El bosque del luto
Sinopsis de la película
Shigeki vive en una pequeña residencia de ancianos. Allí se siente a gusto y feliz con los demás residentes y con el personal que les atiende. Machiko, una trabajadora social que pertenece a dicho equipo, le presta especial atención, aunque en su interior le atormenta la pérdida de un hijo. Para celebrar el cumpleaños de Shigeki, Machiko decide llevarle a dar un paseo en coche por el campo. Pero el coche se queda parado en la cuneta. El anciano se interna con decisión en el bosque, y Machiko no tiene más remedio que acompañarle…
Detalles de la película
- Titulo Original: Mogari no mori (The Mourning Forest)
- Año: 2007
- Duración: 97
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Opinión de la crítica
Película
6.3
59 valoraciones en total
«Unas palabras sobre Mogari: Es el período dedicado al luto, para pensar en los seres queridos. Es también la cadencia del luto. La etimología de la palabra vierte.»
Naomi Kawase no se corta ni un pelo: después de enseñar las tetas flácidas de su abuela, abrirse de piernas y contar todas sus intimidades en Nacimiento y maternidad (en formato documental) dirige su mirada de la vida al luto, de la muerte a la vida.
A la Kawase le importa una mierda saltarse los ejes, que la cámara se tambaleé como si estuviésemos en el terremoto de San Francisco (y con almorranas), que se escuchen bostezos en las salas donde se proyectan sus películas y, en definitiva, realizar y sumergiese en los protocolos cinematográficos donde se enredan otros: su cine es una oda a la libertad donde hilos invisibles la amarran para evitar el impacto suicida.
Esencia fílmica de un cine contemporáneo sumido al estallido de sentimientos ocultos donde la directora de Shara se vale de una mirada veraz y documentalista sobre sus personajes. Sin los paisajes que acompañan su filmografía no funcionaría nada del conjunto, sin sus planos secuencias y los sonidos que los acompañan amoldando el ritmo de la acción o sin el respaldo de actores no profesionales no alcanzaría el clímax experimentando sensaciones.
El bosque del luto habla de las emociones devastadas por la ausencia y de la incertidumbre de continuar viviendo. La vida nunca será igual. El agua que corre por el río nunca volverá a su fuente.
Bellas metáforas incandescentes y suicidas como único modo de saber si al otro lado de la pantalla, entre algunos bostezos, hay vida o sangre que llega a la cabeza entre gemidos ocultos que nos recuerdan a La balada de Narayama. Sí, los caminos del Kiarostami de El sabor de las cerezas o Gerry de Van Sant son ilimitados…
Esta película puede desesperar y enamorar a partes iguales. Kawasa retrata un viaje de un anciano senil y de una joven, ambos perdieron a seres queridos, a un bosque donde poder dar su último adiós.
El anciano Shigeki perdió hace 33 años a su mujer Mako, mientras que la joven Machiko enterró a su hijo por un accidente. Los dos pasan sus días en una pequeña residencia de jubilados que hay en las montañas. Allí reina la paz y la armonía.
Para olvidar y para hacer olvidar, Machiko se lleva a Shigeki en el coche de excursión, pero el coche se estropea. El anciano se adentra en el bosque y la joven le sigue sin saber dónde quiere ir Shigeki. En este extraño viaje los dos protagonistas tendrán tiempo para conocerse entre ellos y así mismos. Llorarán a los seres perdidos y revivirán miedos pasados. La naturaleza les hará sentirse vivos para volver a reiniciar sus vidas.
El bosque de luto es una película hermosa con un mensaje bonito, aun que algo confuso. Kawase habla sobre la vida, la muerte, la naturaleza y sobre el rencuentro con uno mismo y con los demás. Las interpretaciones de los actores me han gustado, sobretodo la de Shigeki, un hombre no profesional que borda el papel del anciano senil.
En ocasiones la directora quiere primar la imagen sobre el contenido y esto provoca que el film sea más lento de lo necesario, también hay que reprochar el abuso de la cámara en mano, ya que el espectador puede quedar algo aturdido con tanto movimiento de cámara. Es difícil comprender lo que se está viendo y si a esto le unes el exceso tembleque de la cámara, el resultado puede ser un mareo innecesario.
El resultado final es bueno, aunque es comprensible que a mucha gente no le agrade el cine de Naomi Kawase.
En este mundo que se mueve demasiado rápido, en el que ya no hay casi tiempo para cruzar miradas y sentarse a hablar, El Bosque Del Luto nos recuerda lo importante que puede llegar a ser a veces buscar el refugio y el apoyo del otro para poder seguir caminando.
Una mano que acaricie tu cabeza, unos ojos que lloren tu dolor, una mirada que te diga que alguien en el mundo sabe lo que te está pasando…puede salvarte y devolverte el aire que necesitas.
EL BOSQUE DEL LUTO ES UNA BELLEZA….
Que mira en silencio, que toma tu mano y te lleva a pasear por un denso bosque agridulce.
Que te enseña que las lágrimas son maravillosas cuando sirven para limpiar y la risa es la mejor medicina natural que podremos encontrar en la naturaleza.
Que dice que los ancianos son la vida que se apaga, una vida que hay que respetar y saber escuchar. (Cuánto tenemos que aprender de ésto en Occidente)
Que camina y respira siguiendo su propio instinto
Que cree en las personas y en el amor eterno
Que baila al ritmo de una música conmovedora
Una película para disfrutar , para mirar, oler y también para meditar sobre nuestras propias vidas.
BESOS
He calificado esta película de pasable, porque significa que se puede ver, pero que a mi personalmente no me aportó absolutamente nada. Eso no quiere decir que otras personas no puedan encontrar algo especial en ella. Tuve la oportunidad de verla en el Festival de Cine de Ourense.
La primera parte es interesante. Los personajes se presentan, se conocen, se acerca su historia al espectador. Pero la segunda parte intenta ser una metáfora que se pierde y no se explica. Yo personalmente no lo entendí. Se me hizo lento y la historia perdió mucha fuerza. Y el final tampoco salva la película. Interesante si encontré la fotografía de la película en algunas secuencias, pero poco más.
Hermosa y bella película nos ofrece la directora japonesa Naomi Kawase. Cine aunténtico y sin concesiones. Todo en ella está en su sitio, no falta ni sobra nada.
Del dolor y la soledad, de las heridas del alma que no cicatrizan y pesan como una losa, del desasosiego que nos aparta del mundo humano y de la naturaleza aunque esté en frente de nosotros. Todo ésto y más nos ofrece de manera brillante Naomi Kawase.
Sin caer en el esteticismo y de manera magistral Kawase radiografía el dolor profundo y vital de la perdida de un ser querido y sus consecuencias que se manifiesta en dos personajes.
Este dolor excluyente frente a otro dolor se manifiesta agresivo en el anciano y pasivo en la mujer joven, dos almas perdidas en el camino que tan solo comparten espacio en el geriátrico donde vive el hombre y trabaja la mujer con lazos de comunicación nulos a pesar del esfuerzo de ella por acercar puentes de unión.
Será un viaje inesperado a través del bosque cuando la situación cambie por completo y una secuencia clave posibilite la tranformación. Del rechazo a la unión por medio del abrazo y del CALOR tanto fisico como vital.
El gran valor de Kawase es implicarnos en esta historia sencilla y brillante sin grandes aspavientos, hacernos pensar sin incomodarnos y comprender a sus personajes para ayudarnos a comprendernos a nosotros mismos, porque ¿quién no tiene alguna que otra herida en lo más profundo de su corazón?
El mensaje es claro, nos necesitamos los unos a los otros, necesitamos compartir la naturaleza, abrazarla y dejar que nos traspase su energía. Abrazos, muchos abrazos para compartir el dolor dando paso a la sonrisa, la sonrisa como liberación.