Colombo: Crimen en Malibu (TV)
Sinopsis de la película
Una exitosa escritora de novelas de romance, involucrada con un joven y ambicioso mujeriego, aparece muerta de un balazo en su casa de Malibú. Episodio Nº54 de Colombo.
Aunque Colombo tiende a ser definida o considerada como una serie de TV, nunca fue una serie propiamente dicha. Exceptuando la presencia recurrente del personaje principal, no presenta ninguna de las características de una serie tradicional (episodios semanales, de duración regular, con cast, dirección y equipo de producción fijo). Pensados como telefilms (de hora y media como promedio de duración), cada episodio cuenta con una historia independiente y con un director y un equipo de producción distinto. Los films tuvieron una transmisión irregular, pero con un mínimo de tres o cuatro producciones por año hasta 1978. Más de diez años después, Falk retomó su personaje por dos años (1989-1990). A partir de 1990, Columbo dejó de emitirse con regularidad, y los siguientes films fueron estrenados como especiales. Por estas razones, los 68 episodios de Colombo se dispersan irregularmente a lo largo de 35 años (1968-2003).
Detalles de la película
- Titulo Original: Columbo: Murder in Malibu (TV)
- Año: 1990
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
6.3
47 valoraciones en total
Una afamada escritora de novelas románticas mantiene un affaire con un joven playboy. Durante una entrevista en televisión confiesa su deseo de casarse con él. A la mañana siguiente aparece muerta.
Colombo se enfrenta a un crimen aparentemente sencillo que se complica cuando ya parecía resuelto. Los personajes principales son la hermana de la víctima, una mujer impetuosa, de modales bruscos, muy arrogante, y el novio, un mujeriego empedernido. El caso, a pesar de giros imprevistos, no plantea excesivas dificultades para el más brillante de los policías. La resolución al misterio se encuentra en la ropa interior de la víctima, más concretamente en sus bragas, objeto desde el principio de la sagaz mirada de nuestro teniente.
Las actuaciones son horribles, en particular la de Andrew Stevens, la trama no engancha demasiado, el humor, si se le puede llamar así, no resulta excesivamente gracioso. Pero al menos puedes observar la vida de los ricos en Malibú, con sus imponentes mansiones, sus habitaciones con vistas al mar, sus paseos por la playa, sus gustos caros, sus joyas, su esnobismo. Lástima lo del asesinato.
Murder in Malibu (Crimen en Malibú) (1990) dirigido por Walter Grauman es el sexto y último telefilm de la novena temporada y, cincuenta y cinco de la serie, pilotos incluidos. En ocasiones, los engreídos piensan que todo les saldrá bien a cuenta de quienes les necesita debido a la baja autoestima o extremada inocencia. El personaje Wayne Jennings (Andrew Stevens) algo sobreactuado, lleva al actor hasta el límite de lo creíble, reflejado por Grauman, sobre un guión de Jackson Gillis, presentándonos a un tipo zafio e indoloro ante los sentimientos ajenos, mostrando solo falsas apariencias sentimentales engañando con la máxima crueldad emocional, no estando dispuesto a ser un segundón en la vida.
Un conjunto de planos medios, detalle y primeros planos nos lleva hasta Theresa Goren (Janet Margolin) representando lo opuesto al vividor gigoló: la escritora tiene en sus libros el refugio perfecto y creativo, el gigoló utiliza sus endiosados atributos repartiéndolos sin el más mínimo asomo de arrepentimiento a necesitadas señoras y señoritas entre las cuales la insegura Helen Ashcroft (Laurie Walters), la fogosa la señora Rocca (Sondra Currie) o la hermana de su propia pareja Jess McCurdy (Brenda Vaccaro) engreída, malhumorada, mandona y amargada por casi todo, con todos.
Una llamada, para manifestar el amor incondicional entre los protagonistas, se convierte en el detonante que cambiará el rumbo de los acontecimientos y sus consecuencias a partir de la inesperada respuesta a Jennings de la voz femenina al otro lado del hilo telefónico entre primeros planos cargados de tensión inesperada envueltos en enrarecidos claroscuros y premonitorias sombras en la madrugada, bien llevado por el realizador, lo cual nos traslada con la urgencia del momento a contemplar sobre un largo plano secuencia en exteriores, el cambio de actitud de Jennings mientras se dirige entre aceleradas reacciones por carretera hacia Malibú con un resultado que deriva en la intervención del teniente de policía Colombo (Peter Falk).
La presencia de Colombo en Malibú a petición de su superior, amigo de la víctima, atrae también al teniente Schultz (Floyd Levine). Desde el mismo instante en el que toma las riendas del caso en el domicilio de la victima, nuestro detective detecta incongruencias en los rastros de un hipotético robo con violencia, la curiosidad investigadora le lleva, entre primeros planos y planos detalle hasta algunos de los habituales visitantes: Wayne Jennings y la hermana de la víctima Jess McCurdy.
Los elementos materiales y circunstanciales reunidos llevarán a Colombo hasta una sorprendente solución en un caso que partiendo del informe forense, lo cambia todo en un primer momento donde la víctima no queda vengada y el culpable se cree a salvo para sorpresa de Colombo lo cual le obliga a replantearse los hechos a partir de nuevas informaciones que influirán en el resultado final.
La novena temporada de Colombo finaliza con la débil creencia de un vividor a cuenta de su trabajado físico como llave para alegrar su bolsillo y erotizar vidas ajenas , precedido por uno de los casos más egocéntricos de la temporada con el pintor Barsini, continuado con el falso juego entre erotizados escenarios mediante el brutal y salvaje marketing, a lo que le sigue las irremediables ambiciones de poder en política jamás saciadas, la dolorosa asistencia a la sorprendente desaparición de la señora Colombo, y el insalvable imán de las apuestas que arrastra al doctor Wesley Corman hasta límites insospechados.
Complemento genealógico. Colombo cita a su mujer en seis ocasiones, a su sobrino en una ocasión y, a un hermano, una hermana pequeña y un hermano mayor en una ocasión cada uno.