El abanico de Lady Windermere
Sinopsis de la película
La señorita Erlynne, una mujer de mediana edad, se ha fijado en el señor Windermere, que ya está casado con una mujer joven y guapa pero muy conservadora socialmente y dura en sus juicios sobre los demás. El señor Windermere se interesa poco a poco en la señorita Erlynne. Su esposa descubre esto y comenta sus inquietudes a Lord Darlington, un hombre que no esconde su interés por ella y le aconseja que venga a vivir con él. Un día, la señorita Erlynne le aconseja a la señora Windermere que no cometa los trágicos errores que ella misma cometió en su juventud y le revela un secreto guardado desde hace tiempo…
Detalles de la película
- Titulo Original: The Fan aka
- Año: 1949
- Duración: 89
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Opinión de la crítica
6.7
94 valoraciones en total
El abanico de Lady Windermere es una buena opción para el goce y disfrute de los amantes del cine clásico. Se basa en una obra de teatro de Wilde, quizá por ello los diálogos nos puedan parecer un pelín sencillos pero esto es sólo en apariencia ya que si se sabe leer entre lineas Wilde dice más de lo que parece.
Realmente, el film encierra una fuerte e irónica crítica del autor a las conciencias libres de pecado , a las buenas gentes que jamás cometen ningún error porque los pecados y los errores son de los demás. Por tanto, los temas principales aquí son la hipocresía, la tolerancia y las apariencias. Esta obra de Wilde llevada a la gran pantalla quizá se comprenda más si se tiene en cuenta la intolerancia e incomprensión que sufrió el autor en a sociedad de su época.
Alguien puede pensar que el tema central de la película está pasado de moda o que quizá es exagerada la forma de actuar de algunos personajes para guardar las apariencias, pero detengámonos un momento a pensar… ¿Acaso las apariencias, caretas o la doble moral no son temas de rabiosa actualidad?
Yo disfruté mucho con la peli. Bastante recomendable por mi parte.
Saludos.
Esta peli aparece citada en Wikipedia como una de las peores películas de la carrera de Preminger , lo cual demuestra que tampoco hay que fiarse demasiado de Wikipedia (de paso, digamos que el mencionado artículo de la enciclopedia libre es uno de los peores wikiartículos jamás aparecidos, baste señalar que acaba el recorrido por la obra de Preminger en 1939). Pero a lo que vamos. Preminger, que provenía del mundo teatral, adapta esta obra de Oscar Wilde con un curioso mecanismo. Frente a lo que suele suceder con las adaptaciones de piezas teatrales, en The Fan se reduce el argumento en vez de extenderlo, pero, para compensar, se añade una trama posterior que, si bien es verdad que adultera un poco el original de Wilde, también lo es que le proporciona una perspectiva más consoladora. En todo caso, El abanico de Lady Widermere no es una de las peores películas de la carrera de Preminger , sino más bien todo lo contrario. Por supuesto, hay que señalar la interpretación de George Sanders en un papel que parece expresamente creado para él, aunque el resto del reparto no desentona.
Oscar Wilde estreno The Wndermere´s Fan en 1892 en el St. James´s Theatre de Londres. El dramaturgo irlandés se muestra intransigente y mordaz criticando la hipocresía, el cinismo y la doble moral de la sociedad que le tocó vivir, un azote a las buenas conciencias que se apresuran a juzgar con ligereza la conducta de los demás. Reflejando una sociedad victoriana hedonista y decadente. Además de la proliferación de frases lapidarias de ingenio y de un sutil corte cínico, la trama está perfectamente estructurada sobre los apuros de una dama de recto pensamiento, Lady Windermere, al descubrir las relaciones de su marido con una mujer de controvertida reputación y el vuelco que da la situación al entrar en contacto con ella. Wilde desenmascara y pone en evidencia la moral retrógrada, censurando a esos patéticos y altivos personajillos.
La versión que realiza Otto Preminger, sobre la obra de Wilde, contiene la prosa en todo su esplendor, quizás no llegue a la altura de la versión de Lubistch, aunque al ser una película de cine silente en 1925, queda un tanto lastrada o incompleta al no poder disfrutar de ese verbo corrosivo e insolente del dramaturgo. Narrada con un elegante flash back, el cineasta nos muestra hechos, no su opinión acerca de ellos. Somos nosotros quienes debemos sacar conclusiones, juzgar y comprender. Preminger es un analista, su estilo tiende a la desnudez a través de la búsqueda del trazo esencial de la eliminación de todo detalle superfluo. El casting es excelente, con una bellísima y voluble Jeanne Crain, la elegancia y experiencia de Madeleine Carroll, la juventud inexperta de Richard Green y la ironía de un gentleman como George Sanders.
Un film delicioso, lleno de perspicacia, sentido del humor y sabiduría sobre los corazones humanos, que certifica la vigencia de un clásico, la perfección de sus líneas, de su estructura, tanto en lo visual – su impecable fotografía – como en lo conceptual, donde la emoción no viene del sentimiento sino del intelecto. Un cineasta capaz de encarnar en unos actores unos personajes, de convertir en confrontación dramática cualquier tema, de hacer de cualquier historia narración cinematográfica pura, una lección incontestable de puesta en escena.
Película en b/n de excelente montaje y desarrollo, como era habitual en los trabajos de Otto Preminger.
El argumento es el de una anciana que en una casa de subastas reclama un abanico que señala como de su pertenencia. Como allí necesitan a alguien que avale que efectivamente le pertenece, ella sale a buscar a un anciano conocido de su juventud para que atestigue a favor de que el solicitado abanico es suyo. Mientras el anciano decide o no acompañarla, empieza a rememorar como se conocieron y qué personas e historias hubo en torno a ese abánico.
Es una película encantadora, con una joven Jeanne Crain (aquella actriz que se parecía bastante a Vivien Leigh o viceversa) llenando la pantalla con su papel de joven mujer casada y enormemente enamorada de su esposo.
A destacar dos conversaciones que se dan en la trama. Una acerca de lo que es mantener un cierto misterio personal, según el autor de la obra de teatro del mismo nombre (Oscar Wilde) El misterio es la prenda más importante en el armario de una aventurera (alguien que ama la aventura) . Y dos, cuando la protagonista principal, que narra hacia atrás la historia, cuenta una de las estratagemas clásicas en las mujeres cuando tratan de cazar a un hombre con el que matrimoniarse y ya lo tienen medio cautivado o enamorado perdido: Sólo me hará falta la técnica más primitiva: un día lo colmo de atenciones y al siguiente me muestro indiferente.
Como todas las obras que creó el genial Oscar Wilde, ésta también es digna de contemplarse. Se aprende bastante con su contenido y se pasa un rato delicioso, máxime en esta adaptación de Otto Preminger, de enorme calidad y filmado.
Cuando se estrenó en Londres, El abanico de Lady Windermere (1892), la celebridad del escritor irlandés, Oscar Wilde, quedaba en lo más alto y era ya prácticamente reconocido en todo el mundo por la exquisitez de su prosa y la lucidez de sus historias. Con esta obra, el escritor reforzaba su punzante crítica contra la hipocresía e intolerancia de la sociedad en la que le correspondió vivir, y de nuevo, sacaba a la luz la grandeza de algunas de esas mujeres que tenían que sufrir indefinidamente la comidilla y la discriminación, por un error cometido alguna vez en sus vidas.
Era como si Wilde presintiera que, una tormenta de intolerancia social, estuviera a punto de arrojarse contra él mismo por sus particulares relaciones amorosas… y entonces se anticipaba a demostrar las horrendas injusticias que podían cometerse.
El abanico de lady Windermere es una obra fascinante, emotiva, sincera, mordaz y profundamente humana, en la que una mujer aspira a reencontrar un poco de su perdido pasado, y buscando redimirse, consigue entrar en el hogar que conforman Arthur Windermere y su esposa Margaret, por quienes siente un especial afecto aunque, los prejuicios, harán parecer que llega más como una intrusa.
Los diálogos, son dardos que apuntan con firmeza hacia la diana y siempre dan en el blanco:
¿Por qué los hombres creen complacer a las mujeres cuando les dicen cosas en las que no creen?
Es absurdo dividir a la gente en buena o mala. La gente es tan solo encantadora o aburrida.
Hay momentos en que es preciso escoger entre vivir la propia vida, de manera plena, cabal y completamente… o seguir arrastrando una existencia falsa, superficial y degradante como las que pide ese mundo hipócrita.
No arruinamos una vida y quedamos impunes… también arruinamos la nuestra desde ese mismo momento.
La adaptación cinematográfica que, con rodaje en Inglaterra, ha hecho el director Otto Preminger, es la quinta que se realizara de esta inolvidable obra que, todavía hoy, sigue interesando a los cineastas de todo el mundo, pues, además de las numerosas versiones televisivas que se han venido haciendo, dos nuevas películas se han estrenado en 2014 y 2015.
Preminger inicia su versión con un simpático agregado que, los guionistas Walter Reisch, Dorothy Parker y Ross Evans, le hicieran a la historia, mostrando a Mrs. Erlynne como una mujer sexagenaria que, de pronto, descubre su abanico (una suerte de leimotiv con esencial significado) en una sala de subastas a la que ha asistido. Tras encontrarse con Lord Darlington -también con grandes arrugas surcándole el rostro-, un flashback a ratos interrumpido, irá rememorando el trascendental incidente que les permitió conocerse.
Fiel a la trama y a sus mordaces diálogos, esta magnífica versión se torna tan memorable como la obra maestra que nos legara Ernst Lubitsch en 1925, y de nuevo, la obra de Wilde recupera esa vigencia que tiene ya el sello de la perennidad.
Encantadoras actuaciones de Madeleine Carroll, George Sanders, Jeanne Crain y Richard Greene… y como no mencionar a Martita Hunt en su venenoso y muy llamativo rol de la duquesa de Berwick.
Título para Latinoamérica: EL DESLIZ DE LADY WINDERMERE