El pobre García
Sinopsis de la película
García trabaja de publicitario en una fábrica de cuchillas de afeitar y sale en secreto con Conchita, la hija del director. Un día, aprovechando la vuelta ciclista a España, García pone en práctica un nuevo y arriesgado sistema de hacer publicidad, pero a Raúl, el director, no le ha gustado nada la idea y lo despide. A partir de entonces, se ganará la vida en los más variados trabajos: barbero, limpiabotas y guía del Museo del Prado. Una situación difícil para que su antiguo jefe acepte la relación que mantiene con su hija.
Detalles de la película
- Titulo Original: El pobre García
- Año: 1961
- Duración: 86
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Opinión de la crítica
Película
3.8
90 valoraciones en total
Historia costumbrista, emotiva y con un fondo de amargura que incorpora un ingenuo sentido del humor y una enorme dosis de buenas intenciones.
T. Leblanc se enfrenta a su complejo cometido -director, guionista, compositor musical y protagonista- con total dedicación pero el resultado no está a la altura de las expectativas.
La trama melodramática resulta más lacrimógena de lo conveniente y la historia, en general, tiende hacia la falta de cohesión interna en un contexto de narrativa muy sencilla, ajena a todo tipo de artificio y con el toque de lo simple..
El interés de la película se limita a la curiosidad histórica. Toni Leblanc está poco afortunado como director. Le falta picaresca que, en contrapartida, le sobra como actor y caricato. Los gags y sus personajes son arquetípicos. Es lo mejor del film. Por lo demás, resulta bastante sensiblero y deja testimonio de cómo era una sociedad española tercermundista, en la cual escaseaba el empleo ypara operarse de algo complicado había que ser rico. Lo malo es que la cruda realidad se refleja sin gracia, con escaso sarcasmo. El único aliciente es ver a conocidas caras de la escena en sus jóvenes años y el cameo de Manolo Morán interpretándose a sí mismo.
Primera película como director del actor y humorista Tony Leblanc (1922-2012) que en ese mismo año de 1961 intervino en cuatro películas y dirigió dos, ésta y Los pedigüeños, pero es que era normal para un actor hacer varías films al año precisamente en un 1961 donde se batía un record de estrenos, más de 90, la mayor parte en color en los más de 7.000 cines en todo el país.
Aquí, además de dirigir, produce, escribe, compone e interpreta junto a su hijo Julito Leblanc.
A destacar cómo empieza con esa voz en off del gran actor Fernando Rey haciéndonos un recorrido por las calles de Madrid mostrándonos los trabajos menos favorecidos diciéndonos:
El trabajo…
Para el que tiene suerte, felicidades, pero el que lucha y no consigue nada… pobre hombre, pobre .
Ah, y qué decir del reparto, el grandísimo Manolo Morán se interpreta a sí mismo en un pequeño papel muy tierno y simpático.
La verdad es que la película es muy entretenida y a mí me ha gustado y sorprendido bastante. Tiene muchos gags humorísticos destacando sobre todo cuando actúa de manera improvisada delante de su hijo impedido de polio realizando algunas de sus pintorescos sketches que como hemos visto en otras de sus pelis pues no le favorecen pero aquí además de su vis cómica saca a relucir su lado más sensiblero y tierno de un padre que hará todo lo posible para operar a su hijo (el hijo de Leblanc) en silla de ruedas desesperado por las burlas de los otros niños que insinúan que será un débil e inútil toda la vida.
Curioso que cuando era pequeño Tony Leblanc trabajaba de botones (sus padres eran los porteros) en el Museo del Prado y aquí en la película además de verlo en diversos oficios como el de barbero en la peluquería de su mejor amigo (Manolo Gómez Bur), publicista en la empresa del padre (George Rigaud) de su novia (Lina Morgan, doblada la voz en su primera película) y limpia zapatos, también trabaja de guía ilegal en la pinacoteca de Madrid de la que dijo en infinitas ocasiones era su lugar de nacimiento pero que ahora después de su muerte ya hay gente que dice que lo usaba como una trola para aumentar su prestigio.
Cosas de la vida en el año 1983 tuvo un accidente de coche que le dejó mucho tiempo en silla de ruedas.
Al final de sus memorias escribió: Soy una buena persona . Y era verdad.
En definitiva, una película divertida pero a la vez emotiva.
Chapó.
Hay películas que parecen desaparecidas . Sin algún furtivo pase televisivo, muchos sólo conoceríamos El pobre García de nombre, por haber sido uno de los escasos esfuerzos autorales de Tony Leblanc en el cine. Por eso es tan importante la labor de programas como Historia de nuestro cine en La 2. Ahí he podido verla, pues no está disponible en DVD ni otros formatos.
Y dicho lo difícil que resulta verla, ahora vayamos con lo difícil que resulta verla. Porque resulta difícil a pesar de su escasa duración ver esta ópera prima de Leblanc, que carece del más mínimo mérito en la dirección. Y también carece del más mínimo mérito en el guión, deslavazado y sin gracia más allá de algunos gags aislados y afortunados. El resto es puro desecho, salvo por los buenos actores que cumplen con su labor pero que en están doblados en muchos casos, como el de Lina Morgan, despojada de su conocida voz.
En fin, que aunque sólo sea por conocerla, merece la pena verse, aunque cueste mucho acabar su escaso metraje sin distraerse pensando en cualquier otra cosa o soltar un enorme bostezo.
Primera película del gran Tony Leblanc como director, faceta breve porque sólo hizo otras dos más. No era lo suyo, ciertamente. Tony es el director, actor principal, guionista y autor de la banda sonora (¿¿??). Además mete a su hijo en la vida real como su hijo en la ficción. El chico no desentona, pero no volvió a ponerse delante de una cámara hasta 50 años después, en Torrente 4, casi nada.
Historia cuasi-lacrimógena con niño enfermito, final feliz y tintes religiosos, nada que ver con las típicas comedias que protagonizó tantas veces. Algunos gags pasables junto a Manolo Gómez Bur, pero demasiado poco para salvar la película. Quiza lo mejor sea el debut cinematográfico de una jovencísima y sorprendente Lina Morgan, posiblemente en el único papel serio de su carrera, antes de convertirse en la sobreactuada cómica que todos conocemos.
En fin, película para coleccionistas completistas, pero poco más.