príncipe Edward)— que el remake del director Richard Fleischer (USA 1977), película la cual resulta más monótona, aburrida y sosa, entre otras cosas porque Mark Lester el protagonista que ahí hacía tanto de príncipe como de mendigo, es un actor que ejerce con poca gracia y menos salero su doble interpretación de personajes, en esa versión de Richard Fleischer el que si cabe destacar porque está muy por encima del resto de los intervinientes es Charlton Heston, que hizo un papelazo interpretando al rey Enrique VIII y dejó patente una vez más de su genialidad o inmortalidad como actor.
Mark Twain fue quien dijo: La raza humana tiene un arma verdaderamente eficaz: la risa. Y esta máxima la tuvo muy en cuenta y puso de manifiesto el director de este filme, William Keighley, al dejarnos uno de los diez minutos finales de obra cinematográficas más risueños, simpáticos y graciosos que puedan recordarse en toda la historia del cine. Reirán aunque se resistan a ello.
Sin duda esta historia original del escritor Mark Twain, The Prince and the Pauper, —novela que Twain publicó por primera vez en Canadá en 1881 y un año después en los Estados Unidos de América—, es preciosa, educativa y forjadora de carácter. Y ya sea en esta o en la segunda versión que cinematográficamente se hizo de ella, merece la pena verse y que la disfruten los niños y jóvenes. Les impactará tanto que nunca la olvidarán.
Adaptación de la novela del gran Mark Twain, creador de los personajes de Tom Sawyer y Huckleberry Finn, entre otros, de la joven literatura infantil americana. Aunque los citados personajes tienen la fama, quizás esta sea la novela más lograda de Twain, o al menos, en mi opinión, es la que más me gusta, teniendo varias adaptaciones e incluso el clásico de Disney.
Aunque parezca mentira, el protagonista no es Errol Flynn, que se queda en un secundario de lujo ante la simpatía, y el buen hacer de los hermanos Mauch, Billy y Bobby, que interpretan al príncipe y al mendigo, dos hermanos gemelos idénticos hasta tal punto de que ni su misma madre podía reconocerlos, aunque a pesar de su indudable talento, al menos en esta película dirigida por William Keighley, como les pasa a muchos jóvenes actores, al crecer, fueron perdiendo el favor del público a quedar prácticamente olvidados. Incluso en los títulos de crédito de esta película sus nombres están en un segundo plano.
Divertida película de aventuras para toda la familia.
Notable, 7.
Si por algo me ha llamado siempre la atención esta película, es por la idea original de jugar con el parecido físico de dos personajes, a raíz de aquí, comiencen a recordar historias similares. Creo que William keighley creó un precedente para la posterioridad, el cual se ha explotado hasta la saciedad.
El príncipe y el mendigo es una historia fresca, en especial por la juventud de los hermanos protagonistas, que transmiten por un lado una cierta ternura a medida que avanza el film, independientemente del personaje tratado. Como la amistad vence la barrera del poder y del dinero, este chico me cae bien, es mi amigo, aunque no tenga un pan que llevarse a la boca. Y la idea de suplantar la vida de cada uno, me ha encantado siempre. En especial aquí, porque de esta manera el futuro rey de Inglaterra ha probado de primera mano, cuales son las necesidades reales de su pueblo.
Al principio he de reconocer que el personaje del famoso Errol Flynn, me dió la impresión de estar metido con calzo a la fuerza en la historia, pero afortunadamente el guión le da una importancia sublime en el devenir del futuro de la madre patria y su futuro rey. Veremos duelos de espadas, su peculiar sentido del humor, a pesar de estar en las situaciones más comprometidas, incluso tendrá tiempo para poner en práctica sus dotes de Don Juan, aunque por poco tiempo.
Por último resaltar los minutos finales del film, creo sin lugar a equivocarme que es la película con el final más divertido y duradero jamás filmada.
Estupenda película para todos los públicos, clásico entre clásicos del cine infantil. La nota de filmaffinity se queda corta. Al nivel de las demás películas de Errol Flynn de la época, lo que pasa es que esta vez Errol Flynn actúa como secundario, eso sí, de lujo. Pero si alguien quiere ver la versión cinematográfica del clásicazo El principe y el mendigo , esta es la primera a la que tiene que acudir.