Duelo en Diablo

5 comentarios en «Duelo en Diablo»

1. Pues si, se trata de una modesta pero clásica peli del oeste para lo que cuenta con todos los mimbres necesarios: un fuerte, la caballería, indios, caballos… Alabo una buena dirección de Ralph Nelson sobre todos en las escenas de los ataques indios y las estrategias militares moviendo con acierto extras, animales, carros y exteriores. El ataque en el desfiladero está muy bien hecho. El guión no es muy allá tratándose de una historia de venganza mil veces vista, entremezclada con una misión de una caballería de novatos no muy entendible. De los actores, muy bien Poitier siempre convincente, regular Garner mejor en tonos de comedia y mal la Andersson en un papel nada creible. Lo mejor de la música es el cornetín llamando al ataque. Fotografía y color adecuada a su tiempo. Y buen equilibrio entre exteriores y decorados. En resumen, para los incondicionales del género un simple entretenimiento.

2. Excelente y sorprendente western, y aunque siguiendo los parámetros clásicos del género (soldados, indios, pistoleros, exploradores, venganza, sheriff etc.) si es verdad que el tono violento que la narración del film nos plantea más las diversas pequeñas y dramáticas historias que la componen nos hace visionar una película que no nos dejara indiferente, ya sea por la buena actuación de los actores, la excelente fotografía de Charles F Wheeler o el pegadizo tema musical de Niel Hafti, muy alejado de los clásicos de la época.
   
   Ralph Nelson fue un director con una carrera breve (su ultimo film es de 1977) y entre sus aportaciones habían títulos brillantes como Los lirios del valle , Una tumba al amanecer , tic, tic, tic , Charly o los pasos del destino , ninguna fue una obra maestra pero tampoco malas películas ,a mí, personalmente, ninguna película de Ralph Nelson como ya he comentado me dejaba indiferente como muchos otros, es más, quizá para mí su obra menos brillante fue Soldado azul .
   
   Absolutamente recomendable

3. No es posible entender una película así, realizada bien entrada la década de los sesenta, que no sea como un buen homenaje al cine de caballería que ya había dejado de interesar. No hay nada nuevo en realidad, salvo la rareza de encontrar un actor de raza negra interpretando a alguien respetado y respetable, tan protagonista como la parte femenina, una sueca sobreviviendo entre dos mundos tan dispares como el del blanco colonizador y el sioux autóctono.
   
   Me encanta leer cosas como que es una variante del oeste que podría llamarse hippie western, me encanta, todos caben en una película así. Entretiene una barbaridad, eso también, apenas hay descanso para nadie, cuando no están sufriendo el acoso de los indios están liándose a bofetadas, huidas en galope, tiros, flechas y muchos muertos, una barbaridad de caídos en combate. Es una lástima que la imagen de los indios sea la que es, pero teniendo en cuenta que esto es un homenaje serio al cine de antes, los indios tenían que tener sí o sí esa actitud rara de atacar sin demasiada inteligencia a los blancos (más Poitier) muriendo como fichas de dominó.
   
   De todas maneras, lo que sí está claro es que la película no deja ningún cabo suelto, nada es porque sí y mantiene una coherencia que hay que elogiar. Pocas películas (alguna hay) que traten al caballo así, es un elemento al que se le presta una atención especial.

4. Los nativos estadounidenses, llevan siglos soportando el arrasamiento, la expropiación, el exterminio, el abuso… y el arrinconamiento del hombre blanco. Siempre han estado en desventaja numérica y armamentista, tienen en contra su espíritu conforme y su limitada formación intelectual y científica, pero, a su favor, está su arraigo en la naturaleza y su empeño en la conservación de todo lo que brinda la pacha mama. Por supuesto, también ellos tienen su honor y una cultura muy propia que aspiran a defender… aunque a veces se vean abocados a ser tanto, o más crueles, que sus eternos exterminadores.
   
   La paciencia del jefe apache, Chata, ha llegado a su límite. Las condiciones infames en las que han sido confinados sus nativos en la reserva de San Carlos, no da más espera, y ahora que se anuncia el paso por su territorio de un cargamento de municiones, él no quiere perder la ocasión de aumentar sus recursos de defensa… y va a hacer cuanto pueda para quedarse con la valiosa remesa.
   
   Por el lado del ejército, se ha puesto a cargo al general, Scotty McCallister, quien será acompañado por 50 jóvenes reclutas y por dos hombres de armas tomar: Jess Remsberg, pistolero que estuvo casado con una chica comanche recientemente asesinada por un hombre blanco, y el exsargento Toller, dedicado al comercio de caballos con el propio ejército. A su lado, Ellen Grange, una mujer recientemente rescatada de los apaches… y su marido Will, un hombre desencantado que hubiese preferido que regresara su caballo y no su mujer.
   
   Con este particular grupo, el director Ralph Nelson, entreteje una curiosa y significativa trama que servirá para abogar por la integración de las más variadas culturas y para reclamar el respeto que se merece todo ser humano sin distingos de raza, nacionalidad… y demás inmerecidas causales de división y maltrato.
   
   Las localizaciones, en las imponentes montañas de Utah, dan ocasión para una esplendorosa fotografía donde los primeros planos contrastan magníficamente con las panorámicas, y Nelson va a asegurarnos unas escenas de acción hábilmente planeadas, muy bien editadas y con la creatividad en un punto muy alto. El conjunto, es un espectáculo visual deslumbrante, un entretenimiento asegurado, y una historia (basada en la novela, Apache Rising de Marvin H. Albert) con grandes valores que apuntan, con claro propósito, al fin de las guerras y de los abusos… a ver si por fin un día, le hacemos lugar a un camino de luz y de esperanza para Todos.
   
   El reparto incluye a James Garner (Jess), el pistolero ávido de justicia… y de venganza, Sidney Poitier (Toller), el exmilitar que sabe estar donde tiene que estar, sin querer estar donde antes estuvo, Bibi Andersson (Ellen), la mujer que ama a su esposo, pero, mucho más ama al hijo apache que tuvo en su cautiverio, por su parte, John Hoyt, es el jefe Chata, un guerrero dispuesto a hacerles ver el infierno a aquellos hombres que solo han traído desgracias a su pueblo… y Ralph Nelson, es aquí el general Foster, cabeza del fuerte Concho.
   
   Si hoy te duele lo que estás recibiendo, pregúntate si ha sido dolor lo que has estado dando.
   
   Título para Latinoamérica: <>
   

5. Western de fondo de armario que si bien no aporta nada al género sí que resulta entretenido su visionado. En los debes encontramos a los protagonistas, ni James Garner ni Sidney Poitier están en su medio natural, ni tampoco la sueca Bibi Andersson que no entiendo como se metió en este lío, una actriz que es del estilo made Ingmar Bergman.
   
   Si a esa extraña combinación le añadimos un director como Ralph Nelson, que ya apunta maneras y formas de lo que es el western-hippie, que años después apuntalaría con la fallida a mi juicio Soldado azul, podemos entender que en sí no es convencional y por eso radica su interés.
   
   Pero curiosamente a pesar de todas las rarezas que esconde Duelo en Diablo no deja de ser un homenaje a las películas de caballería y al cine clásico del oeste, en un momento donde ya se había metamorfoseado.
   
   Si la encuentran un día haciendo zapping por ahí les puedo asegurar que no les pesará la pena haberla visto, además tiene la ventaja que es de esas películas que se puede hacer otras cosas al mismo tiempo. Más ventajas imposibles.
   
   Nota: 5,7