El alcalde, el guardia y la jirafita
Sinopsis de la película
Otello, que lleva siete años en el paro, desea ser guardia municipal, y sólo eso. No quiere ningún otro puesto. Gracias a su terquedad, consigue que el alcalde, que está en período de elecciones, le dé el ansiado puesto. Él intenta hacerlo lo mejor posible, pero las cosas suelen salirle mal… Para ser sinceros, bastante mal.
Detalles de la película
- Titulo Original: Il vigile
- Año: 1960
- Duración: 100
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Opinión de la crítica
Película
6.7
32 valoraciones en total
De los directores clásicos de la comedia a la italiana, COMENCINI, RISI, GERMI, MONICELLI, ZAMPA es el más desconocido de todos ellos y no por ello menos importante.
Merecen especial atención aparte de los dramas, las comedias rodadas con ALBERTO SORDI,que junto a MARCELLO MASTROIANNI y VITTORIO GASMAN constituyen el trío de intérpretes de la comedia a la italiana.
El arte de apañarse, el médico de la mutua y bello, honesto, emigrado a Australia quiere casarse con chica intocada, ladrón el ladrón ella ,junto con la que nos ocupa constituyen un ejemplo de ello .
El guardia …. .es una comedia divertidísima que junto con un excelente guion, que tiene su parte acida y critica pero presentada de la forma más amena posible , y una extraordinaria interpretación de Sordi, bien secundado por De Sicca, como el alcalde ,es uno de los mejores ejemplos junto con Rufufu, Divorcio a la italiana, Perfume de mujer , de comedia a la italiana .
Luigi Zampa dirigió algunas de las películas con más éxito de la historia del cine italiano, sin embargo, nunca se convirtió en un director de éxito, como los grandes Monicelli, Risi o Comencini. Zampa experimentó con el Neorrealismo encontrando su propia y original voz, después hizo comedias y fue el precursor de las películas de crítica social, pero Zampa nunca ha sido considerado un maestro o un padre fundador de ninguna de estas modas o géneros. Quizá Zampa siempre estuvo un poco adelantado a su tiempo, en 1948 hizo Anni difficili, una comedia sobre el fascismo y el posfascismo, que se convirtió en una moda en los sesenta, la película de 1952 Proceso a la ciudad (Processo alla città, 1952), basada en un argumento de Francesco Rosi, fue la primera película sobre la Camorra, L’arte di arrangiarsi, en 1954, prefigura el personaje interpretado por Sordi en toda su carrera. Últimamente los fans de Zampa van creciendo en número, un director de quien Ettore Scola dijo que introdujo la vena satírica en nuestro neorrealismo y ayudó a crear un estilo italiano de comedia. Zampa deseaba reírse de las tragedias de los hombres, pero reírse civilizadamente.
Zampa dirigió en 1960 esta afilada comedia de la que hoy nos ocupamos y en la que el protagonista es Otello Celletti, maravillosamente interpretado por el gran Alberto Sordi, quien consigue un enchufe del alcalde de su ciudad, encarnado por el no menos grande Vittorio De Sica, para colocarse como guardia urbano. Otello, un caradura vanidoso, cínico y soñador a la vez, se convertirá en un problema para el alcalde, primero por hacer mal las cosas y luego por querer hacerlas bien.
Alberto Sordi encarnaba en una obra previa de Luigi Zampa, El arte de apañarse (1954), al prototípico camaleón que se adaptaba a cualquier circunstancia para disfrutar de los privilegios del poder, ajustándose la camisa que correspondiera convenientemente en cada momento (fascista, comunista, demócrata cristiano…). La cuestión es ser Algo. En El alcalde, el guardia y la jirafita sea con batín satinado o uniforme policial que cruje aspira a ser hombre de lustre, ser alguien, alguien que destaca en el tráfico de la vida, sin que le preocupen demasiado las facciones. En Proceso a la ciudad (1952), Zampa también había dejado en evidencia cómo la corrupción afecta a muchas capas de la sociedad, lo que diferencia los tiempos, como apunta el padre de Otilio, es que ahora si necesitan acallarte recurren a untarte con mucho dinero.
Todo un suculento recital de lo más granado de la comicidad gestual transalpina para contar las dificultades del tráfico rodado en tiempos, situaciones y personajes caóticos. Realmente divertida.
Después de ver una película así lo primero en lo que pienso es que en el mismo lugar y apenas una década antes el neorrealismo lo ocupaba todo. Las historias tristes, los dramas crudos, la pobreza y todo ese malestar social que vino después de la IIªGM en Italia, tuvo como consecuencia en el cine lo que todos conocemos, hablamos de finales de los cuarenta y toda la década de los cincuenta. He curioseado también a partir de ese año 1960 en el que Zampa realizó esta delirante comedia con Sordi al frente y no son pocos los títulos de renombre que se filmaron en esa década, títulos etiquetados como neorrealistas, que nada tienen que ver con El alcalde, el guardia y la jirafita .
Cuestión de gustos, cuestión de momentos, el caso es que una comedia que arranca con nuestro protagonista en batín yendo a hacer la compra al bar, ver cómo cruza la calle y observar que ya tiene tiempo de liarla hasta llegar a la esquina, algo así, es especial siempre y ya da igual por dónde vaya la película. Lo de Sordi es un escándalo, jamás me cansaré de gritarlo a los cuatro vientos. Una película así sólo es admisible con un actor como él y sólo es posible reírse de verdad gracias a él. Sordi, o el personaje que interpreta, es un bicho que no sabes si le darías un bofetón a veces, pero es único y genial.
Allá donde va, ese tío se hace notar, es incorregible, es único y maravilloso, la creación de Zampa y la interpretación de Sordi salvan a una película que apenas sería regular si no fuera por su oficio. Algo así hecho en otro país, con otros actores, no funcionaría igual.
¿Con qué me quedo?, no sé si el traje de policía le sienta mejor que el batín del principio… Escandaloso… Cualquier momento es bueno para ver algo así…