El cocinero de los últimos deseos
Sinopsis de la película
Mitsuru Sasaki es un cocinero de talla mundial que ha perdido la pasión por su oficio. Aunque puede cocinar cualquier plato habiéndolo probado sólo una vez, su restaurante ha quebrado debido a su carácter extremadamente perfeccionista. Para pagar sus deudas, toma una decisión: cocinará personalmente una última comida para quien esté dispuesto a pagar un millón de yens por ella.
Detalles de la película
- Titulo Original: Kirin no shita no kioku aka
- Año: 2017
- Duración: 126
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Opinión de la crítica
Película
6.3
64 valoraciones en total
Puntuación: 6,5
*Un género propio
Existe en Japón lo que después de muchos años es ya considerado un género en toda regla, el cómic gastronómico. En ellos, toda historia gira en torno a la cocina y la comida, al placer de degustar un plato muy concreto, a paliar el hambre regalando experiencias al paladar. Allí, es todo un éxito que cuenta con un sin fin de lectores fieles, tanto que ya podemos ver programas o series de televisión intentando captar esa misma sensación: la evocación de degustar un plato a través del papel o la pantalla.
Yojiro Takita no ha dudado en apostar por este género con su último filme y el resultado es en cierta medida confuso. Logra transportarnos a otro lugar a través de la comida, pero puede que sea ahí donde acaben todas las emociones que intenta trasladarnos.
*Una larga historia de uniones
Obra resultado de la adaptación de la novela de Keiichi Tanaka, el director nos narra a través de una trama que viaja por varias épocas en un territorio con influencias de tres culturas diferentes (la japonesa, la china y la rusa), la historia de un cocinero que cambió la vida de quienes le rodearon. Es esta una narración repleta de grandes temas como la familia, la amistad, la búsqueda de la perfección, las diferencias políticas, los secretos generacionales…todos unidos por un único tema: la cocina.
No cabe duda que lo que Takita nos cuenta es emotivo pero, es en estos momentos de mayor tensión dramática, cuando opta por recurrir erróneamente al sentimentalismo fácil y las sobreactuaciones del dolor. Sucede a veces en el cine oriental más comercial, como si eso pudiera funcionar allí, pero aquí no llegará a ser creíble. Aún así no es justificable, se echa de menos esa sutileza dramática que sí aparece en tantos productos orientales, y se echa de menos cuando la cinta derrocha otro tipo de trabajo bien elaborado: el técnico.
Dejando de lado las diferencias narrativas entre oriente y occidente, aquí presenciamos un gran logro, el de hablar sobre la unión de pueblos, culturas, familias y personas a través de la comida. En ese sentido, es toda una celebración.
El cocinero de los últimos deseos es entretenida, conmovedora o previsible a ratos, artificiosa o mal justificada, pero de la que finalmente terminas disfrutando en mayor o menor medida.
*El peligroso placer visual de la comida
Pero, no es ese logro de unir personas el más satisfactorio que presenciamos. Tenemos ante nosotros una película totalmente placentera, con una calidad visual y sonora capaz de acercarnos los platos a la sala, el cine aprovechando al máximo las cualidades de la comida. Por poco no se huele lo que nos muestran. Es la representación más firme del gusto oriental por la estética gastronómica, la admiración por lo bien presentado y lo sugerente.
Logra así algo más grande: unir el cine y la gastronomía como pocas veces se ha visto antes. Nunca se ha estado tan cerca de transmitir el sabor al espectador. La película se disfruta, más en pantalla grande, con un gran derroche de planos detalle, una fotografía que resulta exquisita y un sonido que te involucra en cada bocado. Logra hacer que se te quede el recuerdo de los platos en la cabeza del mismo modo que sucede después de visitar un buen restaurante.
Solo una advertencia: el placer puede resultar tortuoso si se acude a la sala con hambre. La duración de El cocinero de los últimos deseos es de dos horas y seis minutos, lo suficiente como para que los estómagos no prevenidos rujan con descontrol.
*La conclusión
Resulta una cinta de visionado indispensable para quienes disfrutan del género gastronómico ya citado, para quienes simplemente gustan de ver productos relacionados con la cocina o quieren disfrutar de una experiencia más que de una película. Un filme agradable que imagino formando parte de un plan perfecto: cine y posterior cena en un buen restaurante oriental. Anótenlo.
Escrito por Elena Ramos Nieves
Kazunari Ninomiya, un actor al que naturalmente no conozco, posee una mirada profunda y un rostro que hace creíble su destacado trabajo, mostrándose como un extraño y complejo cocinero de habilidades extremas para la confección de platos raros.
Mezcla escenas de cocina creativa con otras de relleno. Posee cierta sensibilidad en su desarrollo y también un aire prosaico que desdibuja el conjunto. La música es adecuada, aunque no sobresale, al hacerse notar.
Quizá le sobren minutos, no obstante su envoltorio poético, da como resultado un producto bien cocinado (valga el símil) y con evidente buen gusto en su paladar.
Muchas de sus escenas desprenden un aroma distante, pero bien ejecutado. Secuencias donde su protagonista con ese frío desempeño, muestra la voluntad de un chef que se resiste a transgredir con algo que no suponga lo mejor.
Ciertos tramos resultan innecesarios, pues no aportan al conjunto nada imprescindible… Planea sobre ella, en todo momento un aire poético, de bien ambientada narrativa, donde todo debería unirse para rescatar a los sentidos de esa frialdad presente y continua.
Tenía expectativas puestas en ella, algunas se han cumplido…
Basada en la novela escrita por Tanaka Keiichi. Transcurre en Japón a principios de la década de 2000 y en Manchuria en la década de 1930 y sigue las vidas de dos chefs que poseen la lengua de Kirin: la capacidad de recrear perfectamente un plato una vez que lo han probado.
Kazunari Ninomiya interpreta a Sasaki Mitsuru, un chef moderno que tiene la capacidad para recrear cualquier plato, pero ser tan exigente tuvo consecuencias y quebró su restaurante, algo que le endeudo, por lo que se dedica a cocinar para gente muy exclusiva. También para personas en su lecho de muerte preparando sus platos favoritos a precios exorbitantes. Es cuando aparece una persona millonaria y le hace una propuesta, encontrar unas recetas perdidas en los años 30 que se hicieron para una cena real… El cocinero en cuestión era un famoso chef de la época llamado Naotaro Yamagata que creo mas de 112 recetas con la mejor comida china y japonesa.
Takita Yojiro, director de la magnifica Despedidas (Okuribito), que llevaba cinco años sin ponerse detrás de una cámara coge el tema de la cocina con mucha naturalidad y pasión, tomando dos historias en dos décadas diferentes pero con un nexo común de unión. Y con una sorpresa final que nos hará entender todo lo que ocurre.
La sucesión de eventos pasados alternando con el presente deparara muchas sorpresas, y la historia se vuelve muy interesante. Otra cosa buena que trata el film es la historia de la invasión japonesa de Manchuria. Puede incluso verse como existe una cierta disculpa por los errores que Japón cometió. Una película buena que hará las delicias de los paladares más exigentes.
Destino Arrakis.com
El veterano director japonés Yōjirō Takita logró el reconocimiento internacional hace 10 años con su película Despedidas ( 2008 ) , con la que logró para su país el premio Óscar en la categoría de película de habla no inglesa. Esa película es una joya más del cine asiático, que es uno de los que ofrece cada año películas de mayor calidad en géneros diferentes y abordando temas muy variados.
En esta ocasión el cineasta nipón se ha decidido a adaptar la novela Kirin no shita no kioku escrita por su compatriota Keiichi Tanaka en 2014, cuya historia se desarrolla en dos etapas diferentes: en un periodo bastante actual ( primera década del siglo XXI ) y en la década de los 30 del siglo XX durante el periodo en el que Manchuria era un territorio en conflicto.
La película se mueve por diferentes géneros, desde el drama de personajes, hasta el suspense o la comedia, y en todos ellos plantea asuntos interesantes con el tema de la cocina de fondo, teniendo en cuenta que los protagonistas son o han sido cocineros de prestigios, y al mismo tiempo recrea muy bien las dos épocas, tanto en la actualidad como sobre todo en lo que sucede en el pasado, con la narración por parte de uno de los personajes de su vida cuando era joven y que tiene relación con lo que sucede de manera paralela en la actualidad.
La historia se inicia con el protagonista, Mitsuru Sasaki, en su nueva vida preparando platos para gente que está a punto de morir, como manera de cumplir sus últimos deseos, y al mismo tiempo se plantea un tema de su pasado en relación con sus padres y la relación en la actualidad con su hermano. Pero la película da un giro cuando el joven cocinero recibe un encargo para el que se tiene que desplazar a Pekín, y en esa reunión con el chef Yamagata, uno de los más famosos del siglo XX descubre que además de cocinar para este reconocido cocinero tiene que encontrar un libro de recetas, que en el fondo es lo que le interesa a esta persona, y que va narrando su pasado y la importancia de ese libro.
La película tiene un guion muy bien trabajado que desarrolla bastante bien los diferentes asuntos, haciendo que el espectador mantenga el interés en lo que va sucediendo en el presente y en el pasado de Yamagata, y que únicamente pierde fuerza en la parte final. Además cuenta con otros aspectos positivos, entre los que destaco saber introducir bastante bien la preparación de platos y los asuntos culinarios sin llegar a saturar en exceso, y logrando alegrar la vista con esas delicias que dan ganas de comer mientras estás viendo la película. Hay una gran recreación de la época con un diseño de producción muy bien cuidado y un diseño de vestuario espectacular y con colores llamativos durante las escenas del pasado, y se emplea bastante bien la música de tono clásico y la fotografía logra captar unas imágenes de gran belleza.
Una película que tiene momentos de cine de época con otros de situaciones más modernas típicas del siglo XXI, y que cuenta también con unas actuaciones correctas por parte de los secundarios, y sobre todo un gran trabajo de Kazunari Ninomiya, el protagonista que interpreta a Mitsuru, actor conocido por su papel importante en Cartas desde Iwo Jima ( 2006 ) .
Una película sencilla, fácil de recomendar al público medio y a los que disfrutan con ese cine asiático de época, y es la confirmación del talento del cine japonés y del director Yōjirō Takita.
LO MEJOR: El guion, el diseño de producción y la recreación de la época.
LO PEOR: Pierde algo de fuerza e interés en la parte final.
Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net y http://habladecine.com/