Doce hombres sin piedad: Veredicto final (TV)
Sinopsis de la película
Tras escuchar todos los testimonios y valorar las pruebas presentadas en un juicio, un jurado popular compuesto por doce hombres debe decidir, por unanimidad, si absolver o condenar a un joven acusado de haber matado a su padre. Al principio, once se muestran absolutamente convencidos de su culpabilidad y se inclinan por la condena, pero el que discrepa empieza a plantear dudas razonables que, poco a poco, van resquebrajando la inicial seguridad de los demás. Versión televisiva del clásico de 1957 de Sidney Lumet.
Detalles de la película
- Titulo Original: Twelve Angry Men (12 Angry Men) (TV)
- Año: 1997
- Duración: 120
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Opinión de la crítica
Película
7.7
72 valoraciones en total
1. Porque disfrutará de un estratosférico George C. Scott, ganador del Globo de Oro por esta interpretación, el que ha sido uno de los mejores actores norteamericanos de la historia.
2. Porque podrá apreciar el mejor trabajo desde El exorcista de un director sin suerte como William Friedkin, que recupera aquí su mejor nivel.
3. Porque sale Jack Lemmon, el hombre por enésima vez bueno, que nos hace ser mejores con el prójimo.
4. Porque comprobará que la televisión, cuando quiere, puede ser no sólo el hermano pobre del cine, sino su alumno aventajado.
5. Porque sale Armin Mueller-Stahl, un señor que nació en un país que ya no existe, pero que siempre existirán en cambio sus personajes, en una filmografía envidiable y formidable.
6. Porque veremos una vez más la historia original de Reginald Rose, un hombre que demostró que el guión es el pilar esencial de todo buen cine.
7. Porque te servirá de excusa para volver a visionar la obra maestra de Sidney Lumet y comparar.
9. Porque homenajea a Descartes y a su duda metódica, y nos demuestra que hay que dudar de los sentidos, de la razón y de la misma duda.
8. Porque nos recuerda que un hombre puede cambiar a los demás de parecer, no venciendo, sino convenciendo.
10. Porque te ayudará infinitamente cuando en tu vida te toque ser jurado sin llegase el caso.
11. Porque durante dos horas no querrás acordarte del teléfono móvil, ni de los políticos, ni de las facturas, ni del jefe, ni siquiera de bajar al estanco, porque estarás más pendiente de la suerte de un chico hispano al que no conoces, al que unos hombres tienen en sus manos.
12 Porque cuando oigas a alguien que critica de forma global los remakes, usted pueda decirle que conoce uno y muy bueno.
Nota: 8,3.
A veces me sorprende cuando tildan a este señor de fascista como si ser de derecha o conservador fueran sinónimos, como he dicho en otras críticas sobre sus films, Friedkin no utiliza ni recursos de montaje o sonidos (ejemplo: música) para decirnos qué debemos pensar de sus personajes a diferencia del film de Lumet. Friedkin nos cuenta la historia con distancia a medida que la progresión dramática va creciendo. Si en Cruising utilizaba travelling, paneos, cámara en mano, con constantes cortes en movimientos, para utilizarlo a través del montaje como ojo voyeur, en este film utiliza muchos planos largos (en cámara en mano) y lo montó con tal sencillez que acrecienta el tono documental de la obra, dando la sensación que el material está en crudo y la narración es tan distanciada de sus personajes que pareciera que no hubiera intermediarios entre el público y los personajes. Esa es la gran diferencia entre la original y la remake. La de Lumet es manipuladora, constantemente busca guiar al público y decirnos qué está bien y qué está mal. La gran película de Lumet tiene el problema que sus personajes parecen títeres de la estructura, como por ejemplo cuando todos le dan la espalda al racista, mientras que los de Friedkin son más naturales, más humanos. Un film debe ser juzgado por sus intenciones y resultados, no me molesta que en una obra haya cierta artificialidad en cuanto al relato y los personajes que los componen, pero creo que Lumet buscaba decirnos la verdad de las cosas, pero la cuestión es cómo nos dice Friedkin en su remake, nadie es dueño de ella.
Nueva adaptación de uno de los grandes clásicos del teatro del pasado. siglo. A pesar de correr el riesgo de repetirme, volver a recomendar a los lectores/as, la mítica versión encabezada por Henry Fonda y, con aún más vehemencia si es posible, el maravilloso estudio 1 que se efectuó para la ocasión.
Doce hombres sin piedad: Veredicto final tiene el mérito de traernos al siempre excelente Jack Lemmon, bien acompañado por un sobrio y veterano reparto. La trama está correctamente llevada y se no se hace pesada la falta de escenarios. Friedkin juega sin riesgo y con coherencia sus cartas, sin salirse del libreto original.
Recomendable para todos los aficionados del género que ya conozcan los precedentes del remake, podrán comparar alguna leve diferencia y disfrutar de un correcto reparto aprovechando un texto delicioso.
Eso sí, quienes no hayan visto la original, que primero se empapen de ella, puestos a descubrir la sentencia… mejor que sea con la clásica.
Ya tendrán tiempo luego para remakes.
Desde el punto de vista cinematográfico, me parece una proeza conseguir mantener al espectador pendiente de un guión cuyo desenlace se presagia desde el principio. Sin lugar a dudas, el mérito es del guionista y del autor de la novela original.
Desde el punto de vista de la dirección, la película está muy bien llevada, sin apenas fallos si no es, para mi gusto, que el último cambio de voto apenas si tiene transición. El montaje también es muy meritorio ya que tampoco se perciben errores. La actuación, extraordinaria.
Desde el punto de vista del argumento, pese a que ya es un clásico, se agradece la existencia de la figura de la presunción de inocencia.
Muy buena película, totalmente recomendable.
Balbuena
El resultado de no leer las sinopsis de las películas que emiten en los canales de pago me ha llevado a ver este remake de la cinta de Sidney Lumet pensando que era ésta la que iban a emitir. Pero bueno, no me puedo quejar. Pese a que aún no he visto la cinta original de 1957, he de decir que este remake televisivo de William Friedkin es una forma magnífica de aprovechar una historia base, darle la vuelta y conseguir enganchar durante dos horas al espectador con doce personas en una habitación durante todo el metraje. Sí, supongo que TODO esto tiene el mérito en la original, pero como no la he visto, pues no puedo decir nada.
Únicamente y analizando Doce hombres si piedad (TV) como drama jurídico, sin tener en cuenta que se trata de un remake-plagio-, he de decir que me ha encantado. La historia es simple a más no poder: Un joven hispano es condenado a muerte por asesinar a su padre. Y en manos del jurado queda decidir si es inocente o culpable. Las pruebas lo dejan todo muy claro, demasiado incluso, por lo que un solo miembro del jurado, compuesto por doce personas, vota a favor de su inocencia. A partir de ahí, todo es un elaborado guión donde se le da la vuelta a cada prueba y empieza el juego .
Las interpretaciones son fantásticas. Empezando por el que lleva el peso de la función, un enorme Jack Lemmon y continuando por todo el resto del jurado, con actores como Ossie Davids, George C. Scoot o un recuperado William Petersen -ahora archiconocido por ser Grisom en CSI-. Todos exponen sus puntos de vista y opiniones de forma notable.
El guión es incluso mejor, aunque como es una adaptación del original, que a su vez es una obra de teatro de Reginald Rose, el mérito es de la cinta de Lumet. Sea como fuere, es impresionante. Hay algún monólogo que hiela la sangre, como el que se marca el miembro del jurado número 10 sobre la apología racista y xenofoba. Impresionante.
En fin, quizá cuando vea la cinta de Sidney Lumet cambie completamente de opinión. Pero a priori, el remake de William Friedkin me parece un drama notable, con un guión sin fisuras, buenas interpretaciones, cuidadísimo reparto y técnicamente intachable. Con un ritmo endiablado. Recomendada 100%, aunque doy por hecho -por décima vez- que la de Lumet será bastante mejor.