El pájaro de las plumas de cristal
Sinopsis de la película
Sam Dalmas, un joven escritor americano, está a punto de marcharse de Roma para volver a Estados Unidos. La noche antes de su marcha asiste a la agresión de Monica Ranieri: alguien la apuñala y desaparece en la oscuridad. El comisario Morosini es encargado de la investigación e informa a Sam de la posible presencia de un asesino en serie en la ciudad: la misma persona que ya ha matado con arma blanca a tres chicas podría haber intentado apuñalar a Monica. Sam decide aplazar su marcha e investigar por su cuenta…
Detalles de la película
- Titulo Original: Luccello dalle piume di cristallo (The Bird with the Crystal Plumage) aka
- Año: 1970
- Duración: 91
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Opinión de la crítica
Película
6.5
73 valoraciones en total
Exponente del cine giallo, apenas pasable en términos generales ya que si bien es entretenida y se digiere sin problemas, tiene muchas situaciones ilógicas y descuidadas desde el argumento.
La propuesta es simple y efectista, donde una serie de asesinatos a mujeres bellas asolan una ciudad italiana.
La idea es generar misterio a través de la desconocida identidad del asesino. La historia es muy tosca en sus variantes, donde hay situaciones que verdaderamente chocan con la cordura por el alto grado de ilogismo y de delirio que irradian.
Si bien se quiere ganar en intensidad, el guión es desprolijo y no goza de solidez en su estructuración narrativa. Hay momentos donde se va generando el clima propicio para el suspense, pero de repente se desmadra el argumento con salidas cómicas que poco bien entonan en el perfil psicológico de trastorno que la película quiere brindar.
Con el texto narrativo endeble, la única posibilidad de la cinta son sus apartados técnicos. Y desde allí el filme sí es potable y competente.
La estética de la película es agradable desde los escenarios y desde su contrastante fotografía. También es sugerente la partitura de Ennio Morricone que combina melodías tiernas y otras que crispan los nervios por lo chirriantes que resultan a los oídos, donde vale destacar también esa voz femenina suave sonando como una canción de cuna contrastando con la amenazante e inquieta puesta en escena.
Es obligación enumerar como mérito la atrapante manera de presentar la historia por parte de Dario Argento, con sugestivos enfoques de cámaras y envolvente ambientación donde lo siniestro absorbe.
Desde las actuaciones tenemos el protagonismo absoluto de Tony Musante, quien da vida a un escritor norteamericano que es testigo de un intento de asesinato y que se involucra personalmente en la investigación del caso casi a límites enfermizos.
Volviendo a retomar la línea literaria de la cinta, hay que mencionar también que si bien es muy enclenque desde su confección, hay que valorarle el esfuerzo por generar la típica vuelta de tuerca al final para sobresaltar al espectador con algo inesperado referido a la impensada identidad del asesino. Y digo valorarle porque en realidad es predecible en cierta manera el giro del final, pero siempre es bueno que se quiera dejar una última impresión de shock como para disimular al menos la fragilidad del entramado narrativo y de las alternativas expuestas en el relato.
En fin, hubiese sido un ejercicio de suspense mucho más contundente de no tener tan comprometida la verosimilitud del argumento. En verdad que hay situaciones que cuestan mucho tomárselas en serio debido al descuido y al abandono de la sobriedad en el desarrollo de la historia.
Dario Argento dirige esta historia menor de crímenes (rizando el terror) que, sin embargo, resulta al menos entretenida e intrigante. El espectador interesado en el género policiaco puede jugar la clásica apuesta (¿quién es el criminal, cuando no hayan transcurrido los treinta primeros minutos?*). Y por supuesto, que se prepare para perderla.
Argento vuelve a engrandecer el cine con esta peculiar historia de crímenes y psiques de lo más retorcidas, logrando un film realmente espectacular, que puede que en sus primeros compases no sea lo magnetizante que requeriría una cinta de estas características, pero a medida que transcurren los minutos, va cobrando interés de un modo inhóspito, desembocando en un final que dejaría atónito a cualquiera.
En esta cinta, nos volvemos a encontrar con los sorprendentes planos patentes en la obra de este director que, además, ayudan en parte a lograr esas atmósferas de lo más asfixiantes y turbadoras, contribuyendo así a generar una tensión de lo más desquiciante, que atrapa al espectador hasta el final y, aunque quizá la trama parezca que se desenvuelva entre demasiadas trampas, el director consigue conectar todos y cada uno de los puntos de su obra, ofreciendo una lección de maestria y buen hacer.
Primera película de Dario Argento y primera lección de estilo. Elegante relato en torno a un voyeur accidental y despistado y un psicópata que atemoriza a la (en apariencia) tranquila ciudad de Roma. Aquí está todo lo que haría grande al maestro italiano: una trama alambicada y pelín delirante que irá descubriendo sus cartas poco a poco, un tipo que se mete sin comerlo ni beberlo en una investigación que pone en peligro su vida y la de sus allegados, un asesino misterioso que mata con estilo y enguantado mientras juega al ratón y al gato con sus perseguidores, un dato que se nos oculta y que será la clave de todo el asunto, unas dosis de erotismo bastante malsano, personajes secundarios extraños o como poco misteriosos (el pintor)…, pero está, sobre todo, esa forma de filmar la muerte, el acoso y el miedo: ahí se nota la herencia de los grandes (Hitchcock, etc.), pero sobre todo la de Mario Bava, luz que guía toda la obra del italiano. Y argumentalmente es uno de los trabajos más conseguidos de Argento: pese a lo absurda que pueda ser la historia, todo acaba encajando al final sin ningún problema. Excepcional.
Lo mejor: la estética.
Lo peor: cuesta tomársela en serio.
Guión cutre, las explicaciones finales creo que están tipificadas en el código penal como delitos contra la salud (mental) pública, realización cutre (con subrayados de traca, la forma de desviar sospechas hacia el marido son algo más que un insulto a la sutileza), interpretaciones con lo mínimo…
Es cierto que la realización de Argento a ratos y dentro de su modestia, se sobrepone gracias a su atrevimiento, consiguiendo momentitos de atmósfera rudimentaria y encantadora a partes iguales. Que no todo van a ser pegas…
Éstos son los detalles. Ahora bien, cuando puntúo una cinta parto primero de la sensación general que ésta me haya provocado. Y esa sensación genérica, sin detallar, suele ir emparejada al entretenimiento que esa peli me haya procurado. Entretenimiento entendido como interés, sea un interés en una trama, unas interpretaciones, una intriga, unos F/X o en una reflexión sobre un tema determinado. A partir de ahí valoro los pormenores (sinceridad en sus postulados, originalidad, atmósfera, empatía…) y ya concreto notas y argumentos a favor o en contra.
Pues como digo los detalles en esta cinta no son gran cosa, y el giro final es denunciable directamente… Pero la sensación que queda pese a todo es la del regustillo propio del buen rato, del suspense que te ha tenido atado al sofá. La película oscila constantemente en el límite entre lo aceptable y lo inaceptable, es cierto, pero sin que el interés del espectador decaiga un ápice aunque sepa que se la están metiendo doblada. Recurre quizás demasiado a la buena fe que hemos de poner de nuestra propia cosecha para que el castillo de naipes no se venga definitivamente abajo. Pero, una vez superados esos defectos, y una vez asumido que la sinceridad a veces lleva sin remedio a resultados controvertidos, pues… entonces quizás, y sólo quizás, se pase un buen rato con una trama y un desarrollo tan quebradizo como el cristal, las plumas o los pájaros.