El experimento fantasma
Sinopsis de la película
Mientras llevan adelante una investigación sobre lo que sucede después de la muerte, dos amigos médicos, Glar (Paris Intarakomalyasut) y Wee (Thanapob Leeratanakajorn), ven un «fantasma» con sus propios ojos por primera vez. El encuentro desata en ellos una necesidad irrefrenable de encontrarle una explicación científica a los espíritus y de hallar la prueba de que existe vida después de la muerte. La obsesión y la sed de conocimientos termina hundiéndolos en un pozo que pondrá en peligro su amistad y arruinará sus relaciones con sus seres queridos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Ghost Lab
- Año: 2021
- Duración: 117
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Opinión de la crítica
4.1
44 valoraciones en total
*Proposición del experimento
El experimento fantasma (Ghost lab) es realmente una película difícil de categorizar de forma tajante. Tan solo en el primer cuarto de hora tenemos ya un surtido de géneros que van uniéndose de forma no particularmente grácil. Existe un componente de terror, con apariciones incluidas, situaciones cerca del drama, y unos insertos casi más propios de una comedia. Y esa es una de las características de El experimento fantasma (Ghost lab): la inestabilidad estilística.
El argumento gira alrededor de dos médicos de un hospital tailandés que se plantean diseñar un experimento cuyas conclusiones son realmente ambiciosas: probar la existencia del mal allá y certificar la existencias de fantasmas. La iniciativa parte de Gla (Paris Intarakomalyasut), un cirujano que tuvo una experiencia paranormal cuando era niño, y se le apareció brevemente el espíritu de su padre recién fallecido. Nunca ha podido olvidar el suceso, y desde entonces ha estado investigando todo tipo de leyendas urbanas y casos relacionados con apariciones.
Su compañero para el experimento es Wee (Thanapob Leeratanakachorn), otro cirujano que tiene su propia relación con al muerte. Su madre lleva en coma varios años, pero su estado empeora sensiblemente tras un incidente. Una noche en el hospital donde ambos trabajan ven la extraña aparición de un fantasma (bastante inquietante, por cierto), con lo que su interés por el más allá aumenta exponencialmente. La gracia del argumento, a priori al menos, está en la conjunción de ciencia y esoterismo. Estos dos médicos realmente quieren afrontar es misterio de la muerte desde una perspectiva científica.
*Ejecución del experimento
El experimento fantasma (Ghost lab) apunta muy alto en sus ambiciones. Pero el resultado es menos impresionante. Gla y Wee tratan de fijar cuáles son los lugares más propicios para tener una aparición, cuándo es el mejor momento, e incluso clasifican los tipos de entes con si de dos entomólogos jugando con insectos se tratase. Ahora hace falta encontrar… sujetos de estudio. Creen que permaneciendo cerca de alguien en su defunción, hay más probabilidades de que el espíritu del fallecido se aparezca. Están en un hospital así que empiezan a buscar entre los enfermos terminales.
El primer tramo era un poco freak, Gla y Wee parecen dos mad doctors cuyo experimento va a quedar en algo estrafalario, más propio de la ciencia ficción más esquizoide y desacomplejada. Sin embargo llega un momento en que la película se solemniza tremendamente. La llegada del drama nos pilla un poco a contrapié, como si el giro tonal no fuera coherente. Porque de hecho no lo es. La puesta de largo del experimento provocará inusitados resultados que les afectarán tanto a ellos mismos como a sus seres queridos.
El problema es la irregularidad del conjunto. En las dos tendencias que hemos mencionado hay detalles de interés, pero son buenas ideas mal dispuestas. De algún modo eso hace que no caiga tanto en los tópicos como una producción de Hollywood, aunque los roza en algunas ocasiones. Hay buenas intenciones, pero el desconcierto neutraliza a veces los resultados. El terror más puro aparece en el último acto de la película, donde vienen los momentos más efectistas, teatrales, y vehementes.
*Algunos aspectos de ‘El experimento fantasma’
El experimento fantasma (Ghost lab) tiene una factura correcta. Sin despliegues llamativos, pero al menos hay ratos de cierta atmósfera enrarecida visualmente eficaz. Algunas de las apariciones, particularmente la primera, están bien diseñadas y hay detalles de puesta en escena interesantes. Quizá en el último tramo la exageración se vuelve algo tópica, y la película se convierte en un festival de objetos y personas volando. La música a veces subraya demasiado los momentos sorprendentes y terroríficos. A veces de tal forma, que combinado las expresiones de los protagonistas parecen momentos más culebroneros que aterradores.
De todos modos, no hay que llamarse a error. El experimento fantasma (Ghost lab), a pesar de alguna payasada inicial, se toma a sí misma en serio. Pasa de la expectativa freak a un tono muy solemne. Y a ratos, sorprendentemente, la cosa funciona. Hay momentos emocionales que calan, otros que inquietan, a cambio de otros que nos confunden. Al final algunas partes por separado son más interesantes que el conjunto final. Las actuaciones son algo histriónicas, pocas veces hay un punto de equilibrio. Nada destacable, la verdad, a no ser por el cambio de roles al que juegan Gla y Wee.
El terror tailandés ha dado alguna que otra joya como Shutter (2004) que puede ser incluso una obra referencial para el país asiático. No es probable que El experimento fantasma (Ghost lab) llegue a eso, pero sí que es una película cuanto menos interesante que aporta su propia perspectiva a una peripecia que puede recordar a Línea mortal (1990). Y así, entre el interés eventual y el desconcierto general, nos encontramos ante una película que, aun con tópicos, es más peculiar de lo que parece. El ritmo, por su parte, va a en función de los giros estilísticos y más que enganchar tiende a confundir.
*Conclusiones
El experimento fantasma (Ghost lab) bascula entre la agradable sorpresa y la sensación, algo decepcionante, de que se podía haber conseguido un resultado final mejor. La premisa es intrigante, pero se disuelve por unos derroteros con más melodrama del esperado, que hace que nos planteemos qué tipo de película estamos viendo realmente.
Lo que parecía que iba a ser un ejercicio de terror puro deviene en un continuo giro estilístico que merma nuestro disfrute. Los temas van desde de los más intimistas, hasta la idea general de que la ciencia no debe traspasar ciertas fronteras para alcanzar el conocimiento. La impresión general, por lo tanto, es la de una película interesante que por algún defecto estructural nos acaba dejando insatisfechos.
Escrito por Mariano González
Como suele ocurrir una vez cada cierto tiempo, me he lanzado a ciegas (no hay ni una sola crítica en el momento de hacer la reseña) a ver esta peculiar película de Netflix, made in Tailandia, y que presenta a dos médicos que comienzan un experimento para demostrar la existencia de fantasmas. Sobre el papel suena bien, y la verdad es que la película tiene un arranque muy prometedor, con una primera hora que funciona y hace tener esperanzas en el producto. Lamentablemente, todo se diluye demasiado pronto y se revela como un engañoso espejismo, ya que estamos ante una propuesta que es incapaz de mantener el interés y que fracasa al intentar combinar diferentes géneros. Pero mejor vayamos por partes.
Nada se le puede reprochar a la labor tras las cámaras del director, siendo un trabajo más que convincente, en especial por una serie de instantes bastante tétricos (el de la primera aparición es fascinante). Es una lástima que los guionistas (entre los que se encuentra el mismo director) opten por renunciar al terror a la media hora, logrando momentos muy eficaces (en lo que a dicho género se refiere) en sus primeros compases. Una oportunidad perdida de hacer una película aterradora (la premisa invitaba a ello). Y es que ése es el gran problema de la cinta, comenzando como un film de terror con unos acertados y agradecidos tintes cómicos (los cuales no desentonan y funcionan), dando a continuación un giro brusco hacia el thriller, para acabar apostando por el drama (y forzando las escenas emotivas, cosa que no se consigue). Lo que viene siendo una traición al espectador, ya que si se hubiese mantenido el tono inicial, estaríamos hablando de una película tan efectiva como recomendable, además de una pequeña sorpresa (seamos sinceros, nadie esperaba nada de ella).
Se nota que los responsables quieren mantener el interés en la historia, con un arranque fabuloso y que engancha (ojo al espléndido ritmo), diluyéndose todo en el ecuador de la cinta, justo cuando se toma una decisión que en un principio tiene algo de lógica y sorprende, pero que finalmente acaba siendo un error de los guionistas. Cuesta creer que los mismos que están detrás de la primera mitad del film, sean los que luego optan por un cambio tan abrupto y fallido. Thrillers intensos los tenemos a patadas, pero propuestas de terror gamberras no tantas, notándose que los artífices del proyecto no tenían muy claro qué querían contar, y este es el resultado, un pastiche de ideas que acaba quedándose en tierra de nadie.
Los dos actores protagonistas se entregan a la causa, con dos roles bien opuestos, uno más extrovertido y alocado, y el otro más comedido, formando una simpática pareja que deja demasiado pronto de tener gracia por innecesarios caprichos del guion. Lo que comúnmente se conoce como terminar la fiesta antes de tiempo. Dicho esto, ambos cumplen con personajes que quizás en otras manos no habrían salido tan bien parados.
En fin, me quedo con las actuaciones, los aspectos técnicos (de nuevo, la película luce estupendamente, con algunos momentos muy interesantes) y la primera hora, pero no se puede obviar el gran error de la película (mezclar géneros y cambiar el tono sin ton ni son), haciendo que el conjunto final sea tan fallido como olvidable. Lo que podría haber sido este film y lo que acaba siendo, quedándote con un sentimiento agridulce una vez aparecen los créditos finales. Ellos verán, pero dudo que muchos abracen los imposibles giros de un film que quiere ser demasiadas cosas a la vez, y que acaba siendo un esperpéntico monstruo de Frankenstein. Otra vez será.
Más críticas: ocioworld.net
El argumento es interesante, la pregunta de siempre, hacia donde vamos después de la vida, qué es la muerte?, existirá algo? etc., etc., preguntas que nadie sabe su respuesta realmente, acá se contesta de alguna forma, lo que sugiere el concepto de fantasma.
Fuera de eso la cinta es floja, sea, el guion, la música, la fotografía, y un largo etc., pero lo que podría haberla salvado son las actuaciones pero pecan en su mero histrionismo no hacer más que socavar este film tailandés del viaje al otro lado, viaje dirigido pasablemente por Paween Purijitpanya.
Excesivamente floja si acaso un 4 de regular, debido a algunas escenas realmente surrealistas que le agregarían un punto, así como el estilo de Purijitpanya que le sumaría otro punto para un total de 5 sobre 10.
Vuelta a la carga y estreno de otro fiasco del terror . La película se reitera en los tópicos de siempre y emula un experimento a lo Buscadores de Fantasmas que carece de verosimilitud y que cuela al espectador una historia dramática innecesaria. No hay más. No entretiene y no aporta absolutamente nada nuevo al interesante mundo de lo paranormal, que cada vez se encuentra más denostado (en general, siempre hay gloriosas excepciones) por sustos sin gracia y párvulos intentos de crear tensas atmósferas.
Mención aparte para las actuaciones. Quizás sea cosa mía, que desconozco acerca de la cultura tailandesa y de sus formas de ser y de actuar, pero el elenco actoral me parece de lo peor. Todos sobreactuan de una manera bochornosa, tan impredecible como absurda. Otro error común en películas como esta.
Lo mejor: Alguna pieza musical.
Lo peor: Las actuaciones.
El Experimento Fantasma no merece la pena, ni por el experimento en el que nadie cree, ni por el fantasma que nada nuevo hace.
El experimento fantasma inicia como comedia, luego salta al terror, más tarde juega al thriller, gusta de detenerse bastante en el drama para volver al terror y así, hasta armar pequeños bucles genéricos.
Dos protagonistas realizan un experimento: quieren descubrir fantasmas para luego poder aislarlos dentro de un entorno controlado. El deseo es viejo y conocido, pretenden revelar la naturaleza de las manifestaciones fantasmagóricas. En paralelo: Paween Purijitpanya experimenta con la obra a medida que avanza, busca mezclar distintos tonos que provoquen cambios súbitos en las emociones del espectador (¿una montaña rusa emocional? Quizás…).
Pasando por alto las convenientes arbitrariedades del guión, y del famoso método que utilizan (a medio camino entre un método científico y un show de magia improvisada), El experimento…logra generar distintas emociones, es cierto, pero se vivencian de manera desorganizada en el sentir del espectador. El resultado final es una licuadora sensorial pasada de rosca, en donde el ritmo acelerado de los sucesos no permitió que cada tono fuera asimilado con verdadera naturalidad.