El elemento del crimen
Sinopsis de la película
Fisher, un inspector de policía, regresa a El Cairo después de haber estado investigando un asesinato en Europa. Se encuentra en un estado de confusión que lo lleva a buscar la ayuda de un psicoterapeuta. Su objetivo es intentar reconstruir, por medio de la hipnosis, el crimen a partir de los datos que ha ido recopilando.
Detalles de la película
- Titulo Original: Forbrydelsens element (The Element of Crime)
- Año: 1984
- Duración: 103
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Opinión de la crítica
Película
6.2
23 valoraciones en total
El elemento del crimen combina a la perfección tres estilos cinematográficos de lo más inteligente: su primera parte es claramente estructa, sobre todo en cuanto a la actuación de los personajes y a la introducción de la trama se refiere, la segunda sigue paso a paso el movimiento miríctico en lo relativo a la narración de ficción, y, finalmente, la tercera parte (el desenlace en sí) no puede ser más sicróptica tanto en el tratamiento de la trama como en fotografía y sonido. Por tanto, reunidas esas tres partes en una, como visión general del film, se puede afirmar sin miedo a la equivocación que esta película se inscribe perfectamente en la corriente piposeadora, que tan maravillosa y minuciosamente trataron Minukante Koriolenko y Dasmia Smolenko en su única publicación editada, Muss man piposeeren? (algo rara de encontrar, pero cuya lectura recomiendo encarecidamente).
P.D.1.- Lo que espero que hayáis sentido leyendo lo anterior es lo que yo sentí viendo la película: una excelente forma y un interesante fondo sobrecargados hasta la saciedad de pedantería y estupidez. Qué pena, con lo chula que seguramente podría haber sido esta peli…
P.D.2.- Gafitas, te dedico esta crítica. ¡¡A quera!!
Von Trier filma una película totalmente asfixiante y cargada de creatividad visual. El espectador debe estar totalmente centrado para no perder el hilo de la historia, porque precisamente no se le da nada masticado.
El tratamiento de los espacios es sobrecogedor, no sabemos dónde nos encontramos porque todas las ciudades y hostales son igual de decandentes y la sociedad que plasma está marcada por la miseria y la corrupción de los valores. Sordidez de ambientes que se traslada a los personajes, puesto que el espacio es un personaje más: Europa (parece que al Danés le interesa marcar un retrato de la quiebra del viejo contiente, puesto que no se habla de ningún país en concreto, sino de Europa en general). Stanislavski estaría orgulloso de que su teoría interpretativa se filtrara al campo criminalista, pero seguro que no de sus resultados (tal y como los plasma Trier).
Una joya para curiosos y aquellos a los que no les importa perderse, tal y como hace el su protagonista, por los laberintos sombríos y color ámbar de una Europa que se cae a pedazos en todos los sentidos.
Atención a la poesía de la escena de los suicidas rapados. Brutal
El elemento del crimen (Forbrydelsens Element) primera película de Lars Von Trier después de graduarse en la escuela de cine. Lars sorprende y recibe con esta película un premio al Logro Técnico en el Festival de Cine de Cannes (1984).
Original y singular con su rodaje en color sepia, se sale de lo tópico y lo normal.
Sus decorados son oscuros, austeros, apagados y confusos, con ambiente mezquino y mísero.
Montaje cuidadoso y esmerado, con un argumento de suspense e incertidumbre recreandonos un mundo tenebroso.
Pulcra, escrupulosa escenografía y labor fotográfica.
Lars definirá aquí su idea del rodaje para próximas películas.
Buen film independiente.
Hasta el momento cada vez que veo un film de Lars Von Trier me quedo con sensaciones agridulces (a excepción de Dogville, en mi opinión la que sin duda es su mejor obra), refiriéndome con ello a ese contraste entre los aspectos brillantes y los oscuros (en ocasiones perversos y de innecesaria presencia, en mi humilde opinión) que poseen sus películas, algo a lo que volveré tras comentar este largometraje.
Nos encontramos con una interesante película de cine negro (en este caso, más si cabe), con una marcada presencia de aspectos profundos de la psique humana, curioso el hecho de que me ha rememorado en muchos aspectos a algo así como un Blade Runner , pero dirigido por Jean-Pierre Jeunet.
Todo comienza con la hipnosis de nuestro protagonista y detective Fisher, quién con ello pretende acceder a los recuerdos sobre su última investigación en Europa, con el fin de obtener las pistas necesarias para resolver dicho caso. El desarrollo nos ayuda a reflexionar sobre la naturaleza de nuestra sociedad actual, así como a divagar en otras cuestiones importantes como las sinrazones que llevan a cometer un asesinato, o la diferencia entre la entidad policiaca (reflejando a las autoridades que nos gobiernan y supuestamente velan por nuestro bienestar) y la población marginal inmersa en un sinfín de delitos, supuestamente condenados a ello sin remedio (reflejado en palabras por el personaje Kramer).
Como expresaba al principio, en cuanto a Lars Von Trier, me resulta imposible no ensalzar su magnífica fotografía, su soberbio manejo de la cámara, sus profundos diálogos y reflexiones, y sin duda la originalidad que siempre le acompaña, algo muy elogiable en los tiempos que corren en la industria cinematográfica. Pero a la vez no puedo evitar sentir repulsión, incomodidad, y la peor de las sensaciones, indiferencia, en muchas de sus escenas, todo posiblemente fruto de las normas sociales que rigen mi moral, pero que no excusan mi desagrado frente a la parte más enfermiza de nuestra humanidad, y de la que Lars se sirve en exceso durante muchas de las escenas (resaltando especialmente la pesadilla hecha realidad en Antichrist ).
1) Nada más empezar, el relato se adentra en una conciencia hipnotizada donde se funden los polos entre los que oscilará el argumento: la trama objetiva, protagonizada por el policía Fisher, y su mundo interior, cuyo nivel subconsciente es representado con abundantes recursos. El psiquiatra egipcio, guiando con su voz ‘en off’ el flujo mental, intentará descubrir durante la regresión eso doloroso y traumático que sucedió en Europa.
Para el caso que se le encargó, Fisher contactó con Osborne, su viejo maestro, autor del tratado El elemento del crimen, que propugna un método basado en el estudio psicológico de cada criminal para conocer sus pautas y anticipar sus pasos, método contrapuesto al del jefe Kramer, tradicional y severo, fuertemente satirizado.
El caso en cuestión, los crímenes de la lotería, es el de Harry Grey, asesino serial de niñas. Basándose en el método Osborne, Fisher se sumerge a fondo en el seguimiento de las pistas, a lo largo de un mundo siempre nocturno.
Claro, que la mente de un asesino no es precisamente neutra, y afecta a quien la estudia…
2) La estética acusadamente experimental del film es su rasgo más característico. El joven Von Trier pone en el primer largometraje todo su talento y su ímpetu innovador. Los ciento veintitantos planos, una sucesión de imágenes hipnagógicas, están prefigurados en riguroso story board. La fotografía (el director debe ser mencionado: Tom Elling) tiene tonalidad ambarina monocromática, con toques de color aislados, casi todos de azul en bombillas, neones, monitores. Crea una atmósfera densa y tenebrista, variante sensual y calurosa del B&N del noir.
La cámara se mueve a ritmo incesante por encuadres compuestos con criterio pictórico, y rompe las previsiones del espectador, desafiado por un espacio inusual y obligado a moverse él también, en busca de un suelo donde afirmarse. No se le facilitará.
Se ha señalado la influencia del expresionismo alemán pero la huella mayor es de Tarkovski. Agua, fuego, aire y tierra, los cuatro elementos, dibujan el del crimen.
El objetivo sigue al viento, las corrientes de aire. Se enfoca en un espejo del suelo e invierte las figuras. De forma recurrente pasan travellings cenitales, agua que corre por todas partes del paisaje ruinoso, cristales velados por brochazos blancos, papeles volantes, timbres telefónicos, lluvia y pasadizos, barro y fuego…
No es sólo un ejercicio experimental brillante sino la perturbadora indagación de un laberíntico tema borgiano: la confusión de las identidades antagónicas.
(Una nota personal en el spoiler)