Easy Rider (Buscando mi destino)
Sinopsis de la película
Dos jóvenes motoristas de Los Ángeles emprenden un viaje hacia Nueva Orleáns. Cruzan todo el país con la intención de descubrir América. Después de vender cocaína a un hombre de Los Ángeles, Billy y Wiatt (alias Capitán América) asisten a la fiesta del Mardî Gras. Pronto reanudan el viaje y se van encontrando con personajes de lo más estrafalario, entre ellos un ranchero y su familia, o un autoestopista de una comuna hippie, antes de ser arrestados en un pueblecito por parar sin un permiso. Su compañero de celda, un abogado borracho, les hace un gran favor sacándoles de la cárcel y luego decide unirse a ellos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Easy Rider aka
- Año: 1969
- Duración: 94
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Opinión de la crítica
7
30 valoraciones en total
A medio camino del lirismo y del discurso elemental, Peter Fonda y Dennis Hopper escriben e interpretan Easy rider, un alegato de la libertad y una denuncia de los falsos valores en que se asentaba la sociedad norteamericana, convulsionada ante la recesión económica, la segregación racial, las tensiones internacionales y la represión contra las actitudes progresistas. Evidentemente, hablamos de la sociedad americana de los 60.
Aprovechando que el auge del rock facilitó que muchos autores usaran este medio de expresión para arremeter contra el sistema, Hopper, en su primera película como director, filma el viaje de dos moteros melenudos por las solitarias carreteras de California a Louisiana al ritmo de Steppenwolf, The Byrds, The Band, Dylan, Hendrix, McGuinn (solito) y otros tipos subversivos…
Fonda y Hopper interpretan a dos jinetes modernos: Wyatt y Billy cruzan las inmensas praderas y los bellos desiertos de los EE.UU., al caer la noche charlan alrededor de una hoguera y duermen al raso. Pero sus cabalgaduras son unas imponentes motos. En vez de mascar tabaco fuman marihuana. Y no comercian con vacas sino que trafican con cocaína. Su condición de nuevos jinetes se evidencia en la secuencia en la que tienen que arreglar una rueda junto a dos viejos vaqueros que, al tiempo, hierran un caballo. Además, sus nombres son homenajes a legendarias figuras del viejo oeste, el sheriff Wyatt Earp y el fuera de la ley Billy the Kid.
En su itinerario, el objetivo se deleita en los rostros al viento y en las motos, que dejan a su paso un paisaje de presencia inalterable. Y en las paradas hay tiempo para visitar una comuna hippie y una cárcel de pueblo. Y un bar lleno de rednecks recelosos de lo que no sea el estilo de vida que conocen, tanto como para…
Aquel año de 1968 vería la luz la ópera prima del veterano actor con fama de problemático e irreverente (a parte de sus reconocidos y excesivos devaneos con el mundo de las drogas), Dennis Hopper, quien junto con su amigo, el hijo del mítico Henry Fonda y hermano menor de Jane Fonda, Peter Fonda (padre de Bridget) y el escritor, novelista, ensayista y guionista norteamericano de la denominada generación beat, Terry Southern ( Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (1963) ) escribieron el guión de esta mítica, pionera y sui generis road movie de tintes hippilongos entre arenas movedizas de mundos oníricos de acidez lisérgica…cuyo título fue idea de Southern tomado prestado del slang (o vocabulario tradicional popular) de la cultura yanki… Easy rider cuyas distintas acepciones a lo largo de la historia han ido cambiado de sentido y matización según el contexto de la etapa histórica en que se utilizara…
Así, durante la década de los 60 se estrenó el sentido de mujer liberada sexualmente, sin prejuicios ni ataduras morales o religiosas, adquiriendo más tarde el peyorativo matiz de la mujer hippy viviendo en comunas, y a las que los hippies masculinos podían utilizar sexualmente a su antojo, hasta convertirse en prostitutas que intercambiaban ratos de placer por drogas…aunque una nueva acepción se crearía involuntariamente al final de la peli, la de easy rider como chopper de estilo californiano…
Con un variado repertorio musical comandado por el emblemático Born to Be Wild de los canadienses Steppenwolf a la maravillosa Wasnt Born to Follow de Los Byrds, o la áspera If Six Was Nine de The Jimi Hendrix Experience cuando entran en la racista Louisiana…y con un espléndido trabajo de fotografía de Laszlo Kovacs…
Aquel fantástico viaje a bordo de aquellas 2 choppers ( vestida entera de la bandera norteamericana una, y de color rojigualda la otra), a través del suroeste de los EEUU, hacia aquel martes de carnaval del famoso Mardi Gras en Nueva Orleans, Louisiana
Y aquellos míticos tres pantalleos intermitentes que avanzaban la trama hacia adelante solapándose con el inmediato presente…Y protagonizado por estos modernos Wyatt Earp y Billy The Kid…
…O aquella escena onírica y tortuosa en el cementerio por acción y efecto del LSD ingerido, y ya en la parte final donde ambos personajes retozan desnudos entre tumbas con sus easy riders (o mujeres liberadas) de aquel prostíbulo La casa de las luces azules que su efímero compañero de viaje, el abogado George Hanson (con aquel tic de pato cuando ingería el whisky a pelo) les recomendó…entre padrenuestros, credos y avemarías de arrepentimiento y sonidos métalicos…
Y ese reloj del cual se deshace Wyatt (el capitán américa) al comienzo de la cinta como símbolo de desatarse de la implacable atadura del tiempo en busca de su destino…
I T E R E S A N T E.
Mediocre película que se supone de culto en la cual no sucede prácticamente nada durante 90 minutos. Únicamente la aparición de Jack Nicholson consigue dar algo de frescura al film, ya que los dos protagonistas principales se dedican a poner cara de póker, a colocarse y a pasearse en moto .
Resulta más que evidente que 40 años después de su estreno Easy Rider está absolutamente trasnochada, y el mensaje que trata de enviarnos de libertad, rebeldía, anarquía y delincuencia dentro de una sociedad tan extraña como la estadounidense, nos es ajeno por completo.
Os preguntaréis entonces cuales la razón de darle un aprobado, pues simple y llanamente su lograda fotografía, los idílicos paisajes y una banda sonora apabullante, que se aprovecha de la excelente música de la época.
Raramente puntúo con una nota alta este tipo de películas. ¿que qué tipo de películas? esas en las que prácticamente no ocurre nada, porque tienen mensaje y se supone que eso es suficiente. Normalmente pienso que una crítica a la sociedad, por interesante que sea, no da para dos horas de película si esta no tiene un guión sólido e interesante. Casi siempre reniego de esos tostones que se justifican sólo por ser el retrato de una época. Pero Easy Rider es una excepción.
El film es sencillo, dos motoristas de viaje que van conociendo gente y conversando. La gente, esto es lo interesante. El retrato de los distintos personajes y formas de ser dentro de la sociedad. Las reflexiones no se hacen de forma sutil, los diálogos son cortos pero directos, eficientes. Seguro que conociendo la sociedad del sitio y época de la película los personajes tienen más interés, pero en mi opinión las actitudes que se reflejan siguen siendo actuales, y es que hay conflictos que siempre existirán. Podemos encontrarnos con un abogado amargado por la rutina, un hippie con buen corazón pero del que al final uno deduce que cree estar por encima del resto del mundo, el campesino de la América profunda pero libre de prejuicios, el policia fascista etc. Al final parece cumplirse el tópico que en todas partes hay de todo, la película no es nada maniqueísta, y esto es quizás lo que más me gusta.
¿Libertad? Sí, quizás es el tema central, pero igualmente importante lo es la tolerancia, porque nuestros dos amigos motoristas, a pesar de no tener malas intenciones con nadie, no siempre son bien recibidos. Y es que a algunos les jode la felicidad ajena, les jode tanto como para odiar.
Para ser diferente no basta con parecerlo, hay que serlo. El hipismo se cargó el mensaje orientalista y lo convirtió en un alegato hedonista. Luego vinieron las tribus urbanas, donde el llevar unas pintas determinadas era lo más importante para parecer alguien dentro del clan y situarse al margen de la sociedad, aunque en realidad muchos de ellos fueran en realidad unos niños burgueses que se aburrían.
Easy Rider es como una especie de aprobación moral de lo que uno hace, acostumbrados todos a saber que la ley no admite las drogas u otras actitudes disolutas, aquí se las presenta como modelo a seguir. Y el autoaplauso a uno mismo es lo que más vende, aunque la película esté filmada de una forma tan chapucera.
Cinematográficamente hablando Los ángeles del infierno de Roger Corman, con Peter Fonda también de protagonista, es mucho mejor que Easy Rider, pero tiene el problema que no se hace apología, sino se hace mera descripción narrativa, presentando virtudes y miserias, y eso molesta.
Aquí en cambio necesita un antagonista, para que sus héroes sean más esplendorosos, que mejor que los paletos de pueblos, todos ellos con muy mala leche, que se lían a tiros por las buenas. En cambio los urbanitas con sus motos… son hasta ecológicos como todos sabemos.
Dennis Hopper rivaliza en la cinta entre optar al premio a peor actor o director, sigo sin decidirme. Peter Fonda, al margen de presencia, no se le puede pedir más. Y al menos Jack Nicholson nos brinda todas las mejores secuencias de la película, y salva en parte el desaste catedralicio.
Lo de la filosofía prefiero no abordarlo, si ya me cuesta Kant de comprender no digo nada de la de Hopper. Además necesitaría un LSD y al camello le trincó la policía hace tiempo, el chico no hacía películas y tenía que ponerse en los baños de un garito, no en las fiestas de ricos en un apartamento de lujo de Hollywood Boulevard.