El explorador perdido
Sinopsis de la película
Henry M. Stanley acepta una inusual propuesta del director del periódico para el que trabaja. Se trata de localizar al misionero escocés David Livingstone, desaparecido en plena selva africana. Cuando por fin lo localiza, no sólo descubre que ha contraído una grave enfermedad, sino que vive perfectamente integrado entre los nativos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Stanley and Livingstone
- Año: 1939
- Duración: 101
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Opinión de la crítica
Película
6.5
26 valoraciones en total
David Livingstone fué un medico, explorador y misionero británico responsable de cartografiar grandes extensiones de África y realizar numerosos informes sobre su botánica, geología y zoología, tras varios años de descubrimientos desapareció sin dejar rastro mientras buscaba el nacimiento del rio Nilo, fué entonces cuando el periódico sensacionalista New York Herald encomendó su busqueda al periodista Henry Stanley, tras dos largos años de busqueda consiguió encontrarlo en el lago Tanganica dando lugar a la famosa frase pronunciada por Stanley: ¿El Dr. Livingstone supongo? .
La película relata con bastante exactitut los dos años de busqueda y el ansiado encuentro, rodada en parajes naturales de África y con la excelente interpretación de Spencer Tracy en el papel de Stanley El explorador perdido es una de las mejores películas de Henry King, merece ser vista por ser una gran película de aventuras y un buén ejemplo de la lucha del hombre contra los elementos.
Muy recomendable.
Película de aventuras que eclosiona en la pantalla gracias a una trama intensa, ambiciosa e inesperada por la solidez de su argumento, por su capacidad sugestiva y por su excelente estructura narrativa que combina lances de acción directa con la lectura de pasajes del libro de viajes.
La vertiente psicológica se abre paso entre las escenas como un invitado más y va tomando fuerza hasta conseguir ese difícil equilibrio en que cada elemento queda bien definido y el conjunto ofrece un aspecto armónico.
S. Tracy aporta firmeza interpretativa, credibilidad y una enorme dosis de dominio ante las cámaras para que el espectáculo resulte inolvidable.
Fotografía, iluminación y una banda sonora, que por momentos traslada al espectador al corazón de África, ratifican la excelente labor de H. King.